Cuatro periodistas, desaparecidos en Afganist¨¢n tras ser tiroteado su convoy

Cuatro periodistas, uno de ellos el enviado especial del diario El Mundo, Julio Fuentes, as¨ª como un int¨¦rprete afgano, permanec¨ªan anoche desaparecidos en la zona de Jalalabad, al este de Afganist¨¢n, y diferentes versiones indicaban que fueron asesinados a tiros en la cuneta de la carretera cuando se dirig¨ªan desde esa ciudad hacia Kabul. En la medianoche de ayer (nueve de la noche, hora peninsular espa?ola), nadie hab¨ªa visto los cuerpos. Pero los informadores no hab¨ªan dado se?ales de vida ayer y exist¨ªan pocas esperanzas de encontrarlos con vida. Los autores del asalto podr¨ªan haber sido bandidos o grupos de talibanes incontrolados. El gobernador de Jalalabad dijo que podr¨ªan estar vivos.

Los informadores (una corresponsal del diario italiano El Corriere de la Sera, Mar¨ªa Grazia Cutuli; el enviado de El Mundo; y dos periodistas de la agencia brit¨¢nica Reuters, el australiano Harry Burton y el afgano Azizullah Haidari) formaban parte de un convoy, formado por unos 20 coches, que viajaba sin escolta militar y que sali¨® desde Jalalabad hacia Kabul en torno a la nueve de la ma?ana (hora local). Seg¨²n relataron testigos de los hechos al periodista de TV-3 Eduard Sanjuan, que formaba parte de la expedici¨®n, los periodistas fueron detenidos por seis hombres armados, que les pidieron que se bajasen del coche, con el pretexto de que hab¨ªa combates un poco m¨¢s adelante, cerca de la localidad de Puli-es-the-Kam, 90 kil¨®metros al este de Kabul. En pocos minutos empezaron a tirarles piedras e inmediatamente despu¨¦s los ametrallaron, seg¨²n algunas versiones. Sanjuan logr¨® darse la vuelta despu¨¦s de que un conductor dijese que los talibanes estaban matando a los periodistas, pero no vio los cuerpos.

Esta versi¨®n no ha podido ser confirmada de forma independiente, ya que nadie ha identificado los cuerpos. Un coche de la Cruz Roja, acompa?ado por dos fot¨®grafos estadounidenses, intent¨® acceder anoche a la zona, pero militares de la Alianza del Norte les obligaron a retroceder ya que dijeron que hab¨ªa combates en los alrededores. El nuevo Gobierno de Afganist¨¢n ha enviado unos 200 soldados a la zona, desde ambas ciudades, para intentar llegar hasta los cuerpos. Pero en la medianoche de ayer no hab¨ªan dado ninguna confirmaci¨®n oficial.

Los representantes de Naciones Unidas en Afganist¨¢n tampoco han podido confirmar la noticia, aunque, como todo el mundo, temen lo peor. 'Una de nuestras principales misiones en este pa¨ªs es ayudar lo m¨¢ximo posible a garantizar la libre circulaci¨®n de personas y la libertad de prensa', asegur¨® Eric Falt, portavoz de la ONU en Kabul.

Un periodista griego, Nikolas Vafiadis, de Antena TV, recorri¨® el mismo camino 30 minutos despu¨¦s que el resto del convoy porque sali¨® tarde de Jalalabad, desde donde han estado llegando periodistas toda la semana hasta Kabul. 'Cuando est¨¢bamos cerca del lugar donde han desaparecido nuestros compa?eros', relat¨® el informador griego, 'la gente nos dijo que nos di¨¦semos la vuelta porque los talibanes estaban matando periodistas. No hicimos caso porque cre¨ªamos que era s¨®lo un rumor, pero un poco m¨¢s adelante, tres j¨®venes armados nos detuvieron y empezaron a registrarnos mientras nos enca?onaban. De repente, algo les hizo huir a toda prisa', coment¨® Vafiadis ante un grupo de periodistas poco despu¨¦s de llegar al Hotel Intercontinental de Kabul. El informador griego asegur¨® que no vio cuerpos en la cuneta.

Pero es un hecho que ni Julio Fuentes ni ninguno de los otros tres periodistas llamaron a sus respectivos medios de comunicaci¨®n desde que ocurrieron los hechos, sobre las 11 de la ma?ana, y el desconcierto se ha convertido en algo muy parecido al pesimismo absoluto. Pero el misterio en torno a los autores de lo que parece un asesinato a sangre fr¨ªa permanece. Seg¨²n Vafiadis, los hombres que lo detuvieron a ¨¦l llevaban pakules, el t¨ªpico gorro afgano que los talibanes detestan y en esa misma carretera fueron desvalijados un grupo de periodistas franceses hace dos d¨ªas.

Entre los periodistas en Kabul se esperaba ayer que a lo largo del d¨ªa de hoy fuera posible acceder a la zona de los incidentes. Carretera utilizada por informadores en los ¨²ltimos d¨ªas, la ruta entre Jalalabad y Kabul se ha convertido en tierra de nadie.

Sin embargo, una cosa es un robo en un pa¨ªs donde hasta los ni?os llevan kalashnikov y otra muy diferente un asesinato. El r¨¢pido avance de la Alianza no ha podido hacer que los talibanes desaparezcan simplemente del mapa y es muy posible que haya grupos incontrolados por algunas zonas, sobre todo en el sur del pa¨ªs. Todos los indicios se?alan que, fuera de las ciudades conquistadas, la Alianza del Norte no tiene un control real de Afganist¨¢n.

A pesar del pesimismo que reinaba ayer entre los periodistas destinados en Kabul, el gobernador de Jalalabad, Haji Abdul Kadir, manifest¨® anoche que los cuatro informadores y el int¨¦rprete, que se dan por desaparecidos pod¨ªan hallarse vivos.

Otros tres periodistas, dos franceses y un alem¨¢n, murieron la semana pasada en Dashti Khal¨¢, en el norte del pa¨ªs, cuando avanzaban con las tropas de la Alianza del Norte. Si se confirmase la noticia de ayer, siete periodistas muertos en una semana es un balance muy alto.