Una berlina con car¨¢cter

El ZT exalta las virtudes din¨¢micas del Rover 75. Se aprecia por fuera, con una imagen m¨¢s agresiva, pero el interior es m¨¢s discreto, aunque incluye asientos m¨¢s envolventes y otros detalles que recrean un ambiente desenfadado y menos serio.

Suspensiones en¨¦rgicas

Los cambios se aprecian m¨¢s en la conducci¨®n, que se beneficia del desarrollo realizado por los ingenieros ingleses. El ZT es como un Rover 75 con preparaci¨®n deportiva, pero tiene la garant¨ªa de una elaboraci¨®n de f¨¢brica. As¨ª, se han reforzado los soportes del motor, las suspensiones y las estabilizadoras, y se han montado unas enormes llantas de 18 pulgadas que han permitido aumentar las medidas de los discos de freno.

El resultado es un comportamiento sensiblemente m¨¢s ¨¢gil, din¨¢mico y sobre todo eficaz. El nuevo MG tiene una estabilidad conseguida, parece ir sobre ra¨ªles en autopista y carreteras amplias, y transmite las sensaciones de las berlinas deportivas. Viaja con aplomo, pero, a pesar de su tama?o, se defiende bien en zonas viradas, balancea poco en las curvas y apenas acusa las inercias de la carrocer¨ªa. Adem¨¢s mantiene un tacto suave en los mandos, obedece con precisi¨®n a la direcci¨®n y cuenta con un cambio r¨¢pido y bien escalonado.

El comportamiento deportivo va unido a una agradable sensaci¨®n de solidez, pero los reglajes en¨¦rgicos de unas suspensiones con recorridos cortos limitan el confort, sobre todo cuando el piso no est¨¢ en perfecto estado. Y se nota en los viajes, porque filtra mal los baches. En cambio, los frenos sobredimensionados incluyen un buen ABS y resisten los esfuerzos sin fatigarse. Pero el ESP (control de estabilidad) no est¨¢ disponible ni como opci¨®n.

M¨¢s potencia

El motor 2.5 V6 de Rover ha recibido una serie de retoques que suben la potencia de 177 a 190 CV. La mejora no se refleja mucho en las prestaciones, pero responde muy bien desde 2.500 vueltas y sube progresivamente hasta 6.800, lo que permite viajar a ritmos r¨¢pidos. Sin embargo, le falta nervio y elasticidad a bajo r¨¦gimen, tarda en recuperarse y exige reducir cuando se quiere acelerar con br¨ªo, sobre todo en zonas viradas. A cambio, es silencioso y tiene un sonido deportivo muy sugerente. Los consumos, como en el Rover 75, no son muy austeros: gasta entre 9 y 10 litros a ritmos suaves y sube f¨¢cilmente a 13 en conducci¨®n r¨¢pida y ciudad.