'Lo bueno en investigaci¨®n es la movilidad'
Es uno de esos cient¨ªficos necesarios que cambi¨® bata blanca y banco de laboratorio por corbata y oficina. A sus 42 a?os, Daniel Ram¨®n, biotecn¨®logo, es un experimentado gestor cient¨ªfico: ha sido director del Instituto de Agroqu¨ªmica y de Tecnolog¨ªa de los Alimentos de Valencia (IATA), y durante cinco a?os y medio coordinador del ¨¢rea de Tecnolog¨ªa de Alimentos del Consejo Suoerior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), la instituci¨®n cient¨ªfica m¨¢s importante del pa¨ªs. A pesar de todo, Ram¨®n ha seguido en contacto con el mundo real: imparte una asignatura de Tecnolog¨ªa de Alimentos en la Universidad de Valencia y lidera su grupo de biotecnolog¨ªa de siempre en el IATA. En su faceta medi¨¢tica, ha sido uno de los defensores m¨¢s cualificados de los alimentos transg¨¦nicos. En marzo pasado, volvi¨® a casa para ponerse al frente del consejo en la Comunidad Valenciana.
'Espero que el programa Ram¨®n y Cajal no sea s¨®lo una tormenta de verano'
Pregunta. ?Qu¨¦ significa ser coordinador institucional del CSIC?
Respuesta. Es un nombre algo aparatoso... Se trata de representar a los institutos de la comunidad aut¨®noma, servir de enganche con Madrid y sustituir al presidente del consejo en los actos a los que no puede acudir en la autonom¨ªa.
P. ?Qu¨¦ ¨¢reas cient¨ªficas son m¨¢s fuertes en la Comunidad Valenciana?
R. Somos fuertes en biolog¨ªa, agroalimentaci¨®n y biomedicina, tambi¨¦n en f¨ªsica y recursos naturales. Eso no significa que haya que dar de lado a otras ¨¢reas con menor masa cr¨ªtica como las ciencias sociales. Buscamos una aproximaci¨®n multidisciplinar a la ciencia, como siempre ha tenido nuestra instituci¨®n.
P. ?Hay alg¨²n proyecto concreto que est¨¦ ya desarrollando?
R. En los ¨²ltimos meses hemos llegado a un convenio entre Universidad Polit¨¦cnica, Universidad de Valencia y CSIC para coordinar esfuerzos en gen¨®mica y prote¨®mica y conseguir la infraestructura necesaria para pode desarrollar estas t¨¦cnicas y que los grupos que quieran puedan usarla. Son dos estrategias de investigaci¨®n del futuro. Es importante que la mayor cantidad de grupos empiecen a introducirlas en su trabajo cotidiano. Considero fundamental la colaboraci¨®n tanto entre los institutos del consejo como con universidades y otros centros p¨²blicos. Esperamos tener varios proyectos para presentar en Madrid en marzo. P. ?Va a colaborar el consejo con el futuro centro de investigaci¨®n de la biomedicina de la Generalitat?
R. Hasta el momento, nosotros no tenemos constancia de este proyecto, pero bienvenido sea y m¨¢s si es de esa envergadura. Cuando conozcamos el proyecto cient¨ªfico y si tiene inter¨¦s, ning¨²n problema en cooperar.
P. ?Y que hay de la cooperaci¨®n entre investigadores y empresas?
R. Hay un caso paradigm¨¢tico que es el del Instituto de Tecnolog¨ªa Cer¨¢mica de Castell¨®n, que vive la problem¨¢tica del sector cer¨¢mico d¨ªa a d¨ªa. Ese modelo es dif¨ªcilmente extrapolable a otros ¨¢mbitos de la investigaci¨®n, porque aqu¨ª no hay otro sector industrial tan potente como ¨¦se detr¨¢s. Por ejemplo, en farmac¨¦utica o biomedicina no hay industria como para justificar tener un instituto que conviva con ella. En agroalimentaci¨®n, la colaboraci¨®n es complicada porque tratamos con un producto con muy poco valor a?adido, en el que el margen de beneficios es muy peque?o. Aqu¨ª no hay multinacionales de la agroalimentaci¨®n como pueda haber en otros pa¨ªses de la UE y, por tanto, el tipo de investigaci¨®n es bien distinto al que hacen nuestros colegas holandeses o ingleses. Eso no es una tragedia, yo me siento a gusto cooperando con peque?a y mediana empresa, aunque nuestros proyectos no sean de centenares de millones. Pero en la Comunidad Valenciana la inversi¨®n privada es mucho menor que en cualquier otro pa¨ªs de la UE.
P. ?Est¨¢ en crisis el noviazgo entre cient¨ªficos e industria?
R. No lo creo, hemos avanzado mucho. Pero de todo modos a m¨ª me da mucho miedo la situaci¨®n que estamos viviendo en los ¨²ltimos a?os en Europa. Parece que todo lo que hagamos tiene que estar necesariamente ligado a la industria o ser aplicado o interesar a la sociedad. Eso es un error que vamos a pagar caro. Lo que hay que hacer es buena investigaci¨®n, de ah¨ª siempre salen las aplicaciones. No se puede investigar a golpe de lo que el consumidor quiere. Esto ocurre muy a menudo en alimentaci¨®n. Ahora todo el mundo quiere investigar en el mal de las vacas locas, en priones. Pues no, ahora no es el momento, lo hubiese sido diez a?os atr¨¢s, para conocer las bases del problema. Pero entonces a ning¨²n gestor le hubiera interesado arriesgarse, invertir en algo tan raro. Ahora s¨ª, es un problema que interesa a la sociedad. Tenemos que cooperar con el sector industrial y hacemos esfuerzos para ello, pero hay que dejar mucho margen a la originalidad.
P. ?C¨®mo valora el programa Ram¨®n y Cajal para evitar la fuga de cerebros?
R. Esto de la fuga de cerebros a m¨ª no me gusta nada. Son personas, bien formadas en la investigaci¨®n. El programa Ram¨®n y Cajal me parece estupendo porque va a estabilizar por unos a?os a una serie de investigadores, lo que espero es que contin¨²e y que no sea s¨®lo una tormenta de verano. Lo que es evidente es que toda la apuesta la est¨¢n haciendo los laboratorios p¨²blicos y no se hace nada desde la iniciativa privada. Y no nos enga?emos: es imposible que la universidad o el consejo estabilicen a todos. Me sentir¨¦ mucho m¨¢s tranquilo cuando vea que a los doctores espa?oles les contratan empresas industriales espa?olas. Quien en esto est¨¢ fallando es lo privado. Y cada investigador que se vaya o abandone su carrera cient¨ªfica ser¨¢ una p¨¦rdida importante porque nunca hemos tenido una generaci¨®n tan bien formada como esta.
De todos modos, existe el problema muy espa?ol de que la gente quiere volver al lugar al que se ha formado, cuando lo bueno para la investigaci¨®n es la movilidad. Si consideramos que muchos investigadores encuentran un lugar de trabajo fuera de sus centros, las cifras no son tan negativas.
P. Usted es un defensor a ultranza de los trasg¨¦nicos, ?cu¨¢l es el estado de la batalla?
R. Las tesis en contra de los transg¨¦nicos est¨¢n cayendo. Hace un par de semanas se present¨® un informe de 81 instituciones con m¨¢s de 400 trabajos de evaluaci¨®n sanitaria de alimentos transg¨¦nicos sin que se detecte un solo problema para la salud. En Bruselas se est¨¢n dando cuenta de que es un error haber puesto cortapisas a unos desarrollos simplemente por opiniones de coraz¨®n sin datos cient¨ªficos que las avalaran.
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