El c¨®digo de los pastunes
La profesora americana recal¨® en la ciudad paquistan¨ª de Peshawar en su viaje de regreso a Estados Unidos despu¨¦s de un a?o en Asia. En la estaci¨®n de tren fue abordada por un par de j¨®venes bien vestidos que se ofrecieron a llevarla gratis al hotel. La cosa no es sorprendente en un ciudad donde predomina la etnia past¨²n, de hospitalidad legendaria. Ya una vez en el coche, uno de ellos la viol¨®, la llevaron a un descampado y la dejaron all¨ª.
La profesora logr¨® encontrar el camino a comisar¨ªa. Y despu¨¦s recurri¨® al c¨®nsul. Por fin se identific¨® al violador. Result¨® ser el hijo m¨¢s joven de una prominente familia past¨²n de la ciudad, cuyos padres se encontraban en Europa de vacaciones. La v¨ªctima hab¨ªa topado sin saberlo con una palabra que ya trajo en su d¨ªa de cabeza al imperio brit¨¢nico, despu¨¦s a la Uni¨®n Sovi¨¦tica y ahora mantiene en vilo a medio mundo: pastunwali.
Si para formar Gobierno en Afganist¨¢n no se tiene en cuenta las aspiraciones de las 35 tribus y 180 clanes que conforman los pastunes, no habr¨¢ paz
Aitor, miembro de M¨¦dicos Sin Fronteras, que ha trabajado all¨ª varios meses: 'Es muy dif¨ªcil entrar en una casa past¨²n. Pero es m¨¢s dif¨ªcil salir de ella'
La profesora quer¨ªa que se hiciera justicia -'Bring him to justice', como dice George W. Bush refiri¨¦ndose a Osama Bin Laden-. Pero el joven no pod¨ªa verse envuelto en un juicio, el esc¨¢ndalo para la familia ser¨ªa demasiado grande. Entonces apareci¨® el hermano mayor y ofreci¨® el doble, despu¨¦s el triple y m¨¢s tarde el cu¨¢drupe de la sharmana normal, es decir, de lo estipulado en el pastunwali para las afrentas al honor de la mujer. El pastunwali es un c¨®digo de conducta, un c¨®digo social y legal de normas no escritas que ha perdurado a lo largo de los siglos y m¨¢s a¨²n durante los ¨²ltimos 300 a?os en que los pastunes han gobernado Pakist¨¢n.
La v¨ªctima no quer¨ªa dinero, sino justicia, un castigo para el culpable. '?Castigo?', pregunt¨® la familia. Si ya estaba en el hospital de la paliza que le hab¨ªan pegado sus hermanos por la verg¨¹enza que les estaba haciendo pasar. Pero la v¨ªctima quer¨ªa justicia legal. '?sa es la ¨²nica cosa que no es posible', replic¨® el hermano mayor de la familia.
La profesora agot¨® todos los cauces legales. Hasta que un d¨ªa recibi¨® en casa un sobre grande. Y dentro, uno peque?o con una cantidad de dinero mucho menor a la que originalmente le hab¨ªan ofrecido. En el sobre peque?o aparec¨ªa el nombre y la direcci¨®n de un desconocido. Un amigo past¨²n le explic¨® qu¨¦ significaba aquello. La suma era la cantidad establecida para un asesinato. Y el nombre del desconocido era el de un famoso asesino a sueldo. Finalmente, del sobre grande extrajo un papel enviado por la familia de su violador que rezaba: 'Si t¨² lo dices, lo mataremos'. La v¨ªctima, consciente de que un c¨®digo ajeno por completo a ella reg¨ªa en la ciudad, renunci¨® a sus pretensiones y se volvi¨® a Estados Unidos.
La historia data de los a?os sesenta. Y la cuenta el americano James W. Spain en su libro Pathans of the latter day (Los pastunes modernos), publicado por la Universidad de Oxford en 1995. El libro relata el reencuentro en la d¨¦cada de los noventa con la cultura y los personajes pastunes que el investigador hab¨ªa descrito en su libro The way of the pathans (C¨®mo son los pastunes) en 1962. Treinta a?os despu¨¦s, Spain concluy¨® que nada hab¨ªa cambiado apenas en el patunwali.
El c¨®digo de los pastunes se ofrece mucho a los relatos literarios. Pero no son literatura. Lo atestiguan los pol¨ªticos y profesores pastunes consultados para este reportaje. Si para formar Gobierno en Afganist¨¢n no se tiene en cuenta las aspiraciones de esta etnia de 35 tribus y 180 clanes, que constituye alrededor del 38% de los 25 millones de afganos y un 20% de los 140 millones de paquistan¨ªes, no habr¨¢ paz. Toda una generaci¨®n de pastunes no conoce lo que es vivir en paz. Y la poca paz que conocieron en los ¨²ltimos 22 a?os la trajeron los talibanes.
Pero, ?qu¨¦ es ser past¨²n?
'Ya ni lo s¨¦', reconoce el antiguo senador Falid Jan Kakar. 'Antes ¨¦ramos hospitalarios, bravos, generosos, amigables. Ahora no s¨¦ c¨®mo somos. Nos han maleado por todas partes. Hace 50 a?os los pastunes ¨¦ramos laicos. Los rusos nos hicieron m¨¢s belicosos a¨²n, y los ¨¢rabes y los americanos nos volvieron fan¨¢ticos. Osama bien podr¨ªa haber hecho su propia lucha en su tierra, en vez de abusar de nuestra hospitalidad', apostilla.
'No es ning¨²n t¨®pico eso de la hospitalidad', se?ala Aitor, un miembro de M¨¦dicos Sin Fronteras que ha trabajado varios meses en el pa¨ªs. 'Es muy dif¨ªcil entrar en una casa. Pero es m¨¢s dif¨ªcil salir de ella'.
Bravos y vengativos
El profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Quetta, Mansur Kundi, sostiene que para definir a los pastunes siguen sirviendo las mismas palabras de siempre: 'Somos hospitalarios, bravos, vengativos, conservadores, religiosos y demasiado amantes del dinero. Resulta muy f¨¢cil sobornarnos. Y la historia est¨¢ llena de ejemplos'.
El periodista past¨²n Malik Najibul¨¢ reconoce que su tribu es f¨¢cilmente sobornable, pero se siente bien orgulloso de pertenecer a ella. 'Somos gente de una sola palabra. Y el ejemplo m¨¢s reciente lo est¨¢ dando el propio mul¨¢ Omar, el jefe de los talibanes. Acogi¨® como hu¨¦sped a Osama Bin Laden. Y a pesar de que arriesga su poder, todo su mandato, no quebranta el patunwali. Yo no apoyo a los talibanes, pero creo que esos gestos no se ven hoy en d¨ªa en ninguna otra parte del mundo'.
Cuando alguien le critica el amor de su tribu por las armas, el periodista past¨²n pregunta: 'Si usted se hubiese criado en una guerra... y si hubiese visto a alguien de su familia morir, ?qu¨¦ cosa cree que coger¨ªa primero cuando alguien le diera a elegir de peque?o entre un l¨¢piz y una pistola?'.
Y encima, a los pastunes que quisieron coger el l¨¢piz todo se les volvi¨® en contra. 'Cuando llegamos los refugiados hace 20 a?os a Pakist¨¢n, el Gobierno no nos aceptaba en sus escuelas p¨²blicas', afirma el profesor Mansur Kundi. 'Y s¨®lo las madrazas, los criaderos de talibanes, nos acogieron en Pakist¨¢n con los brazos abiertos. El resultado de todo eso se est¨¢ viendo ahora'.
Los pastunes, con sus jefes tribales a la cabeza, se enfrentan ahora a uno de los momentos m¨¢s cr¨ªticos de su historia. Sin embargo, todos los consultados creen que los talibanes no van a ser ya m¨¢s un problema. 'El problema va a venir de las tribus que integran la Alianza del Norte, que se van a querer vengar de los pastunes', afirma Malik Najibul¨¢. 'Pero en cuanto caiga el mul¨¢ Omar, cada past¨²n volver¨¢ derechito a su tribu. Y obedecer¨¢ al jefe'.
'Lo decisivo ahora', a?ade el profesor Kundi, 'es que cualquiera que sea el hombre que gobierne Afganist¨¢n respete la idiosincrasia de este pueblo. En 1978, con la revoluci¨®n socialista en el pa¨ªs, se empezaron a cometer unos errores est¨²pidos que espero no se repitan ahora. Yo apoy¨¦ aquella revoluci¨®n. Pero hicieron cosas, como la reforma de la tierra y la modernizaci¨®n de las mujeres, que atentaban directamente contra la pastunwali'. ?Entonces hay que dejar por los siglos que perseveren los pastunes en sus viejas costumbres?'. 'No, pero hay que hacerlo gradualmente', se?ala el profesor.
Tanto el profesor past¨²n Mansur Kundi, de la tribu nizy, como el antiguo senador Falid Jan Kakar, como otro docente past¨²n que prefiere mantener el anonimato... todos ellos entrevistados por separado y sin previo aviso, todos ellos de diferente condici¨®n ideol¨®gica, utilizan sin saberlo la misma expresi¨®n para explicar la causa de los males que aquejan a los pastunes: 'Las interferencias extranjeras'.
Y todos ellos se oponen por igual al bombardeo de Estados Unidos y a los talibanes. Para ellos, la actitud de EE UU guarda m¨¢s relaci¨®n con las peores normas del pastunwali que con las leyes civilizadas a las que quiso apelar aquella profesora norteamericana violada en los sesenta.
'Por la CNN hemos visto cientos de veces c¨®mo los talibanes ejecutaban a una mujer en p¨²blico', explica el profesor Mansur Kundi. 'Sin embargo, los talibanes s¨®lo han matado en total a dos mujeres, aunque esas im¨¢genes seguiremos vi¨¦ndolas muchas veces. Sin embargo..., ?a cu¨¢ntas madres, a cu¨¢ntas hermanas, cu¨¢ntas antiguas profesoras, doctoras o futuras estudiantes, con burka o sin burka, ha asesinado EE UU con sus bombas?'.
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