El ojo del amo
William Clay Ford Jr. fue recibido la semana pasada como un salvador por empleados y directivos de Ford en su presentaci¨®n como jefe supremo del segundo fabricante mundial de autom¨®viles. El anuncio de que a sus 44 a?os asum¨ªa todo el poder fue acogido con una rotunda ovaci¨®n. 'Cualquiera dir¨ªa que los Lions han ganado', coment¨®. Los Lions es el equipo de f¨²tbol americano de Detroit, propiedad de su padre, William Clay Ford Sr., que ¨¦l administra desde 1996 sin mayor fortuna: es el ¨²nico conjunto que no conoce la victoria en lo que va de liga.
El comentario populista y humor¨ªstico revela la personalidad del biznieto del fundador de una de las grandes dinast¨ªas industriales de EE UU, al frente de la cual vuelve a estar un Ford desde que su t¨ªo, Henry Ford II, dejara el tim¨®n en manos de profesionales en 1979. La ¨²ltima etapa, con Jacques Nasser como consejero delegado desde enero de 1999, ha sido muy dif¨ªcil y su defenestraci¨®n fue recibida con alivio. El grupo atraviesa momentos delicados, debilitado por una sangr¨ªa econ¨®mica que costar¨¢ cortar, plagada de problemas y desmoralizada.
Bill Ford 'es una bocanada de aire fresco', dice un ejecutivo. Aunque la tarea que tiene por delante es ingente y algunos piensan que supera sus capacidades, pero tambi¨¦n tiene una nutrida colecci¨®n de incondicionales. A nadie se le escapa que de no ser por el apellido, no estar¨ªa al frente de la compa?¨ªa. Pero desde el primer momento hizo los gestos justos. Ha nombrado a dos veteranos como responsables de la gesti¨®n industrial y financiera y ha anunciado una vuelta a lo b¨¢sico. Los analistas de Wall Street asienten, aplicando el refr¨¢n de que el ojo del amo engorda el caballo. 'Amo a esta compa?¨ªa, que es el futuro de mis cuatro hijos y de mis nietos'.
El nuevo jefe conoce la casa, en la que ha trabajado la mitad de su vida y en la que durante cinco a?os ha ocupado la presidencia del influyente comit¨¦ financiero, desde el que cuidar el 40% del poder de voto de la familia, propietaria del 6% de las acciones. En 1999, Bill Ford asumi¨® la presidencia no ejecutiva del consejo de administraci¨®n, mientras Nasser tomaba las riendas ejecutivas con tanto celo que dej¨® al presidente fuera de la toma de decisiones. En julio, una reorganizaci¨®n recort¨® alas a Nasser, que ha durado tres meses m¨¢s en el puesto entre especulaciones sobre la relaci¨®n entre ambos. Ford, que confiesa haberse sentido varias veces tentado a tirar la toalla, dice que la llegada de un Ford a la c¨²pula acabar¨¢ con las especulaciones y el politiqueo. 'Lo que tenemos que hacer es arreglar el n¨²cleo del negocio, elaborar un plan cre¨ªble, abordar el asunto de la calidad y hacer coches atractivos', afirma.
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