Fin de una racha injusta

La Real Sociedad acab¨® ayer con una de las injusticias del campeonato: la imbatibilidad del Valencia. El conjunto dirigido por Ben¨ªtez no se sostiene ya sobre su escas¨ªsima propuesta futbol¨ªstica, sobre una vulgaridad ¨²nicamente v¨¢lida para contagiar su aburrimiento al rival y de esta forma ir tirando a base de empates. Puro maquillaje. Tan indecorosa f¨®rmula se hab¨ªa repetido ya en ocho ocasiones, ocho empates que serv¨ªan para homenajear la racaner¨ªa de un conjunto hasta hace poco divertido.

La Real cort¨® la ficci¨®n del Valencia a base de mucha paciencia y de un pase magistral de De Pedro, el m¨¢s se?alado para romper una defensa de cemento. Justo cuando los donostiarras empezaban a desinflarse y a jugar el no juego del rival, la zurda de De Pedro se invent¨® una cesi¨®n que coloc¨® a Jankauskas en la obligaci¨®n de marcar. Su gol seren¨® los nervios de los blanquiazules, que ya se ve¨ªan en una encerrona y sin demasiados argumentos para sacudirse el ejercicio de hipnotismo del Valencia. Sin un centro del campo visible, ¨¦stos se enzarzaron con los centrocampistas locales en una partida surrealista de billar. El bal¨®n estuvo m¨¢s tiempo fuera que dentro del c¨¦sped, y as¨ª hasta que el descanso zanj¨® la aberrante discusi¨®n.

Incapaz de cambiar el paso, el Valencia volvi¨® a comparecer como si defendiera un empate. No parec¨ªa advertir que el luminoso honraba a Jankauskas. Frente a la incapacidad del centro del campo visitante, la Real propuso el doble pivote formado por Xabi Alonso y Aranburu, incansable en la recuperaci¨®n del bal¨®n y con una gran capacidad para abrir espacios. Con esta pareja, los donostiarras se asomaron por todas partes, casi siempre en contras r¨¢pidas y muy bien armadas pero mal definidas por Kokhlov o Jankauskas, justamente los dos jugadores sobre cuya cabeza pende un traspaso en diciembre. El Valencia sali¨® de su ensimismamiento para presionar en el centro del campo y hurgar en los nervios de la Real, muy dada a descomponerse en Anoeta. Los de Ben¨ªtez jugaban sin argumentos ni l¨®gica, pero al menos corr¨ªan lo suficiente para conducir balones trompicados cerca del ¨¢rea de Alberto. En eso estaban cuando un contragolpe fulgurante de la Real muri¨® con un penalti junto a Ca?izares. Jankauskas certific¨® ah¨ª mismo el fin de la racha de empates del Valencia. Pura justicia.

Ya sin estrecheces, la Real se abandon¨® a la direcci¨®n de su doble pivote. Aranburu, de 22 a?os, y Xabi Alonso, que ayer cumpli¨® 20, comparten rasgos similares: seriedad, esp¨ªritu de sacrificio, visi¨®n de juego y una gran facilidad para mover con criterio el bal¨®n. La Real est¨¢ en sus manos. El Valencia, en cambio, busca un cerebro.