Marginaci¨®n vergonzosa
Hay que preguntarse, y al mismo tiempo avergonzarse, c¨®mo es posible que en este siglo, en el que presumimos de evoluci¨®n y progreso, existan personas que por su condici¨®n social o ¨¦tnica vivan sumidos en la miseria y marginados del resto de la sociedad.
?Qu¨¦ pasa? ?No hay gobiernos capaces de buscar una soluci¨®n definitiva a esta triste realidad? Parece ser que no les interesa quebrarse un poco la cabeza, solucionando problemas, para lo cual han sido votados por el pueblo llano y sencillo.
Se hacen las cosas sin pensar en las consecuencias.,Eejemplo vergonzante de Sevilla: las 3.000 Viviendas, las 624, etc¨¦tera.
?D¨®nde est¨¢n los planes de integraci¨®n?
Todav¨ªa no se han enterado nuestros queridos pol¨ªticos que la integraci¨®n s¨®lo dejar¨¢ de ser una utop¨ªa, cuando cada persona de la raza que sea tenga un trabajo que dignifique su condici¨®n humana. Aqu¨ª s¨®lo se parchea, pretendiendo ocultar en la periferia esta vergonzante situaci¨®n.
Es un gran problema social, asum¨¢moslo todos solidaria y equitativamente, no estableciendo diferencias entre los ciudadanos que trabajando pagan honradamente sus impuestos.
Masificaci¨®n o concentraci¨®n igual a fracaso.
Despu¨¦s se critica a los vecinos por su actitud de rechazo a este tipo de intervenciones, que consiste en adjudicar viviendas sin ton ni son, y en vez de solucionar un problema, surgen nuevos a?adidos: el de la imposible convivencia.
La soluci¨®n pasa por: reparto; entrega de viviendas y ayudas condicionadas; inspecciones y seguimientos que ayuden al cambio de comportamientos por el colectivo marginal.
?Qui¨¦n va a rechazar a un ser humano que viva y se comporte dignamente?
Es necesario llegar a un consenso pol¨ªtico, tanto provincial, auton¨®mico e incluso de Estado, en el que se establezca una ratio que evite la desproporcionalidad.
Podr¨ªa reservarse en las distintas bolsas de trabajo un porcentaje para que estas personas pudieran ir integr¨¢ndose en el mundo laboral a trav¨¦s de trabajos sociales. ?Vayamos sustituyendo la caridad por trabajo y eso s¨ª ser¨¢ un gran logro social! Entre todos podemos y hemos de conseguirlo, pero los pol¨ªticos tienen que aprender a escuchar a los vecinos que, en definitiva, son los que conocen las necesidades, problemas y carencias de su barrio y no actuando con alevos¨ªa.
No estamos en una dictadura, afortunadamente, para encontrarnos con desagradables sorpresas que son las que ocasionan los levantamientos vecinales.-
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