El hombre que gest¨® los peores ataques

Mohamed Atef era el hombre al que Estados Unidos responsabilizaba de la coordinaci¨®n y puesta en marcha de los atentados contra sus embajadas en Kenia y Tanzania (1998). Durante el juicio llevado a cabo en Nueva York, los cuatro acusados que llegaron a sentarse en el banquillo revelaron su papel como jefe del comit¨¦ militar de Al Qaeda, la organizaci¨®n terrorista que dirige Osama Bin Laden. Estas declaraciones le confirmaron como el segundo hombre de confianza del saud¨ª, despu¨¦s de Ayman al Zawahiri.

Nacido en la localidad egipcia de Quenna en 1958, Atef, un tipo alto que casi med¨ªa un metro noventa, trabaj¨® en el cuerpo de polic¨ªa de su pa¨ªs hasta principios de los ochenta. Entonces, los ecos de la guerra de Afganist¨¢n llegaron hasta sus o¨ªdos, desert¨® y se traslad¨® hasta all¨ª para luchar contra los sovi¨¦ticos. Fue entonces cuando entr¨® en contacto con el doctor Al Zawahiri, tambi¨¦n egipcio, y a trav¨¦s de ¨¦l, con Bin Laden.

La yihad contra el Ej¨¦rcito rojo sell¨® su alianza. Acabada la guerra, Atef, tambi¨¦n conocido como Abu Hafs el Egipcio y como jeque Taysir Abdul¨¢, sigui¨® a sus mentores a Arabia Saud¨ª, primero, y al exilio en Yemen y Sud¨¢n, despu¨¦s.

La d¨¦cada de cooperaci¨®n le hab¨ªa situado entre los lugartenientes de Bin Laden y, seg¨²n las informaciones que los servicios secretos estadounidenses han difundido de ¨¦l en la prensa occidental, se ocupaba ya de misiones especiales.

El espionaje norteamericano descubri¨® varios viajes suyos a Somalia (a¨²n desde Arabia Saud¨ª) entre 1991 y 1993, tanto para entrenar a militantes somal¨ªes como para organizar acciones contra las tropas estadounidenses all¨ª desplegadas. Uno de aquellos atentados cost¨® la vida a 18 soldados norteamericanos. Fueron esos ¨¦xitos organizativos y de planificaci¨®n los que llevaron a Bin Laden a nombrarle jefe del comit¨¦ militar de Al Qaeda, algo equivalente a responsable de los ataques terroristas en todo el mundo.

En 1995, Abu Hafs el Egipcio ya hab¨ªa logrado establecer una red terrorista en ?frica oriental y, lo que se convertir¨ªa en el marchamo de Al Qaeda, c¨¦lulas durmientes de agentes listos para actuar a una orden de sus jefes. As¨ª creen los servicios de informaci¨®n occidentales que se prepararon los ataques terroristas contra las embajadas de Nairobi y Dar es Salam. Atef habr¨ªa activado una de esas c¨¦lulas durante un viaje a Peshawar (Pakist¨¢n) en 1997. Los atentados se produjeron casi un a?o despu¨¦s.

De vuelta a Afganist¨¢n, tras ser expulsado por el Gobierno de Jartum en 1996, Atef toma tambi¨¦n a su cargo la supervisi¨®n del entrenamiento de comandos en las bases terroristas que su grupo establece en ese pa¨ªs.

Pero, m¨¢s all¨¢ de sus relaciones amistosas y profesionales, Atef y Bin Laden hab¨ªan sellado su alianza a la forma tradicional ¨¢rabe: con un matrimonio. El pasado enero, una inusual cinta de v¨ªdeo mostr¨® la boda de Mohamed, el segundo hijo del saud¨ª, con una hija del egipcio, una adolescente de 14 a?os. Los dos hombres se hab¨ªan convertido en consuegros.