La Rusia de Putin, con la OTAN

De momento, la Rusia de Putin no quiere entrar en la OTAN, sino estar con la OTAN. El acuerdo suscrito el pasado viernes en la sede de la Alianza, con ocasi¨®n de la reuni¨®n ministerial de oto?o, para crear un Consejo Conjunto, eleva el rango de las relaciones entre Mosc¨² y la antigua Alianza enemiga, dise?adas en el Acta Fundacional de 1997.

Rusia recibe de la OTAN un trato diferenciado del que la Alianza dispensa a los otros pa¨ªses con los que mantiene acuerdos de cooperaci¨®n. El mundo ha cambiado. Tambi¨¦n Rusia, cuyo presidente est¨¢ demostrando una habilidad diplom¨¢tica probablemente no reconocida en su propio pa¨ªs. Pues, como siempre, en el seno de la sociedad rusa se mantiene una divisi¨®n entre los occidentalistas y los eslavistas, que se suma a los problemas propios del esfuerzo por ir saliendo adelante, d¨ªa a d¨ªa.

Sin la cooperaci¨®n de Rusia (y de China), EE UU no habr¨ªa podido obtener tanto apoyo internacional para responder al ataque terrorista del 11 de septiembre. Rusia supo aprovechar la situaci¨®n barriendo para casa en la cuesti¨®n chechena -aunque buscando una negociaci¨®n- y enviando, casi como si fueran de liberaci¨®n, fuerzas rusas a Kabul, de donde fueron expulsados los sovi¨¦ticos. Su juego le permite tambi¨¦n disponer de cartas a la hora de negociar con EE UU el desarrollo del escudo antimisiles que desea Bush.

De todas formas, no es seguro que Putin logre frenar la ampliaci¨®n de la OTAN hacia el Este que los aliados han de decidir en su reuni¨®n de Praga la pr¨®xima primavera. La Alianza no est¨¢ dispuesta a aceptar vetos externos, pero, a la vez, intenta congraciarse con Mosc¨², mientras Putin trata de involucrar a EE UU y la OTAN en lo que astuta y correctamente llama 'la l¨®gica de los intereses comunes'.

La perspectiva de que Rusia llegue a ingresar en la Alianza Atl¨¢ntica no es para ma?ana. Pero nadie excluye que sea para pasado, y que la OTAN se convierta as¨ª, de hecho, en la Organizaci¨®n del Hemisferio Norte. Un resultado que, si se queda en eso, pondr¨ªa los pelos de punta al Sur. De momento, se intensifica la cooperaci¨®n entre Mosc¨² y la OTAN-EE UU. Si la Uni¨®n Europea, y cada uno de sus Gobiernos, no espabilan, se pueden encontrar limitados por este proceso en el desarrollo de su Pol¨ªtica Exterior, de Seguridad y de Defensa Com¨²n.