Magia
Me encanta que este final de a?o se vaya a convertir en un duelo espectacular entre dos fabuladores como J. R. R. Tolkien y J. K. Rowling. Ya es hora de que las pantallas de los mejores cines asalten al espectador con propuestas imaginativas desprovistas de misiles de largo alcance, realismo sucio o almibaradas historias animadas de ayer y nunca. Creo que por primera vez concurren a la obligada cita navide?a dos producciones cinematogr¨¢ficas que reivindican con solvente seriedad el ¨²nico elemento salvable de la realidad que tenemos: los sue?os y la fantas¨ªa. Un fen¨®meno literario tan actual como Harry Potter o una aut¨¦ntica trilog¨ªa de leyenda como El se?or de los anillos que ya en los a?os setenta conmovi¨® a legiones de lectores han sido objeto de atenci¨®n de la Warner y de la productora neozelandesa que, respectivamente, han sacado un buen partido a los cientos de metros de celuloide y de millones de d¨®lares que ha costado el rodaje de f¨¢bulas tan sugerentes. Me conmueve de verdad que, por fin, la genuina imaginaci¨®n alcance los tronos del poder y demuestre la hegemon¨ªa de un derecho tan humano como inquebrantable: que los cuentos y la ficci¨®n son consustanciales al hombre y que no hay efecto virtual ni integrismo feroz que acabe con ese lado inocente de nosotros. Si el cine es una herramienta que invite a nuevos lectores a visitar por primera vez la Tierra Media, la aldea de Hobbiton, el bosque prohibido o el Colegio Hogwarts, aunque sea de la mano de Chris Columbus o Peter Jackson (sus directores), bienvenido sea. No saben lo joven que se siente uno, los enormes efectos dermorreparadores que se obtienen de ese encuentro m¨¢gico con Frodo Bols¨®n, Trancos y la princesa Arwen, Gandalf el Gris, Saruman el maligno, los hobbits y los sangrientos arcos, los espectros del anillo o, m¨¢s all¨¢, en el territorio de la piedra filosofal, en el reino de los dragones, los unicornios y los perros de tres cabezas, el aprendiz de sue?os de Harry, el gigante Hagrid, Albus Dumbledore, la profesora MacGonagrall, la empollona Hermione Grangel o Ron Weasley el pelirrojo. Una gozada para seguir creyendo en la realidad de la vida. As¨ª de claro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.