La en¨¦sima prueba de la paciencia argentina
El Gobierno limita el acceso de los ciudadanos a sus dep¨®sitos en un acto desesperado por evitar la quiebra bancaria
Los argentinos perdieron el lunes pasado la libertad para disponer de todo su dinero depositado en un banco. S¨®lo pueden retirar 1.000 d¨®lares por mes. La restricci¨®n por decreto al acceso a la moneda ha frenado a¨²n m¨¢s la actividad econ¨®mica en un pa¨ªs que ya lleva cuatro a?os en recesi¨®n. Es patente el malestar, la incertidumbre y la desconfianza de los argentinos en su Gobierno y toda la clase pol¨ªtica.
Las tiendas del centro de Buenos Aires llegaron a hacer descuentos del 50% por pago en efectivo para conseguir dinero
Los supermercados aceptan pagos en bonos de deuda para mantener sus ventas ante un p¨²blico que consume s¨®lo lo necesario
La grave situaci¨®n econ¨®mica se agudiza con el rampante ¨ªndice de criminalidad, en un pa¨ªs con una tasa de desocupaci¨®n del 18%
La pel¨ªcula El hijo de la novia, actualmente en cartelera en Espa?a, refleja de forma concisa y bastante fiel los problemas de un comerciante argentino para mantener a flote un negocio. La lucha contra las dificultades lo exten¨²an, lo quiere dejar todo y lo hace, pero, al final, vuelve a empezar. La actitud del protagonista del filme, trasladada a la vida cotidiana y real de muchos argentinos, es tal vez la ¨²nica raz¨®n por la que un pa¨ªs que arrastra cuatro a?os de recesi¨®n no se haya hundido a¨²n a lo m¨¢s profundo del abismo.
Sin embargo, muchos argentinos ya no pueden volver a empezar, porque no tienen fuerzas o porque est¨¢n atrapados en un c¨ªrculo de deudas, temor e incertidumbre que los paraliza. La mayor¨ªa de estos argentinos busca salir del pa¨ªs o ya est¨¢ fuera de ¨¦ste, en Espa?a u otro pa¨ªs industrializado. Durante los primeros d¨ªas de la puesta en marcha del ¨²ltimo plan econ¨®mico, ni siquiera ten¨ªan esta opci¨®n, porque no pod¨ªan sacar del pa¨ªs m¨¢s de 1.000 d¨®lares (186.000 pesetas), y ?cu¨¢nto se pod¨ªa aguantar fuera de Argentina con esa cantidad? Ante la protesta de la gente el Gobierno ampli¨® a 10.000 d¨®lares el l¨ªmite m¨¢ximo y la fuga se reanud¨®.
Los que est¨¢n dentro s¨®lo pueden sacar al mes 1.000 d¨®lares (186.000 pesetas) en efectivo de sus cuentas de ahorro. La mayor¨ªa de la gente utiliza este dinero para pagar el transporte p¨²blico, las consumisiones en cafeter¨ªas y quioscos y todos aquellos gastos peque?os e indispensables que no puede hacer utilizando la tarjeta de d¨¦bito o cr¨¦dito. En las provincias, la gente est¨¢ utilizando bonos de deuda, como el Patac¨®n bonaerense, el Quebracho de la provincia de Chaco o el Secacor de Corrientes, para hacer compras en supermercados. Los grandes establecimientos no aceptan de buena gana estos bonos, pero es eso o no venden. Los taxistas est¨¢n desesperados, uno de ellos hab¨ªa ganado 28 pesos desde las cinco de la ma?ana hasta las seis de la tarde del martes pasado, le quedaba una hora m¨¢s de trabajo antes de devolver el coche y pagar 50 pesos por el alquiler. Los n¨²meros no cuadran.
Desplome de ventas
La limitaci¨®n a la extracci¨®n de efectivo de los bancos est¨¢ frenando la econom¨ªa y acentuando la crisis. Ya en el segundo d¨ªa de la puesta en marcha del ¨²ltimo plan de Cavallo hundi¨® las ventas de los comercios. Entre el lunes y el martes pasado las ventas cayeron un 50% respecto a los mismos d¨ªas de la semana anterior, seg¨²n la Coordinadora de Actividades Comerciales (CAME). Las tiendas del centro de Buenos Aires llegaban a hacer descuentos de hasta un 50% por pago en efectivo.
Las otra posibilidad que tienen los argentinos para comprar es con tarjeta. A¨²n antes del ¨²ltimo plan, s¨®lo el 1% de las compras totales en Argentina se pagaban electr¨®nicamente. Seg¨²n cifras oficiales, s¨®lo 170.000 establecimientos comerciales en un pa¨ªs de 40 millones de habitantes poseen terminales para tarjetas, por lo que el uso es limitado. A esto se a?ade otro obst¨¢culo. Es raro el comercio que acepta las dos tarjetas de d¨¦bito que se utilizan en Argentina: Maestro (emitida por el Banco de la Provincia de Buenos Aires, Naci¨®n, etc¨¦tera) y Banelco (bancos Franc¨¦s BBVA o R¨ªo, filial del SCH).
Don Santiago, un inmigrante gallego que lleg¨® a Argentina hace ya 35 a?os y tiene un peque?o comercio de ultramarinos en el barrio bonaerense de Palermo, cree que 'la actual crisis es la peor que ha vivido' en su pa¨ªs de adopci¨®n.
Instalar una terminal para tarjetas de d¨¦bito le costar¨ªa, seg¨²n ¨¦l, 70 pesos al mes m¨¢s gastos de mantenimiento. 'Con mis ventas no puedo hacer este gasto. S¨®lo har¨ªa el esfuerzo si alguien me diese una m¨ªnima esperanza de que pronto estaremos mejor, pero nos dicen que el a?o pr¨®ximo estaremos mal y el siguiente tambi¨¦n. Creo que vender¨¦ todo y volver¨¦ a Galicia; mis hijos me lo piden incluso por ellos mismos. Con la ayuda de mi familia all¨¢ en Espa?a nos iremos todos'.
Queda un recurso m¨¢s para pagar: la tarjeta de cr¨¦dito. La mayor¨ªa de los argentinos supera cada mes el l¨ªmite de la tarjeta y tiene que refinanciar su deuda. Los intereses que se le cobran son del 40% anual (el doble que en Espa?a) si la deuda es en pesos y casi el 30% si es en d¨®lares. La deuda se acumula y aumenta cada mes y es pr¨¢cticamente imposible romper el c¨ªrculo si se tiene en cuenta que s¨®lo un 5% de las familias tiene capacidad real de ahorro.
La restricci¨®n al acceso al dinero en efectivo es, en principio, por 90 d¨ªas, pero arrebata a los comerciantes el momento del a?o en el que m¨¢s venden por la llegada de la Navidad, Reyes y las vacaciones de verano en el hemisferio sur. 'Me han recortado dos veces el salario en el ¨²ltimo a?o, no me puedo ir de vacaciones, no puedo ir al cine . ?Qu¨¦ espera este Gobierno de nosotros?', dice con resignaci¨®n un alto cargo de la Hacienda argentina que prefiere que su nombre no aparezca por temor a perder su puesto. 'La gente no consume y la recaudaci¨®n ha bajado en parte porque casi nadie paga, pero en mayor medida porque el sistema tributario y la propia Hacienda son un desastre', dice el profesional, 'nadie piensa en gastar, porque lo mejor es mantener el dinero, convertir los pesos en d¨®lares y aguantar por si llega la devaluaci¨®n. El viernes 30 de noviembre la gente retir¨® de sus cuentas m¨¢s de 1.000 millones de d¨®lares, que fueron a Uruguay, a sus casas, a donde sea, pero no a un banco argentino mientras Cavallo siga en su puesto. Es ¨¦l o nosotros', concluye.
La grave situaci¨®n que enfrentan los ciudadanos argentinos en el aspecto econ¨®mico se agudiza m¨¢s si se tiene en cuenta la inseguridad. En un pa¨ªs cuya tasa de paro llega al 18% y a m¨¢s del 25% si se tienen en cuenta los subocupados por una econom¨ªa sumergida que, seg¨²n diversas fuentes, supera el 45% del PIB, el crimen se ha incrementado considerablemente. Los argentinos comentan cada d¨ªa un nuevo caso de robo y asesinato e incluso hablan de los llamados robos express, operaciones r¨¢pidas de individuos en motocicleta que asaltan una sucursal bancaria y se llevan todo lo que pueden en menos de un minuto. Otro tipo de novedoso delito es el secuestro express, que consiste en retener a alguien por poco tiempo y pedir un rescate que su familia pueda reunir f¨¢cilmente y r¨¢pido.La pel¨ªcula El hijo de la novia, actualmente en cartelera en Espa?a, refleja de forma concisa y bastante fiel los problemas de un comerciante argentino para mantener a flote un negocio. La lucha contra las dificultades lo exten¨²an, lo quiere dejar todo y lo hace, pero, al final, vuelve a empezar. La actitud del protagonista del filme, trasladada a la vida cotidiana y real de muchos argentinos, es tal vez la ¨²nica raz¨®n por la que un pa¨ªs que arrastra cuatro a?os de recesi¨®n no se haya hundido a¨²n a lo m¨¢s profundo del abismo.
Sin embargo, muchos argentinos ya no pueden volver a empezar, porque no tienen fuerzas o porque est¨¢n atrapados en un c¨ªrculo de deudas, temor e incertidumbre que los paraliza. La mayor¨ªa de estos argentinos busca salir del pa¨ªs o ya est¨¢ fuera de ¨¦ste, en Espa?a u otro pa¨ªs industrializado. Durante los primeros d¨ªas de la puesta en marcha del ¨²ltimo plan econ¨®mico, ni siquiera ten¨ªan esta opci¨®n, porque no pod¨ªan sacar del pa¨ªs m¨¢s de 1.000 d¨®lares (186.000 pesetas), y ?cu¨¢nto se pod¨ªa aguantar fuera de Argentina con esa cantidad? Ante la protesta de la gente el Gobierno ampli¨® a 10.000 d¨®lares el l¨ªmite m¨¢ximo y la fuga se reanud¨®.
Los que est¨¢n dentro s¨®lo pueden sacar al mes 1.000 d¨®lares (186.000 pesetas) en efectivo de sus cuentas de ahorro. La mayor¨ªa de la gente utiliza este dinero para pagar el transporte p¨²blico, las consumisiones en cafeter¨ªas y quioscos y todos aquellos gastos peque?os e indispensables que no puede hacer utilizando la tarjeta de d¨¦bito o cr¨¦dito. En las provincias, la gente est¨¢ utilizando bonos de deuda, como el Patac¨®n bonaerense, el Quebracho de la provincia de Chaco o el Secacor de Corrientes, para hacer compras en supermercados. Los grandes establecimientos no aceptan de buena gana estos bonos, pero es eso o no venden. Los taxistas est¨¢n desesperados, uno de ellos hab¨ªa ganado 28 pesos desde las cinco de la ma?ana hasta las seis de la tarde del martes pasado, le quedaba una hora m¨¢s de trabajo antes de devolver el coche y pagar 50 pesos por el alquiler. Los n¨²meros no cuadran.
Desplome de ventas
La limitaci¨®n a la extracci¨®n de efectivo de los bancos est¨¢ frenando la econom¨ªa y acentuando la crisis. Ya en el segundo d¨ªa de la puesta en marcha del ¨²ltimo plan de Cavallo hundi¨® las ventas de los comercios. Entre el lunes y el martes pasado las ventas cayeron un 50% respecto a los mismos d¨ªas de la semana anterior, seg¨²n la Coordinadora de Actividades Comerciales (CAME). Las tiendas del centro de Buenos Aires llegaban a hacer descuentos de hasta un 50% por pago en efectivo.
Las otra posibilidad que tienen los argentinos para comprar es con tarjeta. A¨²n antes del ¨²ltimo plan, s¨®lo el 1% de las compras totales en Argentina se pagaban electr¨®nicamente. Seg¨²n cifras oficiales, s¨®lo 170.000 establecimientos comerciales en un pa¨ªs de 40 millones de habitantes poseen terminales para tarjetas, por lo que el uso es limitado. A esto se a?ade otro obst¨¢culo. Es raro el comercio que acepta las dos tarjetas de d¨¦bito que se utilizan en Argentina: Maestro (emitida por el Banco de la Provincia de Buenos Aires, Naci¨®n, etc¨¦tera) y Banelco (bancos Franc¨¦s BBVA o R¨ªo, filial del SCH).
Don Santiago, un inmigrante gallego que lleg¨® a Argentina hace ya 35 a?os y tiene un peque?o comercio de ultramarinos en el barrio bonaerense de Palermo, cree que 'la actual crisis es la peor que ha vivido' en su pa¨ªs de adopci¨®n.
Instalar una terminal para tarjetas de d¨¦bito le costar¨ªa, seg¨²n ¨¦l, 70 pesos al mes m¨¢s gastos de mantenimiento. 'Con mis ventas no puedo hacer este gasto. S¨®lo har¨ªa el esfuerzo si alguien me diese una m¨ªnima esperanza de que pronto estaremos mejor, pero nos dicen que el a?o pr¨®ximo estaremos mal y el siguiente tambi¨¦n. Creo que vender¨¦ todo y volver¨¦ a Galicia; mis hijos me lo piden incluso por ellos mismos. Con la ayuda de mi familia all¨¢ en Espa?a nos iremos todos'.
Queda un recurso m¨¢s para pagar: la tarjeta de cr¨¦dito. La mayor¨ªa de los argentinos supera cada mes el l¨ªmite de la tarjeta y tiene que refinanciar su deuda. Los intereses que se le cobran son del 40% anual (el doble que en Espa?a) si la deuda es en pesos y casi el 30% si es en d¨®lares. La deuda se acumula y aumenta cada mes y es pr¨¢cticamente imposible romper el c¨ªrculo si se tiene en cuenta que s¨®lo un 5% de las familias tiene capacidad real de ahorro.
La restricci¨®n al acceso al dinero en efectivo es, en principio, por 90 d¨ªas, pero arrebata a los comerciantes el momento del a?o en el que m¨¢s venden por la llegada de la Navidad, Reyes y las vacaciones de verano en el hemisferio sur. 'Me han recortado dos veces el salario en el ¨²ltimo a?o, no me puedo ir de vacaciones, no puedo ir al cine . ?Qu¨¦ espera este Gobierno de nosotros?', dice con resignaci¨®n un alto cargo de la Hacienda argentina que prefiere que su nombre no aparezca por temor a perder su puesto. 'La gente no consume y la recaudaci¨®n ha bajado en parte porque casi nadie paga, pero en mayor medida porque el sistema tributario y la propia Hacienda son un desastre', dice el profesional, 'nadie piensa en gastar, porque lo mejor es mantener el dinero, convertir los pesos en d¨®lares y aguantar por si llega la devaluaci¨®n. El viernes 30 de noviembre la gente retir¨® de sus cuentas m¨¢s de 1.000 millones de d¨®lares, que fueron a Uruguay, a sus casas, a donde sea, pero no a un banco argentino mientras Cavallo siga en su puesto. Es ¨¦l o nosotros', concluye.
La grave situaci¨®n que enfrentan los ciudadanos argentinos en el aspecto econ¨®mico se agudiza m¨¢s si se tiene en cuenta la inseguridad. En un pa¨ªs cuya tasa de paro llega al 18% y a m¨¢s del 25% si se tienen en cuenta los subocupados por una econom¨ªa sumergida que, seg¨²n diversas fuentes, supera el 45% del PIB, el crimen se ha incrementado considerablemente. Los argentinos comentan cada d¨ªa un nuevo caso de robo y asesinato e incluso hablan de los llamados robos express, operaciones r¨¢pidas de individuos en motocicleta que asaltan una sucursal bancaria y se llevan todo lo que pueden en menos de un minuto. Otro tipo de novedoso delito es el secuestro express, que consiste en retener a alguien por poco tiempo y pedir un rescate que su familia pueda reunir f¨¢cilmente y r¨¢pido.
![Los clientes de un banco de Buenos Aires hacen cola para retirar sus ahorros](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LHP4K2TQB4OBUF63Y6J5BNPPNE.jpg?auth=ea91ffa767a482e1a8bb097f392b14a975283a166516694da677e46a79647f72&width=414)
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