Powell lo intenta

Estados Unidos puede ganar la guerra de Afganist¨¢n, pero si quiere ganar la paz tendr¨¢ que encontrar una salida para la situaci¨®n de Oriente Pr¨®ximo. No tiene a¨²n un plan concreto, o al menos el secretario de Estado, Colin Powell, no lo esboz¨® ayer, limit¨¢ndose a hablar de negociaciones directas entre israel¨ªes y palestinos para desembocar en dos Estados que 'vivan juntos en paz y en dignidad'. Dignidad implica un territorio para los palestinos, poner fin a nuevos asentamientos jud¨ªos y desmantelar otros muchos. Lo m¨¢s fuerte que afirm¨® Powell fue que Israel debe estar 'dispuesto a terminar la ocupaci¨®n' de 1967.

La esperada intervenci¨®n del secretario de Estado marca un cambio en la Administraci¨®n de Bush, que crey¨® poder desentenderse de la situaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo, para descubrir, tras el 11 de septiembre, que la cuesti¨®n palestina contamina sus relaciones con el mundo ¨¢rabe y alimenta la inseguridad global contra el principal valedor de Israel. EE UU no parece dispuesto a otorgar carta blanca a la l¨ªnea intransigente de Sharon. Tambi¨¦n le pide a Arafat, al que Bush no quiso recibir con ocasi¨®n de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, que colabore en un 100% en la detenci¨®n de la violencia y el terrorismo. De momento, Powell se limita a enviar de explorador a la zona al embajador Burns, mientras la troika de la UE prosigue su gira. Sumar esfuerzos entre Washington y Bruselas aumentar¨ªa las posibilidades de ¨¦xito si los europeos tuvieran una pol¨ªtica clara, no mermada siempre por una Alemania que no se atreve a hablar a Israel con franqueza.

La apuesta de Powell dista mucho de ser f¨¢cil de materializar, como ayer volvi¨® a poner de manifiesto la muerte de dos palestinos armados por disparos del Ej¨¦rcito israel¨ª. Sharon exige siete d¨ªas sin violencia para sentarse a negociar con los palestinos el mapa de ruta que plante¨® la Comisi¨®n Mitchell. Quiz¨¢s ayudar¨ªa a terminar con la violencia poner por delante la esperanza. Tras lo que ha pasado, los palestinos la necesitan; tanto como los israel¨ªes la seguridad. Es dudoso que Sharon pueda generar tal esperanza, y que Arafat llegue a garantizar seguridad a los israel¨ªes. Pero al menos se cumple la condici¨®n necesaria de que EE UU haya decidido volver a involucrarse. Queda por hacer todo lo dem¨¢s.