La magia de los hombres del Norte
Patxi Lanceros, profesor en la Universidad de Deusto, es especialista en Foucault y codirector junto a Ortiz-Os¨¦s de un reconocido Diccionario de hermen¨¦utica. Ha recorrido una fecunda trayectoria intelectual desde La modernidad cansada (1994) hasta Verdades fr¨¢giles, mentiras ¨²tiles (2000). La l¨ªnea filos¨®fica se cruza con la literaria en El destino de los dioses, un libro que, significativamente, ve la luz en la colecci¨®n dedicada por Trotta a la Ciencia de las Religiones. El ensayo se abre con una cita de ?ngel Silesio ('la rosa es sin por qu¨¦, florece porque florece') y contiene en su bibliograf¨ªa los nombres de Mircea Eliade, Jorge Luis Borges y Mar¨ªa Kodama, J. Grimm, Cirlot o E. Tr¨ªas. Entre las fuentes son frecuentes las alusiones a C¨¦sar, Plinio, y muy especialmente a la Germania de T¨¢cito.
EL DESTINO DE LOS DIOSES
Patxi Lanceros Trotta. Madrid, 2001 165 p¨¢ginas. 1.700 pesetas
Con los m¨¦todos de la hermen¨¦utica simb¨®lica, Lanceros se propone desvelar las dominantes simb¨®licas que construyen 'tanto el relato como la conciencia colectiva de los hombres del norte'. Tambi¨¦n los equivalentes simb¨®licos con otras cosmovisiones, para descubrir algunas l¨ªneas de la conciencia europea.
Tradicionalmente, los dioses n¨®rdicos aparecen polarizados en ases y vanes. Los primeros son el mundo celeste, diurno, viril y guerrero. Los segundos, el mundo terrestre, nocturno, femenino y fecundo. Las guerras entre ellos reciben aqu¨ª una interpretaci¨®n como destino. Lanceros redefine los valores de Thor y Od¨ªn, insiste en la magia como elemento vinculado a las mujeres y analiza con detenimiento a los dioses Balder y Loki. Se muestra especialmente brillante cuando aplica a la mitolog¨ªa f¨®rmulas de otros lenguajes (incluida la ¨®pera). Para definir al dios Balder le aplica una categor¨ªa de la geopol¨ªtica (el 'espl¨¦ndido aislamiento') e incluso altera las c¨¦lebres palabras de otro dios para definir a ¨¦ste ('su mundo no es de este reino'). Algunas de sus notas a pie de p¨¢gina dejan al lector con ganas (en eso se reconoce un buen ensayo): como las que relacionan su interpretaci¨®n de los dioses n¨®rdicos con los d¨ªas de la semana, con el nacionalsocialismo o con Wagner.
Como se ve, el libro pre
senta y profundiza a la vez el mundo de la mitolog¨ªa n¨®rdica. Su interpretaci¨®n es coherente y sistem¨¢tica, densa en ocasiones, pues tiene en cuenta todos los testimonios hist¨®ricos y literarios y las interpretaciones debidas al siglo XIX y al XX (que aport¨® en este campo los nombres de Jung o Dum¨¦zil). Acierta Lanceros cuando empieza a tomar la distancia propia de una perspectiva nueva. Por ello, teor¨ªas como la suya han de completarse con las contribuciones recientes a los estudios n¨®rdicos desde otras disciplinas como la filolog¨ªa y la ling¨¹¨ªstica. Con este ensayo coinciden en las librer¨ªas dos excelentes traducciones: la que Pilar Fern¨¢ndez ?lvarez ha realizado de la Saga de los habitantes de Eyr (2000) y otra de J. A. Fern¨¢ndez Romero (la Saga de Gisli Sursson, 2001). Esa coincidencia ha de verse como un s¨ªntoma de que los pioneros de los estudios n¨®rdicos en nuestra investigaci¨®n est¨¢n cada vez menos solos. Hace tiempo, un poeta escribi¨®: 'Vayamos hacia el Norte, aunque sea dando la vuelta por el Sur'.
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