Alcald¨ªas
Una de las m¨²ltiples im¨¢genes que ha permanecido ya en la retina de todos nosotros tras el atentado de Nueva York ha sido la del alcalde Giuliani dirigiendo los trabajos de rescate. Bastantes medios ya comentaron en su momento que aquellos d¨ªas del desastre mostraron, por un lado, el temple del alcalde de Nueva York y, por otro, el desconcierto del presidente Bush. Los neoyorquinos hab¨ªan encontrado en Giuliani un talism¨¢n frente a la desgracia. Y es que los alcaldes deben tener, entre otros distintivos, el de galvanizar y encarnar los deseos, proyectos e ilusiones de sus ciudadanos. En muchos casos al margen de los partidos y de las propias identidades pol¨ªticas del ciudadano.
El PSOE tiene pensado proponer al PP una vieja idea socialista como es la de modificar la ley municipal para permitir la designaci¨®n del alcalde por elecci¨®n directa de los ciudadanos. Algunos replicar¨¢n que de hecho eso est¨¢ ocurriendo ya en bastantes sitios. Y es verdad. No es posible entender que algunas ciudades y pueblos tengan el alcalde que tienen sin caer en la cuenta de que est¨¢n eligiendo a la persona y no precisamente al partido que lo apoya, en algunos casos inexistente y en otros simplemente fantasmal. En otros sitios, por el contrario, s¨®lo se es alcalde o alcaldesa por el simple y particular hecho de encabezar la lista del PSOE, PP, IU o PA. Si no fuera as¨ª, estos representantes ciudadanos seguramente estar¨ªan dedicados en la actualidad a la cr¨ªa de champi?ones o a sus actividades privadas.
No parece negativa la medida propuesta por el PSOE. No da?ar¨ªa el papel de los partidos; al contrario, reforzar¨ªa la necesidad de ¨¦stos para colocar de candidatos a alcaldes a personas con capacidad de liderazgo y arrastre de votos. No tiene por qu¨¦ suponer aumentar los procesos de personalismo y caudillismo, puesto que la iniciativa se complementa con las listas de partidos. Y, lo que es casi m¨¢s importante, provocar¨ªa en los ciudadanos la necesi-dad de tener que estrujarnos la cabeza para saber que la responsabilidad del alcalde o alcaldesa de nuestra ciudad recae sobre nuestra espalda, es decir nuestro voto, y no s¨®lo sobre la decisi¨®n de un partido. La medida beneficiar¨ªa a todos y dar¨ªa algo m¨¢s de sentido y competitividad a los procesos electorales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.