La nueva ley y la ¨²ltima fuga obligan a replantear los centros de menores
El director de seis centros de menores rechaza que ¨¦stos se conviertan en c¨¢rceles
Sobre la mesa del despacho de Juan Francisco de Dios, el director territorial de Diagrama, la fundaci¨®n que gestiona la mayor¨ªa de los centros de internamiento de menores de Andaluc¨ªa, hay una fotograf¨ªa de tres j¨®venes con actitud entre chulesca y desafiante. Cuando en enero de 2001 entr¨® en vigor la Ley Org¨¢nica Reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores (LORPM), la Junta estim¨® que deb¨ªa prepararse para atender a entre 8.000 y 10.000 j¨®venes que se iban a ver afectados por la nueva norma.
Los de la foto son tres de ellos, como pod¨ªan haber sido otros tres cualquiera. Cometieron un delito y cumplieron su internamiento. Uno trabaja en un supermercado que regenta su familia, otro se enrol¨® en el ej¨¦rcito profesional y est¨¢ destinado en El Ferrol y el tercero volvi¨® a delinquir y vive en un centro en r¨¦gimen semiabierto. Dos ¨¦xitos y un resbal¨®n, un balance que para unos es satisfactorio y para otros no tanto, pero que seg¨²n el director de Diagrama en Andaluc¨ªa avala y justifica con creces la labor de estos centros, que algunos han cuestionado en los ¨²ltimos d¨ªas tras la fuga de 18 internos de Los Alcores, en Carmona (Sevilla), uno de los que gestiona esta fundaci¨®n.
Con la nueva ley, la administraci¨®n auton¨®mica tiene que hacerse cargo de los infractores de entre 14 y 21 a?os y en los centros de internamiento pueden estar incluso hasta los 23 antes de pasar a la c¨¢rcel. Antes de la LORPM, el sistema de reforma de la comunidad abarcaba s¨®lo a los menores de 16. Seg¨²n Juan Francisco de Dios, la entrada en vigor de la ley ha supuesto una 'avalancha' de nuevos internamientos y ha obligado a 'modificar todos los planteamientos educativos'. 'No es lo mismo trabajar con chavales de 14 a?os que de 22', subraya. Seg¨²n las previsiones de la Consejer¨ªa de Asuntos Sociales, para asumir adecuadamente la ejecuci¨®n de estas medidas, Andaluc¨ªa ten¨ªa que dotarse de 47 nuevos centros, entre cerrados (3), semiabiertos (5), abiertos (2), terap¨¦uticos (4), de d¨ªa (11), de medio abierto (18) y especiales de protecci¨®n (4). Adem¨¢s, de nuevos servicios como programas de reinserci¨®n social, abogados de oficio y equipos t¨¦cnicos de apoyo a los jueces y fiscales de Menores. En total, para el primer a?o de puesta en marcha de la LORPM, hay que invertir 13.850 millones de pesetas.
Una de las medidas que m¨¢s han afectado al d¨ªa a d¨ªa de estos centros es que los j¨®venes que ten¨ªan entre 16 y 20 a?os cuando cometieron el delito y que, hasta ahora, estaban cumpliendo condena en un centro penitenciario, pasan ahora a uno de internamiento. 'Vienen con la vida aprendida de la c¨¢rcel', se?ala De Dios, 'y su din¨¢mica no es la de la educaci¨®n y la resocializaci¨®n, sino la de la represi¨®n y la contenci¨®n'. En la c¨¢rcel, a?ade el director de Diagrama, el personal va por un lado y los internos por otro; en los centros de internamiento de menores van todos juntos, 'desde el joven al cocinero y el educador'.
Un d¨ªa normal, los j¨®venes se levantan a las 8.30, arreglan su habitaci¨®n, se duchan y desayunan. Despu¨¦s acuden a clase. En los centros cerrados, los internos reciben all¨ª mismo formaci¨®n b¨¢sica de alfabetizaci¨®n, primaria o ESA (ense?anza secundaria a distancia); en los semiabiertos y abiertos, algunos j¨®venes van a colegios o institutos. Comen sobre las 14.00 y despu¨¦s dedican unas horas a estudiar o a alguno de los talleres profesionales, donde pueden aprender desde jardiner¨ªa e inform¨¢tica a peluquer¨ªa y alba?iler¨ªa. Luego, un poco de deporte, sobre todo, f¨²tbol y sesi¨®n de gimnasio. En el centro cerrado La Jara, en Alcal¨¢ de Guada¨ªra (Sevilla), tienen incluso caballos para practicar equitaci¨®n y en Los Alcores los j¨®venes est¨¢n construyendo un front¨®n. Tras el deporte, una ducha, la cena y un rato de tiempo libre antes de acostarse, sobre las 22.30.
Diagrama gestiona seis centros en Andaluc¨ªa, cinco masculinos y uno femenino. En algunos conviven internos en r¨¦gimen cerrado -que desarrollan todas las actividades en el centro- con otros en semiabierto -viven en el centro, pero realizan fuera algunas actividades-. Para cualquier salida, los j¨®venes de uno y otro r¨¦gimen necesitan autorizaci¨®n judicial. La seguridad, uno de los temas que m¨¢s se ha cuestionado tras la fuga de Los Alcores, no depende tanto del r¨¦gimen de los internos como de la estructura del edificio. De Dios tiene claro que estos centros 'no pueden convertirse en una c¨¢rcel' y la vigilancia debe ser 'la m¨ªnima que garantice el orden'. 'Al principio los l¨ªmites los marca un muro de cinco metros, despu¨¦s, las propias relaciones que el chaval establece dentro', argumenta el director. 'No se puede poner una garita con vigilante en cada esquina ni una alarma sobre cada puerta. Eso es represi¨®n, no afecto', a?ade.
Fuga normal
Para de Dios, las fugas de los menores son, incluso, 'parte del proceso resocializador'. Cuando est¨¢n de permiso, recuerda el director, los j¨®venes van a sus casas, a veces se quedan solos, 'y vuelven en m¨¢s del 90% de los casos'. De Dios no ve mal la posibilidad de que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado vigile los alrededores de estos edificios, 'pero para que no haya intrusiones, no para evitar las fugas'. La idea es que llegue un momento en el que el joven diga: 'no me quiero ir', asegura el director.
De Dios cuenta que muchos de los internos le cuestionan: '?Por qu¨¦ voy a dejar de robar? Si yo en una semana dando palos saco m¨¢s dinero que t¨² en seis meses trabajando'. Para algunos de estos j¨®venes, cometer un peque?o atraco no es s¨®lo una cuesti¨®n econ¨®mica, 'sino un subid¨®n'. Con el delito, seg¨²n el director de Diagrama, compensan todo su sufrimiento, el resentimiento por lo que les toca vivir a muchos de ellos. 'Nosotros tenemos que desmontar eso y hacerles ver el valor de la libertad, de vivir de tu trabajo, de las relaciones sociales', asegura.
[De los 18 j¨®venes que se fugaron el lunes pasado de Los Alcores, 11 a¨²n no han sido localizados]
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