Una relaci¨®n especial
George Bush dijo el pasado mes a Vlad¨ªmir Putin que el Tratado ABM de 1972 estaba 'desfasado y anticuado, y era in¨²til'. Putin contest¨® diciendo a Barbara Walters, en una entrevista emitida el mi¨¦rcoles pasado por ABC, que el tratado -que mantiene a EE UU y Rusia indefensos frente a un ataque nuclear- era 'esencial, eficaz y ¨²til'. Despu¨¦s, el presidente de Rusia a?adi¨® el pero crucial: 'Pero tenemos una plataforma de negociaci¨®n a partir de la cual podr¨ªamos alcanzar acuerdos'.
Esa plataforma se concret¨® en secreto el 21 de octubre en Shanghai: el Tratado ABM, in¨²til para nosotros y ¨²til para ellos, se ampliar¨¢ para permitirnos probar -de maneras hoy prohibidas- una defensa contra misiles de terroristas y de Estados rebeldes.
A cambio, Estados Unidos acordar¨¢ en el rancho Crawford del presidente, en Tejas, un acuerdo START para reducir los misiles nucleares de cada parte a menos de 2.000, que es todo lo que los rusos pueden permitirse mantener. Harry Kopp, de la Fundaci¨®n Jamestown, se?ala: 'El START Plus se encuentra con el ABM Minus'.
Sobre la guerra en Afganist¨¢n, Putin dio a Walters esta precisa valoraci¨®n: 'EE UU no est¨¢ perdiendo en el aspecto militar, sino en el de la informaci¨®n. Me parece que en el campo de la informaci¨®n, los terroristas est¨¢n actuando de manera m¨¢s emprendedora y ofensiva'. Y el l¨ªder ruso debe saberlo; el ex agente de la KGB es desde hace tiempo un maestro de la desinformaci¨®n. Se gan¨® la popularidad entre los nacionalistas al culpar a los separatistas chechenos de todos los actos terroristas en Rusia. Ahora, en la ofensiva del terrorismo organizado contra EE UU, se ofrece voluntario para ser lo que los rusos llaman nuestro partnyor (socio) para derrotarlo. Un pol¨ªtico que recientemente habl¨® con ¨¦l largo y tendido en ruso me dice: 'Sigue siendo del KGB, pero ya no tiene que preocuparse por nacionalistas y militaristas como Zirinovski y Lebed. Los viejos comunistas se van muriendo, mientras que los j¨®venes reformistas van menguando, y ha acaparado el control de los medios de comunicaci¨®n de forma que no se puede o¨ªr a nadie que le critique'.
Ahora que su popularidad aumenta hasta alcanzar cotas similares a las de Bush, Putin tiene tres opciones geopol¨ªticas: alinear a Rusia con China frente a Occidente; cortejar a Europa e intentar alejarla de la superpotencia estadounidense; o decepcionar a China y dejar at¨®nita a Europa ofreciendo directamente su amistad a EE UU.
Comenz¨® a avanzar hacia la opci¨®n de EE UU primero, al cerrar su base de espionaje en Cuba, abandonar la base naval de la bah¨ªa de Cam Ranh en Vietnam y retirar sus objeciones a nuestro tan deseado oleoducto desde el mar Caspio, pasando por Turqu¨ªa. Aunque se aferra a su lucrativo y peligroso rearme nuclear de Ir¨¢n, ya no frunce el ce?o ante nuestro deseo de admitir a los pa¨ªses b¨¢lticos en la OTAN.
Despu¨¦s, el 11 de septiembre, Putin aprovech¨® la oportunidad para ayudar al herido EE UU. Cuando permiti¨® nuestra presencia militar en su flanco sur, en Uzbekist¨¢n y Tayikist¨¢n, sus generales no se atrevieron a hacer objeciones en p¨²blico. Incluso nos ofreci¨® tropas de combate 'en operaciones de rescate, incluso en territorio afgano', sabiendo que lo ¨²ltimo que los afganos antitalibanes tolerar¨ªan ser¨ªa una nueva invasi¨®n rusa.
Pero el signo m¨¢s seguro de la estrategia de Putin ser¨¢ cambiar de forma el Tratado ABM. Hu Jintao ha ido a Mosc¨² estos d¨ªas a explicar que un escudo espacial estadounidense debilitar¨ªa la amenaza nuclear china contra Taiwan; y fue rechazado. (?Qui¨¦n es Hu? Es el l¨ªder chino que probablemente sustituya a Jiang Zemin dentro de dos a?os, y Barbara deber¨ªa empezar a perseguirlo ahora).
Los l¨ªderes europeos, opuestos a nuestro escudo contra misiles en lo que ellos esperaban que ser¨ªa una uni¨®n mundial contra la hegemon¨ªa estadounidense, est¨¢n boquiabiertos. ?C¨®mo ha podido Putin dejar a un lado el puente de peaje que ellos le han tendido hacia la integraci¨®n con Occidente, farfullan indignados, y hacer un trato privado con el unilateralista Bush?
Putin tiene buenas razones para buscar una osobie otnosheniya (relaci¨®n especial) con EE UU: China, que linda con el este de Rusia, es una amenaza estrat¨¦gica a largo plazo; EE UU, no.
Europa no tiene la intenci¨®n de dar la bienvenida a un rival econ¨®mico, pero EE UU tiene dinero y habilidad para explotar los recursos petrol¨ªferos y de gas rusos, y tiene la llave para su entrada en la OMC.
Podemos esperar que en la cumbre de Crawford, Bush y Putin se dejar¨¢n de manifestaciones beatas y empalagosas de confianza eterna. Las penalidades nacionales estadounidenses han permitido a Putin acelerar el acercamiento, pero no deber¨ªamos olvidar que una vez que se levante sobre sus patas traseras, el oso ruso volver¨¢ a rugir.
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