El conductor del autob¨²s que volc¨® en Huelva ocult¨® la prueba del tac¨®grafo

El juez de instrucci¨®n de La Palma del Condado Guillermo Cort¨¦s impuso ayer una fianza de 1.900.000 pesetas a Antonio Rueda, conductor del autocar que el mi¨¦rcoles volc¨® al tomar una curva. En el siniestro murieron 20 personas, jubilados procedentes de Catalu?a -C. L. R., ingresada en un hospital de Sevilla, se sumaba ayer a la lista de fallecidos-. Rueda, que ha quedado en libertad, est¨¢ acusado de homicidio imprudente. Fuentes de la investigaci¨®n aseguran que, tras el accidente, el conductor abri¨® el tac¨®grafo que registra la velocidad y se llev¨® la cartulina, que fue encontrada rota en sus bolsillos.

En el disco de cartulina que Antonio Rueda destroz¨® quedan reflejados los datos que indican la velocidad mantenida por el autocar y las paradas realizadas. Por ello, y para que explicara su actitud, Rueda fue detenido en la tarde del mi¨¦rcoles.

Con esta informaci¨®n en la mano, el delegado del Gobierno en Andaluc¨ªa, Jos¨¦ Torres Hurtado, asegur¨® que el autob¨²s circulaba entre 10 y 15 kil¨®metros por encima del l¨ªmite de 80 fijado en la zona de la carretera A-493 en la que se produjo el accidente. Torres Hurtado aventur¨® que el ahora acusado intent¨® ocultar pruebas.

La actitud del conductor frente al accidente, incluida la rotura del disco del tac¨®grafo, es de dif¨ªcil an¨¢lisis, sobre todo a la hora de establecer causas o razones, seg¨²n aseguraban ayer algunos psic¨®logos destacados hasta la zona para atender a los afectados y familiares de las v¨ªctimas. Rueda, que tambi¨¦n fue atendido por expertos ante su estado de shock, estaba poco despu¨¦s del accidente sentado y chupando un mondadientes con la mirada perdida.

Joan Murg¨®, uno de los supervivientes, cuya esposa, Emilia, muri¨® en el suceso, elogi¨® la actitud de Rueda y contaba con voz entrecortada c¨®mo ¨¦ste rompi¨® a pu?etazos las salidas de emergencia situadas en el techo del autocar y ayud¨® a salir muchos de los heridos. Asimismo, un matrimonio herido en el accidente aseguraba desde el hospital que escucharon 'una explosi¨®n' antes del accidente, que bien podr¨ªa ser el efecto del revent¨®n de uno de sus neum¨¢ticos, informa Europa Press.

El propietario de la empresa de autobuses, Alberto Fern¨¢ndez Gonz¨¢lez, asegur¨® que Rueda le hab¨ªa contado al juez que perdi¨® el control del veh¨ªculo tras pisar el freno a la salida de una curva.

Todos estos elementos est¨¢n ahora en la mesa del juez Guillermo Cort¨¦s, que ha dejado en libertad al conductor, aunque con una fianza de 1.900.000 pesetas y la obligatoriedad de que el ahora acusado de homicidio imprudente se persone ante la autoridad judicial cada quince d¨ªas.

Cinturones obligatorios

Los expertos coinciden en que la manera m¨¢s eficaz de evitar ese alto n¨²mero de fallecidos en un accidente como ¨¦ste es convertir en obligatorios los cinturones de seguridad en los autocares. Desde que se hicieron obligatorios los sistemas antivuelco, la resistencia de la estructura es muy s¨®lida, incluso en golpes muy fuertes como el que sufri¨® el veh¨ªculo de La Palma del Condado. Por eso, y a falta de que se haga un an¨¢lisis pormenorizado del accidente, las primeras hip¨®tesis apuntan que muchos de los fallecidos salieron despedidos del veh¨ªculo por las ventanillas. Seg¨²n explica Andr¨¦s Garc¨ªa, subdirector del Instituto Universitario de Investigaci¨®n del Autom¨®vil, de las fotograf¨ªas publicadas en la prensa se deduce que es 'sorprendente' un n¨²mero tan alto de v¨ªctimas en un accidente donde el autocar ha quedado da?ado s¨®lo en parte.

Por eso, la soluci¨®n son los cinturones que evitan que los pasajeros salgan despedidos y sean aplastados despu¨¦s por el propio veh¨ªculo. 'La seguridad total no existe, pero no hay ninguna duda: los cinturones hubieran reducido much¨ªsimo los da?os'.

La pol¨¦mica est¨¢ ya instalada hace tiempo en la Uni¨®n Europea. El Libro Blanco del Transporte, aprobado el pasado octubre, deja bien claro que ¨¦sta es una prioridad de la Comisi¨®n Europea. De hecho, los propios empresarios del sector admiten que 'alg¨²n d¨ªa se llegar¨¢ a ello', y no est¨¢n en contra, seg¨²n Jos¨¦ Manuel Pardo, de la Confederaci¨®n Espa?ola del Transporte por Carrretera. Pero el propio Libro Blanco critica las 'reticencias' de algunos pa¨ªses y reconoce que ni siquiera se ha logrado imponer que todos los autocares que se fabriquen a partir de ahora lleven los cinturones. Hacer su uso obligatorio ser¨¢ a¨²n m¨¢s complicado porque el conductor nunca podr¨¢ controlar si todos los pasajeros se han abrochado su cintur¨®n.