Espejos de la modernidad
Muchas familias bien han preferido desde antiguo alejar a sus hijas de los artistas y su mundo, pero si llega a cumplirse la profec¨ªa anunciada en esta impresionante novela ser¨¢ la humanidad al completo quien renuncie a todo trato con el arte. A menos de cinco a?os vista, en la primavera de 2006, la pintura HD (hiperdram¨¢tica) se ha apoderado del mercado pict¨®rico-escult¨®rico internacional y los cuerpos humanos (generalmente j¨®venes y delgados) son utilizados como lienzos en los que se invierten extraordinarias fortunas. Bordeando la legalidad y cualquier rudimento de moral, desalmados de toda condici¨®n hacen su agosto con mobiliario humano, art-shocks y performances en las que se explota a ni?os, adolescentes y ancianos. En medio de este desolador panorama, el holand¨¦s Bruno van Tysch destaca como el m¨¢s importante creador y se dispone a celebrar los 400 a?os del nacimiento de Rembrandt, para lo cual requiere, entre otros miles de caprichos, el concurso de una joven modelo espa?ola, la ambiciosa Clara Reyes, a cuya penumbra consagra Juan Carlos Somoza este s¨®lido y entretenido an¨¢lisis de la connivencia entre arte y locura, entre maldad y belleza.
CLARA Y LA PENUMBRA
Jos¨¦ Carlos Somoza Planeta. Barcelona, 2001 544 p¨¢ginas. 2.750 pesetas
Espa?ol nacido en La Habana en 1959, Somoza es un experto en ficciones sofisticadas en las que el terror, la elegancia y la eficacia envuelven al lector de principio a fin y desde sus primeras novelas, Planos (1994) y El silencio de Blanca (1996), los galardones y los lectores han ido en aumento hasta llegar a este Premio Fernando Lara 2001 que refrenda su consolidaci¨®n como narrador de primer nivel. Mas no s¨®lo Somoza demuestra con este libro haber alcanzado una madurez y una calidad infrecuentes: es el conjunto del mercado editorial en lengua espa?ola quien puede felicitarse adem¨¢s por haber dado con un estilo y unos temas que dejan sin sentido muchos de los tics de una industria a menudo empe?ada en importar ficciones y artificios a los que ni siquiera los buenos resultados comerciales salvar¨ªan de un juicio elemental.
Basada en la investigaci¨®n de tres asesinatos relacionados con las obras de Van Tysch, la narraci¨®n discurre por los vericuetos de una Europa que sacrifica grandes dosis de sentido com¨²n en aras de una pervertida idea de progreso (invasi¨®n tecnol¨®gica, plastificaci¨®n de la est¨¦tica y momificaci¨®n de la ¨¦tica). Pero hoy por hoy no hay p¨¢gina de peri¨®dico ni detalle de la vida cotidiana que no sirva para dar la raz¨®n a muchas de las sospechas sobre las que se construye esta novela, de modo que no s¨®lo se deja leer como una excelente y minuciosa intriga, sino como un estimulante informe sobre las m¨²ltiples ataduras que acechan tras los espejos de la modernidad.
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