Mariam
Ha sido un alivio ver a Mariam, la nueva presentadora de la televisi¨®n afgana, porque estaba empezando a preocuparme por las pocas mujeres que aparecen en las fotos recientes de Kabul. Hemos visto hombres pel¨¢ndose las barbas, hombres comprando v¨ªdeos, hombres escuchando radios y tambi¨¦n hombres matando hombres, cosa que, por otra parte, es muy viril (me refiero a la facilidad criminal, a la violencia f¨ªsica). Pero las mujeres escasean. Supongo que siguen atrincheradas dentro de sus casas; y espero que se trate de un encierro voluntario dictado por la prudencia. Las mujeres saben (y las afganas a¨²n m¨¢s) que ellas son las v¨ªctimas primeras de los conflictos b¨¦licos. Las guerras modernas se ceban sobre todo en los civiles. En las mujeres y en los ni?os.
La ca¨ªda de los brutales talibanes es un motivo de enorme regocijo; incluso pienso que la comunidad internacional deber¨ªa haber invadido Afganist¨¢n antes del 11-S para rescatar a la poblaci¨®n de la barbarie. Pero la situaci¨®n sigue siendo confusa; RAWA, la m¨¢s prestigiosa organizaci¨®n de mujeres afganas, lleva a?os explicando que los de la Alianza del Norte son unos integristas tal vez menos delirantes que los talibanes, pero tambi¨¦n peligrosos y brutales. No podemos permitir que la vida de las mujeres vuelva a ser moneda de cambio para la aparente pacificaci¨®n de la zona: exijamos, como est¨¢ haciendo Emma Bonino, que tambi¨¦n haya afganas en el nuevo Gobierno de Kabul. No es pedir nada raro: ya hubo ministras en Afganist¨¢n antes del frenes¨ª fundamentalista.
Por otra parte, la larga lucha contra el integrismo no acaba con los talibanes. Para crear un mundo m¨¢s justo y m¨¢s seguro tras la pesadilla del 11-S, los occidentales tenemos que ayudar a construir. Aprendimos muy bien la lecci¨®n en Europa con la Segunda Guerra, y ahora deber¨ªamos aplicar la misma receta: el llamado Tercer Mundo necesita un Plan Marshall. Ya hemos demostrado que sabemos hacer la guerra; ahora falta hacer la paz, que es lo m¨¢s importante y lo m¨¢s dif¨ªcil. (Aviso al margen: si quieres firmar una petici¨®n al Congreso para cambiar la ley y conseguir que torturar animales sea un delito, entra en www.altarriba.org o p¨¢sate por las tiendas de la FNAC).
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