De la vida a la m¨²sica
El ¨²ltimo libro del poeta peruano Eduardo Chirinos (Lima, 1960), ganador del Premio Casa de Am¨¦rica de Poes¨ªa, es un libro honesto, un libro limpio y sincero, que no se deja llevar por tentaciones efectistas o virtuosas, que no comercia con su asunto ni especula con ¨¦l. A cualquier otro su idea central de trazar una m¨ªnima historia de la m¨²sica, homenajeando ciertas piezas con poemas por ellas inspirados, podr¨ªa haberle servido de puro pretexto para la propia creaci¨®n, como excusa propiciatoria de una labor de otro modo sin motivo claro o como trabajo meramente imitativo de los procesos mel¨®dicos.
En Chirinos, sin embargo, la m¨²sica es m¨¢s que un decorado de ¨¦poca o una nota de ambientaci¨®n para el poema que tiene, en cambio, su lugar de nacimiento en la melod¨ªa misma. Es en la canci¨®n o en la sinfon¨ªa donde la poes¨ªa encuentra su principio, como si al principio todo hubiera sido canci¨®n y sinfon¨ªa en vez de verbo en el silencio.
BREVE HISTORIA DE LA M?SICA
Eduardo Chirinos Visor. Madrid, 2001 78 p¨¢ginas. 1.000 pesetas
El homenaje de Chirinos va m¨¢s all¨¢ de un mimetismo simple de la forma para operar mediante una apropiaci¨®n m¨¢s ¨ªntima de las sensaciones que dicha forma musical despierta. No es entonces una relaci¨®n descriptiva la que entabla con sus temas, sino que escribe en cercan¨ªa interior con lo descrito. Es lo que Cioran ped¨ªa en sus Ejercicios de admiraci¨®n: crear una obra 'que concurra con el mundo, que no sea su reflejo, sino su doble'. Y consideraba, como ¨²nico tributo posible a aquello que nos ha conmovido, un tipo de labor que corra en paralelo con su objeto, que marche a la par, en concurrencia c¨®mplice con ¨¦l. Y en complicidad con la m¨²sica escribe Chirinos sus textos, ni en imitaci¨®n ni en competencia desleal.
La dependencia entre poes¨ªa y m¨²sica ha funcionado siempre por defecto. La primera envidia de la segunda su libre circulaci¨®n, su ausencia de referentes que en el lenguaje son, en cambio, una trampa inevitable y una cadena de connotaciones. Pero la m¨²sica sin palabras no es nada -dec¨ªa Mallarm¨¦-, apenas 'un vano encantamiento o un matiz demasiado sutil'. Entre ambas, m¨²sica y poes¨ªa, intenta el libro de Chirinos entablar una cordialidad, una especie de compa?¨ªa de la una para con la otra y de encarnaci¨®n. Si una melod¨ªa parece una especialidad en que 'la materia queda superada hasta el olvido', aqu¨ª se intenta revestirla de las im¨¢genes y los vocablos que ella convoca. No se trata de transmitir con voces los giros de la m¨²sica -¨¦sa habr¨ªa sido una soluci¨®n muy burda-, sino de calcar las sensaciones que transmite. ?ste es un libro m¨¢s sensorial, por ello, que reflexivo, puesto que la causa que lo impulsa posee un alto grado de intensidad y de pureza emotiva.
'Tenemos el arte', cre¨ªa Nietzsche, 'para no morir de la verdad'. El arte es un mediador y este libro celebra esa mediaci¨®n con un doble juego traslaticio: de la vida a la m¨²sica y de aqu¨ª al poema. Ni que decir tiene que dicha traslaci¨®n hace de este ¨²ltimo un verdadero laboratorio, un espacio metaliterario donde estudiar la posibilidad real o no de traducir lenguajes distintos -si un soneto puede recoger las evocaciones de una sonata- y comunicar de otra manera una primera impresi¨®n est¨¦tica.
Es tambi¨¦n un libro que postula la totalidad de la experiencia art¨ªstica, esa convicci¨®n en una summa de las artes que empez¨¢bamos a perder. En la trastienda de este libro humilde se esconde, sin embargo, la fe en el poema total que encierra todas las m¨²sicas, todos los poemas. Cada texto convoca todo el pasado del mundo y cualquier obra es un di¨¢logo entablado con otras muchas previas. Citando una frase que gusta a Eduardo Chirinos y por la que parece guiarse, 'en cualquier poema, por peque?o que sea, debe notarse que existi¨® Homero'. Los suyos testimonian con un profundo agradecimiento que vivieron Bach, Mozart, Sibelius o John Cage.
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