Nueva York: el gran reto de la medicina forense
La identificaci¨®n de los muertos de las Torres Gemelas exigir¨¢ un mill¨®n de pruebas de ADN
Los m¨¦dicos se est¨¢n preparando para el mayor esfuerzo en los anales de la medicina forense: identificar a los muertos de los atentados de las Torres Gemelas. Los cient¨ªficos siempre hab¨ªan sabido que la identificaci¨®n supondr¨ªa una ardua tarea, pero con varios miles de personas todav¨ªa desaparecidas y relativamente pocos cad¨¢veres recuperados, est¨¢ resultando un reto mucho mayor de lo que esperaban. El esfuerzo tiene un doble prop¨®sito: proporcionar pruebas para investigar los atentados y dar respuesta a familiares y amigos sobre el destino de sus seres queridos.
Ya se han efectuado algunas identificaciones con t¨¦cnicas tan contrastadas por el tiempo como las autopsias y los estudios de los registros dentales, rayos X o huellas digitales. Algunas personas han sido identificadas por cicatrices, anillos u otras joyas. Pero la fuerza destructiva liberada por el derrumbamiento de las Torres Gemelas ha sido tan grande que muchos cad¨¢veres son imposibles de identificar por estos medios. As¨ª que los m¨¦dicos est¨¢n recurriendo a avanzadas t¨¦cnicas para comparar el ADN de cuerpos o partes de cuerpos no identificados con el que se puede obtener en peines, cepillos de dientes y otros efectos personales de los desaparecidos. Si estos objetos no proporcionan c¨¦lulas utilizables a efectos de comparaci¨®n, los m¨¦dicos acudir¨¢n a parientes cercanos de los desaparecidos, con la esperanza de que una comparaci¨®n de su ADN ayude a identificar a los muertos.
Microbios, enzimas e insectos degradan el ADN de los restos en pocas semanas
Una persona tiene unos 100 billones de c¨¦lulas; en teor¨ªa, una sola basta para identificarla
El uso forense de las pruebas de ADN comenz¨® en 1985 y se ha convertido en lo que los expertos policiales consideran el arma m¨¢s poderosa desde el desarrollo de la t¨¦cnica de huellas digitales a finales del siglo XIX. A mediados de la d¨¦cada de 1990, las pruebas de ADN se utilizaron para identificar los huesos exhumados del zar Nicol¨¢s II y de los miembros de su familia, ejecutados en Rusia en 1918. En 1998, identificaron al 'soldado desconocido' muerto en Vietnam.
Una persona tiene por t¨¦rmino medio 100 billones de c¨¦lulas; en teor¨ªa, una sola basta para identificarla. La oficina de examen m¨¦dico de la ciudad de Nueva York ha afirmado que aplica la prueba de ADN a todos los tejidos que recibe de la zona del siniestro de las Torres Gemelas, aunque los especialistas forenses dicen que algunas de las v¨ªctimas quiz¨¢ nunca sean identificadas.
Robert Shaler, director de biolog¨ªa forense de la oficina de examen m¨¦dico, calcul¨® el d¨ªa siguiente a los atentados que su laboratorio quiz¨¢ tuviera que hacer unas 20.000 pruebas de ADN a los restos. 'Desde entonces, las cosas cambian cada hora', ha dicho, y algunos expertos predicen ahora que quiz¨¢ sean necesarias hasta un mill¨®n de estas pruebas.
Seg¨²n Shaler, la suya es la mayor instalaci¨®n forense del pa¨ªs; sin embargo, no puede manejar el volumen de pruebas esperado. Por lo tanto, su equipo ha dado la bienvenida a la ayuda recibida de la polic¨ªa del estado de Nueva York y ha contratado diversos laboratorios privados.
Se pueden obtener presuntas identificaciones de las v¨ªctimas a partir de fotograf¨ªas de los muertos y por monederos encontrados en su cuerpo. Los tatuajes tambi¨¦n pueden resultar ¨²tiles, pero no siempre. A veces, los parientes no saben que un familiar tuviese un tatuaje.
Un documento de identidad en un monedero puede ser ¨²til, pero s¨®lo si los funcionarios saben que pertenec¨ªa a la persona a la que le fue encontrado, algo que no ocurre siempre. '?C¨®mo sabemos que no era un ratero?', pregunta Wetli, director de la oficina forense del condado de Suffolk.Incluso la identificaci¨®n en persona por parte de familiares puede no ser fiable. Wetli recuerda un caso de cuando trabajaba en Miami en el que un hombre desconsolado y en situaci¨®n de choque emocional identific¨® un cuerpo como el de su esposa, a pesar de que el cad¨¢ver que le hab¨ªan ense?ado por error pertenec¨ªa a un hombre.
Aunque los forenses tienen listas de pasajeros de los dos aviones secuestrados que chocaron contra las torres, no hay forma de tener una lista completa de las personas que podr¨ªan estar en los edificios y en sus alrededores durante los atentados y el posterior derrumbe.
El proceso de recuperaci¨®n de los cad¨¢veres y de tejido en la zona del siniestro es desesperadamente lento, adem¨¢s de espeluznante. Los trabajadores que peinan los escombros encuentran m¨¢s partes que cuerpos enteros. Dado que ning¨²n pat¨®logo puede decir qu¨¦ parte de tejido procede de qu¨¦ v¨ªctima sin una prueba de ADN, los forenses quiz¨¢ tengan que analizar cantidades ingentes de tejidos que al final resultar¨¢n ser de la misma persona.
En el desastre de las Torres Gemelas, la explosi¨®n del combustible de los aviones y el desplome de los edificios puede haber carbonizado y pulverizado muchos cuerpos antes y despu¨¦s de que cayesen. Algunos, incluso aquellos que cayeron desde pisos muy altos, estaban todav¨ªa intactos antes de tocar el suelo. Pero la mayor¨ªa de los restos encontrados en el lugar mostraban signos de lesiones suficientemente graves como para hacer imposible la identificaci¨®n visual. Los hab¨ªa que estaban gravemente quemados.
Por lo tanto, los trabajadores intentan recuperarlos con tanta rapidez como pueden, bajo peligrosas condiciones de trabajo. Microbios, enzimas, insectos y otros factores ambientales aceleran la descomposici¨®n y degradan el ADN, normalmente en un plazo de pocas semanas. El problema termina una vez que los tejidos se reciben en el laboratorio, donde los restos se pueden refrigerar durante largos periodos de tiempo hasta que est¨¦n listos para las pruebas gen¨¦ticas.
La velocidad de descomposici¨®n depende del calor, la luz y la humedad. El efecto de estos factores ambientales puede da?ar el ADN de las c¨¦lulas. Aun as¨ª, los trabajadores forenses pueden a menudo obtener tejido ¨²til cortando la parte interna del m¨²sculo. En todo caso, queda el recurso del ADN mitocondrial, m¨¢s complicado de obtener. El laboratorio de Shaler est¨¢ utilizando sistemas autom¨¢ticos para extraer el ADN de hasta 4.000 muestras de tejidos diarias. El material se env¨ªa despu¨¦s a dos laboratorios privados para que hagan las pruebas: Myriad Genetic Laboratories, de Salt Lake City, y Celera, de Rockville, Maryland, uno de los laboratorios que particip¨® en la secuenciaci¨®n del genoma.
Mientras tanto, se est¨¢n enviando al laboratorio de la polic¨ªa del estado de Nueva York, en Albany, cepillos de dientes, peines, mechones de pelo y otros efectos personales para que se les extraiga el ADN. Tambi¨¦n se ha enviado all¨ª frotis de la boca de parientes de las v¨ªctimas para que les extraigan el ADN.
La polic¨ªa del estado tambi¨¦n enviar¨¢ el ADN a Myriad y Celera. El laboratorio de Shaler, el de la polic¨ªa del estado y un tercero que todav¨ªa no se ha elegido, har¨¢n tambi¨¦n pruebas al 5% de las muestras que se env¨ªen a los laboratorios privados para controlar su calidad. El FBI est¨¢ enviando programas inform¨¢ticos para ayudar a asociar los tejidos de las v¨ªctimas con sus art¨ªculos personales. Pero el proceso de comparar miles y miles de pruebas de ADN puede prolongarse mucho tiempo, y aun as¨ª es probable que queden v¨ªctimas sin identificar.
Parientes y objetos personales
La identificaci¨®n gen¨¦tica se basa en la comparaci¨®n del ADN an¨®nimo de los restos de una v¨ªctima con una muestra previa del ADN de esa persona. Los cient¨ªficos pueden obtener esta muestra de objetos tan diversos como barras de labios o ropa interior. Adem¨¢s, el ADN de las v¨ªctimas se puede comparar con el de familiares cercanos. En la t¨¦cnica est¨¢ndar se comparan 13 puntos (o loci) determinados extendidos por los 23 pares de cromosomas. La probabilidad de que dos individuos no emparentados tengan las mismas secuencias en estos 13 sitios es inferior a uno por cada mil millones. Cuando el tejido se ha descompuesto, los cient¨ªficos utilizan las mitocondrias, unos org¨¢nulos situados en el interior de las c¨¦lulas que contienen su propio ADN. Este ADN mitocondrial puede sobrevivir en pelos, dientes y huesos. Dado que el ADN mitocondrial se hereda s¨®lo de la madre, las muestras utilizadas para comparar con las de una v¨ªctima deben proceder de un pariente materno o de los efectos personales de la v¨ªctima. Por tanto, si la desaparecida es una mujer, las muestras de su madre, su abuela materna, sus t¨ªas o t¨ªos maternos, sus hermanos o sus hijos pueden ser ¨²tiles. En cambio, las muestras para un hombre no pueden proceder de un hijo. En el caso de los secuestradores, esto es clave porque todos eran hombres, y parece improbable que se puedan obtener muestras de sus madres o hermanas. Aun as¨ª, se podr¨ªa identificar a los secuestradores a partir de los efectos personales que la polic¨ªa ha recogido en la casa que ocuparon en Estados Unidos, o incluso en su pa¨ªs nativo. Dichos efectos podr¨ªan incluir residuos de huellas digitales o saliva seca que queda en una taza de caf¨¦ o en un sobre.
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