'Los ecologistas tendemos poco al pacto y somos fundamentalistas'
Dicen que Miguel Delibes, el escritor, el padre de la saga Delibes, fue el primer verde espa?ol y ¨¦l suele responder: 'Antes que un escritor que caza, soy un cazador que escribe', o tambi¨¦n: 'Si hubiera sabido de joven que se pod¨ªa vivir de la biolog¨ªa, habr¨ªa estudiado Ciencias Naturales'. No es extra?o, por tanto, que de sus siete hijos, cuatro se dediquen a la biolog¨ªa. Uno de ellos, Miguel (con un asombroso parecido f¨ªsico con su padre y su imagen austera), preside la Sociedad Espa?ola para la Conservaci¨®n y Estudio de los Mam¨ªferos (SECEM), que este fin de semana celebra en Vitoria su congreso anual. A sus 54 a?os, le empiezan a llover los galardones. Este a?o ha recibido el Premio Nacional de Medio Ambiente F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente y el Premio del M¨¦rito a la Conservaci¨®n de WWF-Adena Internacional. Adem¨¢s, ha publicado el libro Vida: la naturaleza en peligro (Temas de Hoy).
'La recuperaci¨®n de Do?ana ha sido una tarea de chinos. Sorprende que no se juzgue a Boliden y s¨ª a un m¨¦dico que falla'
Pregunta. Lo de escribir vendr¨¢ en la sangre...
Respuesta. Quiz¨¢, pero sobre todo tengo una autocensura terrible, un miedo a escribir muy grande. Yo empec¨¦ con F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente, en la enciclopedia Fauna y, como no firmaba, era m¨¢s f¨¢cil.
P. ?C¨®mo ha cambiado en los ¨²ltimos 30 a?os la sensibilidad de la sociedad espa?ola hacia la naturaleza?
R. ?l logr¨® cambiar de una falta total de sensibilidad a una primera sensibilizaci¨®n. De entonces a ahora el cambio ha sido m¨¢s lento, porque es m¨¢s dif¨ªcil. Es el cambio de ser sensible hacia algo a asumir racionalmente el conflicto que representa. Ya hemos conseguido que nos den pena las pobres ¨¢guilas que mueren en el tendido el¨¦ctrico, pero es m¨¢s complicado relacionar el tendido el¨¦ctrico con nuestra manera de vivir. Hay que conseguir ese paso.
P. Usted dirigi¨® la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana de 1988 a 1996. ?Qu¨¦ conclusiones extrae del desastre de Aznalc¨®llar?
R. La primera es que, aunque cueste algo m¨¢s, merece la pena evaluar bien las posibilidades de riesgo y todas las alternativas antes de levantar una industria peligrosa. Una segunda ense?anza es que esos estudios son baratos, dado lo caro que puede resultar arreglar un desastre as¨ª. Entre 30.000 y 40.000 millones ha costado remediarlo. Tambi¨¦n hemos aprendido que trabajando mucho se puede arreglar bastante, aunque no se ha llegado a vender todo lo bien que merec¨ªa, probablemente porque se hab¨ªa puesto en sordina el propio accidente. Ha sido una tarea de chinos, con 300 camiones d¨ªa y noche durante muchos meses, cargando los t¨®xicos, incluso con muertos por accidentes de tr¨¢fico. Ahora los niveles de contaminaci¨®n son inferiores a los de antes. Adem¨¢s, trabajando se han descubierto otros problemas. Hay niveles de cadmio preocupantes, aunque no vienen de la mina.
P. ?Y no da la impresi¨®n de que el tan cacareado lema de 'quien contamina paga' no se cumple muchas veces?
R. En esta ocasi¨®n, nada. El caso no va a juicio. Sorprende. Cuando un m¨¦dico que hace mil operaciones y le sale una mal s¨ª es juzgado y, en cambio, aqu¨ª ni siquiera se llega a juzgar a la empresa [Boliden].
P. ?Todo el fen¨®meno verde que en otros pa¨ªses est¨¢ tan asentado, por qu¨¦ no arranca en Espa?a?
R. No lo s¨¦. Aqu¨ª estimamos poco a los pol¨ªticos, y creo que es un error. Adem¨¢s, los grupos ecologistas tendemos poco al acuerdo, al pacto y somos m¨¢s fundamentalistas. Preferimos ir a la contra que proponer alternativas asumibles. Tenemos miedo a parecer pactistas, cuando deber¨ªa ser lo contrario.
P. Usted est¨¢ especializado en carn¨ªvoros, y en el lince en concreto. ?Se ha atajado su peligro de extinci¨®n?
R. No. El lince lleva un siglo y medio disminuyendo. No sabemos cu¨¢ntos animales hay. Ahora se calculan unos 300.
P. ?A pesar de que se les vigila tan de cerca?
R. No, no es as¨ª. No tenemos un buen m¨¦todo para contarlos. En Do?ana s¨ª se les mima. Hay un cierto mito de que se ha gastado mucho dinero, pero no es verdad. Ahora se est¨¢n empezando a hacer cosas m¨¢s serias.
P. El congreso de la SECEM se ha organizado en Vitoria por la colonia de visones europeos, una especie amenazada, que vive en Salburua. ?No se conoce m¨¢s la situaci¨®n de animales que ni siquiera existen en Espa?a que la de los que tenemos a un kil¨®metro de casa?
R. Estoy convencido. Los medios de comunicaci¨®n dan a la sociedad lo que m¨¢s llama la atenci¨®n, porque es lo que la gente compra. Es una cuesti¨®n dif¨ªcil de arreglar. Eso aleja a la sociedad de la percepci¨®n de que el conflicto ambiental es suyo. Criticamos a los brasile?os por talar el bosque y no nos fijamos en la papelera de nuestro pueblo. En Do?ana, invitamos a unos ni?os que hab¨ªan ganado un concurso y nada m¨¢s entrar tiraron las bolsas de patatas al suelo. Y me dijeron: '?Y qu¨¦?' Las acabaron recogiendo, pero no les qued¨® claro que aquello tuviera algo que ver con el medio ambiente.
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