Tras la plata del Piojo

El Valencia, en 1996, acord¨® pagar 608 millones de pesetas al Racing de Avellaneda por un extremo zurdo y r¨¢pido como el viento, Claudio Javier L¨®pez, el Piojo L¨®pez. Sin embargo, el club espa?ol no destin¨® todo ese dinero al argentino, inmerso ya entonces en una crisis econ¨®mica, sino que lo distribuy¨® entre distintos destinatarios seg¨²n sus cuentas, a las que ha tenido acceso este peri¨®dico. En concreto, s¨®lo consign¨® al Racing 224 millones. El resto lo reparti¨® as¨ª: 159,8 para M. Valle Pati?o, un particular; 144,9, para el Club Universitario de C¨®rdoba, una sociedad desconocida, y 79,38 para los Futbolistas Argentinos Agremiados (AFA), es decir el 15% que suele quedarse este colectivo cuando uno de sus miembros se va, traspasado, del pa¨ªs.

?Qui¨¦n es M. Valle Pati?o? ?Qu¨¦ es el Club Universitario de C¨®rdoba? 'Ni idea. Preg¨²nteselo a quien se lo haya filtrado', responde el consejero delegado del Valencia, Manuel Llorente, responsable de las cuentas del club desde finales de 1995. 'Pati?o era el representante del Piojo', explica Jes¨²s Mart¨ªnez, ex secretario t¨¦cnico y principal impulsor del fichaje. 'Pero esa otra entidad no s¨¦ qu¨¦ es. Que yo sepa, el Racing ten¨ªa toda la propiedad sobre el Piojo', a?ade.

As¨ª, el agente del delantero se embols¨® supuestamente un 25% del fichaje y no el 10% habitual. En cuanto a los 144 millones destinados al Club Universitario no hay noticias. Tan s¨®lo, que L¨®pez, ahora en el Lazio, naci¨® en Riotercero, en la provincia argentina de C¨®rdoba. 'Ese dinero ir¨ªa al Racing o al jugador', dice Francisco Roig, presidente entonces del Valencia, que tampoco sabe nada del Universitario.

Desde marzo de 2000, Hacienda est¨¢ investigando a 18 clubes de la Primera y la Segunda Divisi¨®n, entre ellos el Madrid, el Barcelona y el Valencia, a los que reclama unos 35.000 millones de pesetas.

El Valencia declar¨® al fisco, en diciembre de 1996, una autofactura de 97.372.800 pesetas, es decir el 16% de IVA del supuesto pago al Racing por el Piojo. Sin embargo, ni siquiera la mitad del precio oficial recal¨® en el club de Avellaneda. Y, seg¨²n las cuentas del Valencia, 160 millones fueron a manos del representante del jugador.

Los inspectores fiscales sospechan que este sistema permit¨ªa a los clubes espa?oles adelantar parte de los salarios de sus futbolistas, de modo que, al efectuarse en el extranjero, no tributaran a la Hacienda espa?ola. Asimismo, los clubes se ahorrar¨ªan practicar la retenci¨®n pertinente del IRPF, el 47%, del dinero asignado presumiblemente a los jugadores.

Las formas de cobro habr¨ªan sido, pues, de lo m¨¢s pintorescas. Claudio L¨®pez, por ejemplo, fue el destinatario en su etapa valencianista de 179.313.625 pesetas a trav¨¦s de una empresa llamada Kiscowin Sport BV entre abril de 1998 y junio de 1999. En ese periodo el presidente del club era Pedro Cort¨¦s, que dej¨® ese cargo el pasado verano.

?Qu¨¦ es Kiscowin? 'Ni idea', vuelve a responder Llorente. En realidad, se trata de una compa?¨ªa holandesa que actu¨® de intermediaria entre la entidad valencianista y el Piojo, as¨ª como en el caso de C¨¢ceres, un defensa central argentino ahora en el Celta.

El cobro de L¨®pez a trav¨¦s de Kiscowin figura en la contabilidad del club, pero ni siquiera como derechos de imagen. Estos derechos los percibi¨® a trav¨¦s de otra sociedad, Balron BV, tambi¨¦n holandesa -la legislaci¨®n de este pa¨ªs es comparativamente muy laxa en material fiscal, en especial si las firmas residen en las Antillas holandesas-. El jugador se embols¨® unos 38 millones por temporada por este concepto. Una ley espa?ola de 1997 fij¨® en el 15% de la ficha el tope de esos derechos de imagen, si bien los clubes siguieron pagando mucho m¨¢s de ese porcentaje. Por otro lado, la n¨®mina del Piojo en el Valencia rondaba las 700.000 pesetas brutas al mes, una cantidad insignificante para el total que percib¨ªa al a?o.

Los clubes prev¨¦n recibir las actas de Hacienda a principios de enero de 2002. Los ejercicios sometidos a inspecci¨®n van desde 1996 hasta 1999. Una vez esclarecidas las retenciones que los clubes deb¨ªan efectuar, los expertos fiscales consultados indican que ser¨¢n revisadas las correspondientes declaraciones a Hacienda de los propios futbolistas.