Rabbani no excluye la presencia de talibanes en el futuro Gobierno

'El Estado Isl¨¢mico de Afganist¨¢n entregar¨¢ el poder a la Administraci¨®n provisional que salga de la conferencia de Bonn', anunci¨® ayer Burhanuddin Rabbani. El l¨ªder de la Alianza del Norte intentaba atajar las dudas sobre la sinceridad de su apoyo al proyecto de paz que patrocina la ONU. Rabbani tambi¨¦n dej¨® abierta la posibilidad de que talibanes que no tengan las manos manchadas de sangre participen en el futuro Gobierno.

'Mantenemos nuestros compromisos con Naciones Unidas en lo que se refiere a los esfuerzos para convocar una Loya Jirga y Consejo provisional', manifest¨® Rabbani. Para reforzar sus palabras, el presidente depuesto por el r¨¦gimen talib¨¢n en 1996 subray¨® el env¨ªo de una delegaci¨®n a la conferencia de reconciliaci¨®n nacional que la ONU ha organizado en Bonn a partir del pr¨®ximo martes. Y un gesto: entre los 11 miembros de esa misi¨®n habr¨¢ una mujer, Amina Afzali, la viuda de un muyahidin, que hasta ahora habitaba en la ciudad iran¨ª de Mashad.

Seg¨²n el acuerdo alcanzado con Naciones Unidas, la Alianza del Norte env¨ªa a la mitad m¨¢s uno de los 21 participantes y los 10 restantes se dividen entre los seguidores del ex rey Mohamed Zahir Shah (4 delegados), la Asamblea de Peshawar (3) y Proceso de Chipre (3). 'Tambi¨¦n van a acudir algunos asesores de cada una de las partes', a?adi¨® Rabbani.

Asamblea Tradicional

'En Bonn vamos a ponernos de acuerdo sobre un mecanismo para formar una Shura [Consejo] que elija una Administraci¨®n provisional', explic¨® el ex presidente. 'El paso siguiente ser¨¢ la convocatoria de una Loya Jirga que apruebe las decisiones de ese Consejo y la Administraci¨®n provisional', a?adi¨®. 'Una vez aprobadas, el Estado Isl¨¢mico de Afganist¨¢n entregar¨¢ el poder a esa Administraci¨®n'.

Las palabras de Rabbani contrastan con los gestos que hab¨ªa realizado estos ¨²ltimos d¨ªas y que daban a entender que se agarraba a su cargo de presidente del Estado afgano internacionalmente reconocido. Sin embargo, su ambici¨®n pol¨ªtica ha chocado de frente tanto con la voluntad de la comunidad internacional como con el recelo de otros dirigentes de su coalici¨®n. De momento, Rabbani ha optado por guardar las formas y esperar a ver los resultados de Bonn. Incluso en su entorno se afirma que va a abandonar el palacio presidencial, donde ha estado residiendo desde su llegada a Kabul.

El l¨ªder de la Alianza del Norte tambi¨¦n abri¨® la puerta a una eventual participaci¨®n de antiguos talibanes, siempre que no tengan las manos manchadas de sangre. 'Los talibanes, no como organizaci¨®n, sino como individuos, all¨ª donde sean poderosos, no veo raz¨®n para excluirles del proceso de paz', manifest¨® Rabbani. 'Aceptaremos a los que no tengan muchos, muchos cr¨ªmenes, y si los elige el pueblo para formar parte de la Loya Jirga', a?adi¨®. Una de las mayores dificultades para formar un Gobierno de transici¨®n representativo es la ausencia de un liderazgo past¨²n claro. De ah¨ª el inter¨¦s por subir a bordo a los dirigentes de esa etnia que est¨¦n disponibles. Son pastunes entre el 38% y el 45% de los afganos.