Un Athletic contradictorio
Seg¨²n las estad¨ªsticas, el Athletic es actualmente un club contradictorio. Habituado a la ¨¦pica de San Mam¨¦s en sus 102 a?os de historia, al empuje de su p¨²blico, a la impronta de su campo a la inglesa, resulta que el equipo de Jupp Heynckes se ha revelado como el mejor equipo fuera de casa (con cuatro victorias, un empate y una derrota) y comparte con la Real Sociedad y el M¨¢laga el desdoro de ser el peor del campeonato en su terreno (una sola victoria a?adida a tres empates y dos derrotas). En conclusi¨®n: el Athletic sigue siendo lo que es, pero San Mam¨¦s ya no es lo que era, aunque los entrenadores del equipo rival de turno sigan apelando a la fortaleza del Athletic en el juego a¨¦reo (discutible), al empuje de los momentos iniciales (abandonado) o a la presi¨®n del p¨²blico (un tanto ateo, por la falta de fe en San Mam¨¦s).
El primer mensaje de Jupp Heynckes, en su retorno a Bilbao, fue convenir que el Athletic deb¨ªa jugar fuera de la misma manera que lo hac¨ªa en San Mam¨¦s. La pretensi¨®n se ha cumplido al cincuenta por ciento. Ahora gana fuera como cuando ganaba en casa. A Heynckes no se le puede negar capacidad de transformaci¨®n. En su primera etapa, condujo al Athletic al f¨²tbol de toque, en detrimento del patad¨®n; en su segunda, ha aquilatado la fe del colectivo, dif¨ªcil de descomponer por m¨¢s que la adversidad le tiente. El Athletic no gan¨® en Vigo (o antes en M¨¢laga) por su buen juego, sino por fe. Heynckes ha abdicado de algunas propuestas iniciales: toque, control del bal¨®n, equipo tipo, sistema fijo, en favor del coraje, la alternacia en la plantilla y en el dibujo futbol¨ªstico. Pero ha mantenido inquebrantable su apuesta por la l¨ªnea recta: los partidos son iguales, se juegen donde se jueguen.
En una entrevista concedida a EL PAIS hace dos meses pon¨ªa como ejemplo al Deportivo, de quien adivinaba que si se comportara fuera como en Riazor resultar¨ªa casi intratable en el campeonato espa?ol. Algunos jugadores recuerdan c¨®mo le cambia la cara al t¨¦cnico alem¨¢n cuando su equipo va perdiendo y el sobresalto que supone el acceso al vestuario.
El buen juego le di¨® al Athletic los triunfos ante la Real Sociedad y el Deportivo, a domicilio; la fe, amiga habitual de la fortuna, le concedi¨® los ¨¦xitos ante el M¨¢laga y el Celta. La realidad le hizo sucumbir en el Santiago Bernabeu ante el Real Madrid. El pleno de contradiciones le emparenta con el pasado en un trasunto del f¨²tbol: el Athletic juega mejor ante los grandes que ante los peque?os. Sus dos derrotas en San Mam¨¦s se han producido ante el Mallorca y el Valladolid y ha sido incapaz de superar a conjuntos como el Espanyol, Las Palmas o Betis, con quienes empat¨® con sobredosis de urgencia o apuros.
La impresi¨®n que transmite el Athletic es la de un equipo a¨²n taciturno, sin concluir, bien trabajado, pero indeciso. Una expresi¨®n futbol¨ªstica similar al temor que siente el portero ante el jugador zurdo cuando dispara con la derecha. Nunca sabe por donde va a salir la pelota. Heynckes, tampoco.
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