Patriotismo constitucional: Aznar en Estepona
En Madrid se habla, en c¨ªrculos pol¨ªticos y acad¨¦micos, sobre el patriotismo constitucional, un concepto desarrollado por J¨¹rgen Habermas, quien lo hab¨ªa recibido a su vez de Dolf Sternberger, otro autor alem¨¢n que propone a la sociedad alemana un concepto, patriotismo constitucional, elenco de valores democr¨¢ticos que resta?e las heridas del pueblo alem¨¢n, que hab¨ªa pagado y hecho pagar a muchos, por un patriotismo identitario devastador para Europa y el mundo.
Esta imagen se nos hace conocida, pues nuestra realidad tras la dictadura ten¨ªa bastantes analog¨ªas con la alemana. El patriotismo as¨ª comprendido viene a significar la aceptaci¨®n de valores como la libertad, la igualdad y la aceptaci¨®n del Estado de Derecho. En definitiva, la aceptaci¨®n de unas reglas del juego democr¨¢tico.
En Espa?a, uno de los primeros en manejar en la pol¨ªtica el concepto de patriotismo constitucional fue el senador socialista Juan Jos¨¦ Laborda. El secretario general del PSOE, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, ha teorizado sobre la necesidad de lograr unificar intereses alrededor de estos valores. Ahora, el PP intenta apropiarse aqu¨ª en la pol¨ªtica espa?ola del concepto y, como es evidente, de manera excluyente. El presidente Aznar ha encargado incluso una ponencia al respecto.
El debate, sin dudas, nace cargado de inter¨¦s porque en la pol¨ªtica espa?ola es necesario incrementar los espacios dedicados a la defensa de la pol¨ªtica, de la ¨¦tica, de lo p¨²blico, a la promoci¨®n de los valores como la libertad, la solidaridad y las reglas limpias para el juego democr¨¢tico. En Espa?a hay formaciones pol¨ªticas que convierten lo 'identitario' en la base de su existencia y frente a esto es preciso incrementar los espacios de valores que superen el concepto de patriotismo tradicional. Pero es preciso someter a verificaci¨®n todas las grandes declaraciones.
Ahora el PP ha iniciado en Andaluc¨ªa una ofensiva pol¨ªtica para lograr, a cualquier precio, alcald¨ªas de municipios litorales, que entra?an un gran inter¨¦s econ¨®mico por su potencial tur¨ªstico e inmobiliario. En el caso de C¨¢diz, el PP gobierna sin haberlo ganado en las urnas, con alianzas diversas y oscuras e integrada por tr¨¢nsfugas de distinto origen, los siguientes municipios: Tarifa, San Roque y La L¨ªnea. Ahora adem¨¢s acaba de ganar una moci¨®n de censura en Estepona con el apoyo de los concejales del grupo GIL. Esta generalizaci¨®n de alianzas cargadas de tr¨¢nsfugas tiene la singularidad de que el PP legaliza y legitima el origen, los objetivos y las pr¨¢cticas del grupo GIL en los ayuntamientos andaluces.
Surgen varias preguntas: ?es compatible la defensa del patriotismo constitucional con pr¨¢cticas despreciables como el acuerdo para tapar las irregularidades y presuntas corrupciones de concejales del GIL en el Ayuntamiento de Estepona? ?Es correcto que el presidente del Gobierno, se?or Aznar, alardee de defensa de una Constituci¨®n y ampare estas pr¨¢cticas indignas de un pa¨ªs democr¨¢tico en la Uni¨®n Europea del siglo XXI?
Parece que el PP ha llegado a un nivel preocupante de desprecio hacia la opini¨®n p¨²blica y al resto de fuerzas pol¨ªticas cuando es capaz de romper los acuerdos sobre el transfuguismo, acuerdos anti-GIL, y maltratar un sentido elemental sobre la ¨¦tica y la moralidad en el ejercicio p¨²blico, y al mismo tiempo realizar declaraciones pomposas sobre las excelencias de la democracia.
El ponente de pol¨ªtica social del Congreso del PP ser¨¢ el alcalde de Las Palmas, se?or Soria, quien acaba de expulsar irregular e ilegalmente a centenares de inmigrantes africanos hacia la Pen¨ªnsula; el secretario general del PP, se?or Arenas, se ha encargado de defender el pacto PP-GIL y la cuadratura del c¨ªrculo es amedrentar al rector de Sevilla con descalificaciones e insultos por oponerse a la Ley de Ordenaci¨®n Universitaria. Todo ello en un ambiente de continuas amenazas diversas, querellas incluidas, hacia la oposici¨®n pol¨ªtica y algunos periodistas.
Dios nos coja confesados si estos defensores del patriotismo constitucional siguen derivando de este concepto una pr¨¢ctica cercana a la ilegalidad, que desprecia la esencia de la democracia e insulta a la opini¨®n p¨²blica. M¨¢s que de patriotismo constitucional, en el PP deber¨ªan hablar de una nueva disciplina del derecho: la derecha urban¨ªstica.
Alfonso Perales Pizarro es consejero de Gobernaci¨®n
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