?Se deja empujar Aznar?
El ministro ?lvarez Cascos considera que la respuesta del presidente Aznar a su propuesta de que vuelva a presentarse como candidato 'deja la puerta abierta al debate en los t¨¦rminos planteados'. Es decir, como una cuesti¨®n a debatir en el congreso del PP, en enero, de forma que un pronunciamiento claro de los delegados obligase al presidente a romper su compromiso de no permanecer en el cargo m¨¢s de ocho a?os seguidos. Aznar hab¨ªa respondido a esa propuesta con una frase ligeramente enigm¨¢tica, pero generalmente interpretada como de rechazo a reconsiderar su decisi¨®n.
La iniciativa de ?lvarez Cascos sigue a los pronunciamientos de otros dirigentes, con Fraga a la cabeza, partidarios de que Aznar se olvide de su compromiso. La argumentaci¨®n es que se aprecia la generosidad personal de Aznar, pero que debe primar el inter¨¦s colectivo del PP; en este caso, el de presentar al mejor candidato: Aznar. La forma como el asunto se est¨¢ planteando revela, por una parte, una discutible concepci¨®n del inter¨¦s general, y por otra, el afianzamiento de comportamientos rid¨ªculos de culto al l¨ªder.
Aznar se comprometi¨® a limitar su permanencia en el poder como m¨¦todo para no caer en los males que denunciaba en sus rivales del PSOE. Es posible que ese compromiso haya influido en la mayor¨ªa absoluta alcanzada en 2000. Ser¨ªa una deslealtad incumplirlo ahora. El inter¨¦s del PP entrar¨ªa en ese caso en contradicci¨®n con la credibilidad de los pol¨ªticos que dice querer recuperar. Si hacer honor a la palabra dada es algo condicionado al inter¨¦s partidista, se est¨¢ desacreditando el sistema democr¨¢tico, por muy nobles que sean los pretextos invocados.
Seguramente lo que m¨¢s preocupa a los que empujan a Aznar es el temor a que la carrera por la sucesi¨®n divida al partido. Es posible que ocurra, pero lo que no se puede es predicar contra el caudillismo y evitar los riesgos de toda elecci¨®n democr¨¢tica. La duda es si el propio Aznar se est¨¢ dejando empujar. Si la cosa est¨¢ clara, no se entiende que personas que le ven una o dos veces por semana sigan con la monserga de que no renuncian a convencerle de que cambie de opini¨®n; esto es, de que no cumpla lo prometido. Desde que Aznar plante¨® su compromiso de no permanecer m¨¢s de ocho a?os en el poder, lo ha ido matizando: ocho a?os seguidos, lo que no significa renunciar a volver tras un par¨¦ntesis, y sin renunciar a la presidencia del partido. ?No se mofaban de la bicefalia que las primarias provocaron en el PSOE? ?Y qu¨¦ es lo que habr¨ªa en el PP?
Cuando le nombraron ministro, Juan Jos¨¦ Lucas quiso dejar claro que se pon¨ªa 'al servicio del proyecto pol¨ªtico que se llama Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y que encarna ¨¦l personalmente'. La frase provoc¨® algunas iron¨ªas, pero el propio Lucas dice ahora que 'ser¨ªa un exceso prescindir de Aznar, porque ha conseguido m¨¢s que nadie en Espa?a'. ?No hab¨ªamos quedado en que Aznar encarnaba al ciudadano corriente, que no alardeaba de carisma? ?C¨®mo cuadra esa imagen con la del candidato por aclamaci¨®n que le quieren fabricar el ex secretario general ?lvarez Cascos y algunos de los dirigentes que no figuran en las listas sucesorias?
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