Maridaje PSC-ERC: 'e pur si muove'
'Vanitas vanitatis', dec¨ªa el cl¨¢sico. Y tengo para m¨ª que ese viejo aliado del ego es el responsable de los dos art¨ªculos que esta semana he recibido como r¨¦plica. De los dos y quiz¨¢ hasta de los m¨ªos, que nadie est¨¢ libre de amarse demasiado. Lo digo porque a pesar de ser una dial¨¦ctica nata, encantada de polemizar, no encuentro ning¨²n gancho al cual cogerme para responder argumentos en mano. El bueno de Antoni Guti¨¦rrez -a quien respeto quiz¨¢ m¨¢s de lo que se imagina- me replica mi art¨ªculo sobre la Assemblea de Catalunya casi sin decirme otra cosa que ¨¦l estaba. Entiendo que haber tenido ese momentazo de gloria en la biograf¨ªa marca car¨¢cter y que lo m¨ªo fue una descortes¨ªa. Pero no deja de resultar parad¨®jico que una haga una reflexi¨®n cr¨ªtica del abuso simb¨®lico que en el presente se quiere hacer del pasado y la respuesta provenga de la nostalgia. As¨ª pues, tomo nota: Antoni Guti¨¦rrez estaba y fue feliz mientras estuvo. Por el resto, continuo pensando que ni tanta unidad, ni tanta ¨¦pica, y sobre todo, que para nada sirven las batallas del pasado para explicar o resolver las miserias del presente.
Lo de Mir¨® es distinto, porque el hombre tiene tel¨¦fono rojo con el Alt¨ªsimo y cualquiera se atreve. Sin embargo, tambi¨¦n su respuesta es una curiosa distorsi¨®n de mi art¨ªculo. All¨ª donde una hablaba de los retos y los riesgos del pacto republicano -pacto que sustenta los valores democr¨¢ticos-, ¨¦l me ha colado un mitin religioso con spot publicitario incluido. Eso s¨ª que es aprovechar espacio. Podr¨ªa haber utilizado tambi¨¦n el art¨ªculo para resolver el arduo conflicto con que ocupa sus horas de concejal de Barcelona: ese crucifijo que anticlericales mal¨¦volos han sustra¨ªdo de las nobles paredes consistoriales. ?Eso s¨ª que es preocuparse por los intereses ciudadanos! Pero no, el bueno de Mir¨® me habla de ¨¦l, m¨¢s de ¨¦l, otra vez de ¨¦l -encantada de conocerte- y finalmente de Dios, ¨²nico camino verdadero. Pero ?y mis argumentos? ?Tengo o no raz¨®n en la necesidad de solidificar la sociedad laica justamente para garantizar las trascendencias ¨ªntimas de cada uno? ?Me caer¨¢ el castigo divino por pensar en racionalista y en ilustrado? Lo que me temo es que pagar¨¦ largamente haber usado el nombre de Mir¨® en vano, penitencia con serm¨®n de la monta?a incluido. Cosa que no deja de ser curiosa: uno, Antoni, me zurra por no nombrarlo y el otro, Mir¨®, me da por haberle nombrado. ?El debate? El debate para mejores tiempos.
Y sin embargo, la realidad va cargada de inter¨¦s, tanto que el debate se convierte en un gesto de responsabilidad. Ya s¨¦ que casi nada parece importante en este mundo de lo ef¨ªmero donde el titular sustituye a la noticia y la noticia es el sustituto de la ideolog¨ªa. Pero lo que ha pasado estos d¨ªas con el documento de reflexi¨®n sobre el autogobierno firmado por el PSC, IC-V y ERC merece algo m¨¢s que un fugaz momento de lectura. Hay que felicitarlos, me parece, seriamente. Primero, por haber superado su natural egocentrismo de partido ¨²nico, y encima verdadero, y haber mirado hacia los lados. A todos les habr¨¢ costado lo suyo. Segundo, por no haber hecho caso al buenazo de Francesc de Carreras -tan obsesionado siempre con que el PSC no se contamine de pestilentes aguas nacionales- y haberse preocupado por radiografiar el estado de salud de nuestra poco saludable soberan¨ªa. Tambi¨¦n ah¨ª lo dicho y lo firmado representa un gesto de notable grandeza: todos han rebajado planteamientos, todos han abandonado el maximalismo y se han hecho terrestres. Sobra decir que el paso adelante del PSC y el paso atr¨¢s de ERC son de una notable valent¨ªa: nadie abandona lo propio, pero se dibuja un escenario com¨²n donde poder hablarse. Cualquiera que est¨¦ preocupado por la situaci¨®n actual de estancamiento, mediocridad y abulia de Catalu?a tiene motivos para atisbar el optimismo. Los que encima quisieran ver el pacto a tres de Barcelona reencarnado en la presidencia deben de estar hasta contentos, puesto que es evidente que empezar a entenderse es el camino para entenderse.
Personalmente, sin embargo, no doy tanta importancia a la foto a tres -vayan ustedes a saber qu¨¦ pasar¨¢ despu¨¦s de las elecciones, y cualquier matem¨¢tica, poder en mano, es posible- como al hecho de que tres partidos progresistas se pongan conjuntamente a pensar Catalu?a. Catalu?a, esa cosa tan manida en boca de lo pol¨ªtico y sin embargo tan poco pensada, carne de improvisaci¨®n, coartada y bolsillo, empieza a ser materia de reflexi¨®n. ?sa es la novedad: la reflexi¨®n en conjunto de lo conjunto, quiz¨¢ para conseguir saber de una vez hacia d¨®nde vamos. Es conocida la an¨¦cdota que protagonic¨¦ hace a?os con Pujol cuando, a su entusi¨¢stico 'anem molt b¨¦, veritat?', yo le respond¨ª: 'S¨ª, president. Cap a on anem?'. Lo peor de estos a?os no ha sido no saberlo -felices en el para¨ªso de la indefinici¨®n-, sino no tener ni pu?etera gana de preguntarlo. La estafa ha sido ¨¦sa: mantener abierto en lo simb¨®lico un debate que nunca se ha querido realizar en lo pol¨ªtico. As¨ª la herida sangraba eternamente y as¨ª pod¨ªa sangrar votos y m¨¢s votos. Pero si queremos protagonizar un cap¨ªtulo nuevo de la historia de este pa¨ªs y cerrar definitivamente el viejo, habr¨¢ que empezar justo por donde parece que empiezan: por saber d¨®nde estamos y hacia d¨®nde queremos ir juntos. Que unos tengan el punto final del viaje m¨¢s o menos lejos es poco relevante, tiempo tendr¨¢n de trabajarse las distancias por separado.
Hay que decir, por ¨²ltimo, que el documento firmado es comprometido. Aterriza en lo real, hace propuestas, compromete la acci¨®n de futuro. Es decir, los compromete. Y desde Catalu?a compromete tambi¨¦n a Espa?a. Porque tambi¨¦n habr¨¢ que decir alguna vez que quiz¨¢ Espa?a no quiere escucharnos, pero es que tampoco puede entendernos. Con todo el ruido que hemos hecho, ?le hemos enviado alg¨²n mensaje que fuera claro? En estos d¨ªas de noble memoria de Pi i Margall y su idea federal, ?qu¨¦ sano parece un documento que por fin se preocupa de definir l¨ªmites, concretar propuestas y elaborar ideas! S¨®lo es eso, un intento de intentarse, un hablar para poder hablarse. Pero ?qu¨¦ paso inteligente han dado estos tres!
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