Al Atl¨¦tico le hunde la suficiencia

Al Atl¨¦tico le sobr¨® confianza y le falt¨® pausa. Le sobr¨® precipitaci¨®n y le falt¨® acierto. La suficiencia con la que los rojiblancos se movieron por el campo de La Condomina se convirti¨® en el mejor aliado de un Murcia guerrillero y sobremotivado que aprovech¨® sus oportunidades y recorri¨® todos los kil¨®metros del mundo sin descanso. Con premio: una victoria sobre el l¨ªder destacado de Segunda.

Toni, el desafortunado guardameta rojiblanco, tambi¨¦n puso su habitual granito de arena para enterrar a su equipo. El portero fall¨® en dos de los tres goles que encaj¨® el Atl¨¦tico e, incluso, fue el autor de uno de ellos en una esperp¨¦ntica acci¨®n en el periodo de descuento. Godino vio adelantado a Toni y lanz¨® una par¨¢bola desde el centro del campo. El portero retrocedi¨® tras el bal¨®n, que se marchaba fuera, y de un manotazo lo introdujo en su propia porter¨ªa. Mala suerte. La en¨¦sima acci¨®n de mala suerte de Toni.

Pero no fue Toni todo lo malo del Atl¨¦tico. Los rojiblancos se apresuraron a perder el centro del campo y se aplicaron a ello desde el primer minuto. El Murcia descubri¨® que sin Movilla las l¨ªneas del Atl¨¦tico se alejan entre s¨ª hasta el infinito y decidi¨® borrar a Movilla. Con ¨¦xito. El centrocampista tuvo a dos y hasta tres hombres encima durante todo el choque. Y sin Movilla no hay control del bal¨®n. Y sin control del bal¨®n no hay f¨²tbol. Y sin f¨²tbol, se suele perder.

El Murcia presion¨® y movi¨® bien la pelota por las bandas, por las que Aguilar e Ismael entraron sin grandes dificultades durante todo el primer periodo. Y en una de esas oportunidades, antes de cumplirse el minuto 20, marc¨® el Murcia el primer tanto. Un buen gol de Loreto que fusil¨® por la escuadra un gran servicio de Aguilar.

El Atl¨¦tico empat¨® aprovechando el talento para la estrategia de Stankovic, pero, con el marcador igualado, volvi¨® a sestear y a abandonar el control del partido. No era su d¨ªa. Ni el de Toni. El equipo murciano recuper¨® la alternativa y aprovech¨® otra internada por la izquierda para bombear el bal¨®n al ¨¢rea. El portero rojiblanco, desorientado, se lo puso f¨¢cil a Carrero, que remat¨® limpiamente de cabeza.

El segundo periodo se tradujo en una desaceleraci¨®n de los dos equipos y el choque perdi¨® velocidad. El Murcia se meti¨® atr¨¢s y se entreg¨® al comp¨¢s que marcaba el Atl¨¦tico. Un comp¨¢s dislocado e impreciso que mor¨ªa cerca del ¨¢rea del equipo murciano sin que nadie fuese capaz de remediarlo. Dani, que sustituy¨® a Aguilera, se afan¨® en aventuras solitarias condenadas al fracaso y Roberto, el otro recambio, tampoco aport¨® mucho m¨¢s que algo de pelea en los balones altos. Al Atl¨¦tico le perdi¨® la confianza. Al Murcia le vali¨® la motivaci¨®n.