'Los guiones son bestias maleables'
Brill¨® junto a Ralph Fiennes en Oscar y Lucinda y despunt¨® en Elizabeth, un sorprendente papel para una actriz australiana con credenciales rep¨²blicanas. Cate Blanchett tiene mucho camino por recorrer y, con media docena de pel¨ªculas por estrenar, el 2002 podr¨ªa ser su a?o. Antes se toma un obligado descanso tras haber tenido su primer hijo.
'Estoy t¨¦cnicamente en paro', sonr¨ªe Cate Blanchett d¨ªas antes de haber tra¨ªdo al mundo a su primer hijo, 'un beb¨¦ de Navidad'. No ha parado desde que inaugur¨® la corte de Elizabeth, el trabajo que le abri¨® en 1998 las puertas de Hollywood, y en 12 meses ha intervenido en cinco pel¨ªculas consecutivas.
Los cineastas se disputan a esta camale¨®nica actriz, de 32 a?os, tez p¨¢lida, impresionante altura y risue?os ojos azules. Peter Jackson la ha coronado reina de los elfos en su adaptaci¨®n de El Se?or de los Anillos, la ¨²nica pel¨ªcula con posibilidades de competir en taquilla con el bombazo de Harry Potter. Joel Schumaker la reclama para llevar a pantalla el caso de Veronica Guerin, la periodista irlandesa asesinada por g¨¢nsteres. En Bandits, de Barry Levinson, Blanchett comparte cartel con Bruce Willis y Billy Bob Thornton. Se mete tambi¨¦n en las entra?as de una madre que vende su hija en el ¨²ltimo trabajo del autor de Las normas de la casa de la sidra y Chocolat, el sueco Lasse Hallstrom, The Shipping News. Y, entre otros proyectos, colabora con la Resistencia francesa en Charlotte Gray, el filme de su compatriota Gillian Armstrong que promociona estos d¨ªas en Londres.
'Los australianos tenemos egos saludables pero no somos pretenciosos'
Ha rodado cinco pel¨ªculas en 2001, entre ellas 'El se?or de los Anillos'
Las piezas encajaron por casualidad y Cate Blanchett respir¨® hondo antes de recorrer medio mundo con la sucesi¨®n de producciones en las que intervino este a?o. 'Quiz¨¢ fue una locura ir una semana a Terranova para rodar The Shipping News. Pero ten¨ªa muchas ganas de trabajar con Lasse y no pude resistir interpretar a un personaje tan repugnante', dice sobre su ¨²ltimo rodaje.
Anthony Minghella, que fortaleci¨® el papel de Meredith Logue cuando Blanchett acept¨® encarnar a la ricachona norteamericana de El talento de Mr. Ripley, aporta una pista sobre ella. 'Quiere que la reten, conecta apasionadamente con el material de trabajo y es f¨¢cil de llevar', sostiene. Shekhar Kapur, realizador de Elizabeth, profundiza m¨¢s: 'Tiene traslucidez y un aire de eternidad. A veces parece que ha trascendido su cuerpo e ingresado en el reino de los esp¨ªritus'.
No son los ¨²nicos elogios que escucha desde que fue galardonada en su pa¨ªs por uno de sus primeros trabajos, Thank God he met Lizzy, hace cuatro a?os. Pero no deja que la fama se le suba a la cabeza y prefiere compartir la conquista de Hollywood con colegas australianos. 'La gente no acierta a definirnos, no se ha forjado una idea sobre los australianos. Entramos por la puerta trasera y aqu¨ª seguimos, trabajando sin parar. ?C¨®mo lo han conseguido?, se preguntan muchos. No somos particularmente pretenciosos y, aunque tenemos egos saludables, tampoco toleramos las estupideces de prima donna. Ayuda tambi¨¦n nuestra franqueza y capacidad para entrar en materia directamente', explica.
En la figura del realizador Blanchett deposita todo el peso a la hora de escoger un proyecto. 'El gui¨®n es una bestia maleable, que con frecuencia cambia seg¨²n avanza la producci¨®n, pero el realizador es quien cuida del actor. Y, si de m¨ª dependiera, no hablar¨ªa nunca en una pel¨ªcula', se?ala. No hubo quebraderos de cabeza al elegir Charlotte Gray. El filme viene firmado por Gillian Armstrong, quien dirigi¨® a Blanchett en Oscar y Lucinda. Pero, adem¨¢s, el autor de la novela original, Sebastian Faulk, propuso el nombre de la actriz para interpretar a la protagonista, una joven escocesa cuya vida se transforma al colaborar con la Resistencia durante la II Guerra Mundial. La adaptaci¨®n invita a trazar paralelismos con el conflicto b¨¦lico precipitado por la matanza del 11 de septiembre.
'Hay una conexi¨®n muy fuerte entre Charlotte Gray y la situaci¨®n actual. La pel¨ªcula no trata de los grandes conceptos pol¨ªticos sobre la guerra, sino de las conexiones civiles en la clandestinidad, de los aspectos dom¨¦sticos de ¨¦sta. Ahora tambi¨¦n nos han invadido, psicol¨®gicamente a¨²n perdura, y ya no vemos las cosas como antes. Cada uno, a su manera, busca nuevos significados a una pel¨ªcula, un anuncio, un cuadro o cualquier libro. Nos vemos forzados a replantearnos todas las cosas. No s¨¦ cu¨¢nto durar¨¢, pero es lo que percibo'.
El ambiente de incertidumbre no desinfla la alegr¨ªa que Blanchett siente ante su gran papel, convertirse en madre, lo que hizo la semana pasada. 'Es una forma de afrontar la realidad. Es la m¨¢xima expresi¨®n de esperanza en un mundo que parece incre¨ªblemente desesperado. Es vida, una vida que no sabr¨¢ qu¨¦ est¨¢ sucediendo y nunca conocer¨¢ c¨®mo era el mundo antes del 11 de septiembre'.
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