La disputada corona de Carlos II el Hechizado
Una exposici¨®n relata la entrada de la dinast¨ªa borb¨®nica con documentos del Archivo Municipal de M¨¢laga
Entre finales del siglo XVII y comienzos del XVIII se produce un incremento notable de la poblaci¨®n malague?a, a pesar de la alta mortalidad infantil, las epidemias, las hambrunas y las cat¨¢strofes como el terremoto de 1680 o los frecuentes desbordamientos del r¨ªo Guadalmedina. Hay una fuerte corriente migratoria del campo hacia la ciudad. La econom¨ªa se resiente a finales del XVII. Los per¨ªodos de sequ¨ªa se alternaban con lluvias torrenciales que hacen perder las cosechas. La mayor parte de la poblaci¨®n viv¨ªa de la agricultura. Sin embargo, es el comercio malague?o el que experimenta un desarrollo extraordinario, convirti¨¦ndose en la principal fuente de riqueza de la ciudad.
As¨ª dejan M¨¢laga los ¨²ltimos a?os del siglo XVII. Pero no solo se cambia de siglo. Tambi¨¦n de dinast¨ªa. La estirpe de los Austrias se agota con Carlos II el Hechizado, que muere sin descendencia y deja al pa¨ªs sumergido en un conflicto para ocupar el trono. A ese puesto aspira su sobrino nieto, Felipe de Anjou, nieto del rey de Francia Luis XIV que luchar¨¢ frente a la casa de Austria, los ingleses y los holandeses. 'M¨¢laga, a excepci¨®n de una peque?a minor¨ªa, desde el primer momento apoya el reinado de los Borbones, al igual que toda Andaluc¨ªa', dice Mar¨ªa Pepa Lara, directora del Archivo Municipal de M¨¢laga. 'Por eso, no sufre grandes cambios. Sin embargo, a Arag¨®n y Catalu?a, que apoyaron a los Austrias, se les abolieron los fueros con Felipe V', a?ade. El Archivo Municipal de M¨¢laga acoge hasta el 9 de diciembre una muestra con litograf¨ªas, planos, censos y documentos aut¨®grafos de los reyes, que recogen la vida de los malague?os de esa ¨¦poca y su relaci¨®n con la corona.
Andaluc¨ªa se vio envuelta en el esp¨ªritu franc¨¦s. 'En el modelo municipal se constituyen figuras nuevas con la llegada de Felipe V como el jurado, que defiende ante los regidores la figura del pueblo, siempre con el apoyo real', dice Marion Reder, profesora de Historia Moderna de la Universidad de M¨¢laga. 'Con la llegada de Felipe V tambi¨¦n se modific¨® la estructura social e incluso la moda. De la tela oscura de los trajes, la holandilla y los encajes se pasa a modelos m¨¢s vistosos llenos de brocados', dice Reder. 'Desaparece el aspecto severo de los Austrias y aparece un estilo m¨¢s sofisticado y elegante. Tambi¨¦n los hombres comienzan a usar pelucas', a?ade.
'Carlos II y Felipe V nunca visitaron M¨¢laga, aunque la corte mantuvo siempre un contacto muy estrecho con todas las ciudades', dice Lara. Sin embargo, Felipe V s¨ª que pas¨® largas temporadas en el Alc¨¢zar de Sevilla, cur¨¢ndose de sus depresiones.
La p¨¦rdida de Gibraltar
S¨®lo 80 soldados proteg¨ªan Gibraltar de cualquier ataque. Estas tropas y apenas un centenar de ca?ones se enfrentaban el 4 de agosto de 1704 a unos 60 buques de la armada angloholandesa con 200.000 hombres y m¨¢s de 3.000 piezas de artiller¨ªa. El resultado, la p¨¦rdida de La Roca. Unos d¨ªas antes de la p¨¦rdida de Gibraltar, el 11 de julio, el gobernador de este territorio, Diego de Salinas, env¨ªa una carta al cabildo malague?o advirtiendo de la presencia de unos 90 barcos hostiles y del peligro que supone para toda la costa debido a la falta de medios militares. Salinas pide al gobernador de M¨¢laga que transmita su dif¨ªcil situaci¨®n a la armada francesa que se dirige a la zona. El 13 de agosto, se avista en las costas de Marbella la armada angloholandesa. Desde que d¨ªas anteriores a la derrota de los gibraltare?os la escuadra enemiga hab¨ªa intentado instalar tropas de infanter¨ªa en tierra a la distancia de dos leguas de Torremolinos, las autoridades malague?as estaban alerta. Hab¨ªan llamado a las milicias de Antequera y villas cercanas, llegando a los 7.000 hombres. Pronto, los barcos franceses alcanzar¨ªan las costas malague?as al mando del conde de Tolosa, hijo de Luis XIV. 'El 24 de agosto se produjo frente a nuestras costas la que seg¨²n muchos autores fue la batalla naval m¨¢s importante de la Guerra de Sucesi¨®n', afirma Mar¨ªa Pepa Lara. 'Fue una contienda muy dura. Desde las siete de la ma?ana hasta que cay¨® la noche. Ambas armadas sufrieron muchas p¨¦rdidas y la Historia no da un claro vencedor, aunque los franceses entraron en M¨¢laga como triunfadores', a?ade. Una litograf¨ªa de la ¨¦poca, expuesta en las salas del Archivo Municipal, conmemora el combate naval frente a las costas de V¨¦lez-M¨¢laga.
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