Barcelona gana una nueva rambla tras cubrir la ronda del Mig
10.000 vecinos celebran con una fiesta la apertura del moderno paseo
'Lo mejor de todo es el silencio', afirma Teresa, que vive en la calle de Badal de Barcelona. Ella y 10.000 vecinos m¨¢s recorrieron ayer la rambla de la ronda del Mig, un paseo de 800 metros con palmeras, bancos, papeleras y minimalistas farolas. Era la fiesta de inauguraci¨®n del nuevo paseo. Tras a?os de obras, los vecinos por fin ven por s¨ª mismos el cubrimiento de los tramos de la ronda del Mig comprendidos entre la Travessera de les Corts y la avenida de Madrid, y la calle de Badal entre Antoni de Capmany y la calle de Sants.
La presentaci¨®n del nuevo paseo se celebr¨® con juegos para ni?os, m¨²sica, animaci¨®n, butifarrada popular, vino pele¨®n y agua. Los vecinos se echaron a la calle para disfrutar del largo paseo. M¨¢s de 10.000 personas participaron ayer en la fiesta de inauguraci¨®n de parte de la rambla de la ronda del Mig, desde la calle de Antoni Capmany, en el distrito de Sants-Montju?c, hasta la Travessera de les Corts, en el distrito de Les Corts. La nueva rambla, resultado del cubrimiento de la ronda, ha transformado el inmenso costur¨®n del antiguo cintur¨®n, una aut¨¦ntica autopista a cielo abierto, en un paseo que ancianos, ni?os y j¨®venes recorr¨ªan ayer sin descanso. Con el cubrimiento, que ha costado 1.196 millones de pesetas, se han ganado 755 metros lineales de paseo, de entre 15 y 33 metros de ancho, y se ha actuado sobre una superficie de 33.500 metros cuadrados.
Familias enteras con el peri¨®dico bajo el brazo y un pastel como postre dominical recorr¨ªan la rambla de arriba abajo, acompa?adas a lo largo del camino por bicicletas, pelotas, perros y patinetes. 'Es la diferencia entre el infierno y el cielo, ni m¨¢s ni menos', afirmaba Joan, vecino de la Gran Via de Carles III. Antonio recordaba la ininterrumpida vibraci¨®n de los cristales dobles al paso de los miles de coches, 'un ruido infernal de tr¨¢fico que te machacaba el cerebro', y el polvillo negro que todo lo impregnaba. 'Ahora mi mujer vuelve a tender la ropa y cotillea con la vecina desde el balc¨®n, que antes ten¨ªamos cerrado a cal y canto', rememora, mientras intercambia saludos con varios paseantes. 'Y de poder caminar, ?qu¨¦ me dices? Antes, para buscar un poco de tranquilidad ten¨ªamos que ir hasta la plaza del Centre', le interrumpe otro usuario. 'Somos de la rambla de Brasil', repite orgullosamente Montse mientras empuja la silla de ruedas de su marido, Valent¨ª. 'Me qued¨¦ inv¨¢lido el a?o pasado y tuvimos que irnos a vivir a la calle de Vallespir porque la de Badal estaba entonces imposible', asegura Valent¨ª. Ahora han vuelto y subrayan que la rambla es 'muy, muy agradable', aunque haya 'gamberros en bici, perros que dejan sus cosas en el paseo y gente que da de comer a las palomas, que son un asco'. Mientras Montse describ¨ªa minuciosamente c¨®mo deben limpiarse los excrementos de estas aves urbanas, llegaba el que los vecinos llaman reverencialmente se?or Antonio, 'el rey de la rambla'. 'Yo doy 12 y 13 vueltas al paseo cada d¨ªa, un rato por la ma?ana y otro poquito por la tarde'. 'Claro que ahora es todo tan bonito que los precios se han disparado', objeta Montse.
'?ste es un nuevo espacio p¨²blico para uso ciudadano en un lugar donde durante d¨¦cadas s¨®lo ha habido coches', declar¨® ayer el alcalde de Barcelona, Joan Clos. 'Este tipo de obra siempre es complicada porque dura mucho tiempo, pero al final puede verse que el resultado es fant¨¢stico', a?adi¨®.
Los discriminados
La fiesta tuvo su momento de tensi¨®n. El alcalde Joan Clos fue increpado por un grupo de vecinos que, con carteles que rezaban No discriminaci¨®n, exigen desde hace a?os que el cubrimiento de la ronda del Mig llegue hasta la Diagonal, y no s¨®lo hasta la calle de Mej¨ªa Lequerica. Los vecinos que quieren el cubrimiento se?alan que el teniente de alcalde Xavier Casas siempre les dice lo mismo: 'Lo que ped¨ªs es imposible'. 'Si se van a ganar 8.000 metros cuadrados al mar en el Bes¨°s, bien pueden cubrir los 100 metros que quedan hasta la Diagonal', se?ala una vecina afectada.
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