Carta cr¨ªtica a Francesc de Carreras
A pesar del t¨ªtulo, dirigido a ese inteligente interlocutor que es Francesc de Carreras, empiezo refiri¨¦ndome a otro nombre propio de pensamiento, Jordi Garc¨ªa-Soler, con cuyo art¨ªculo no s¨®lo estaba de acuerdo, sino que creo que yo misma he escrito: mientras nos dedicamos a jugar con las piececitas del ego identitario, nos olvidamos de la Catalu?a real, tan plagada de problemas y, ?ay!, tan mal gobernada. Partiendo, pues, de la sinton¨ªa con Jordi, no entiendo el uso que hace de su art¨ªculo Francesc de Carreras, cuya tesis se parece, pero... trampa, no es la misma. Uno habla de la necesidad de la pol¨ªtica real. El otro aprovecha ese debate necesario para arremeter sutilmente contra el pacto de autogobierno suscrito por la izquierda, como si fuera lo mismo. Y como creo que no es lo mismo, me permito el sacrilegio de intentar rectificar a tan ilustre c¨¢tedro en su no menos ilustre tesis.
Mi querido amigo (la expresi¨®n es limpia, exenta de sarcasmo), primero sentemos las bases de la sinton¨ªa: el debate simb¨®lico no s¨®lo empobrece lo real, sino que camufla el mal gobierno que de lo real se hace. Ah¨ª est¨¢, por ejemplo, el tremendo desaguisado porcino, con sus 11 millones de cerdos cagando en Catalu?a para satisfacci¨®n de cuatro empresarios amigos de sus amigos y de los consumidores holandeses y alemanes, que se ahorran la contaminante mierda porcina y comen sus lonchas. La peste no es m¨¢s que un ejemplo tr¨¢gico de una falta rotunda de previsi¨®n, herencia de los Marimones que poblaron los oscuros despachos cuando la pol¨ªtica se torn¨® oscura.
Estamos, pues, en l¨ªnea: lo catal¨¢n es lo que sirve a los catalanes, y no el abuso miserable de los conceptos esenciales. De acuerdo, por tanto, en la cr¨ªtica al amigo Rigol, a pesar de que... ?te sorprende, querido, su tendencia a adoctrinarnos? Que ya sabes que lo catal¨¢n se parece a lo teol¨®gico cuando se convierte en religi¨®n... Pero, si estamos de acuerdo en ese principio b¨¢sico, no lo estamos en la plasmaci¨®n de ese principio. Es decir, en sus consecuencias. Mientras que t¨² has escrito diversos art¨ªculos cr¨ªticos con la reflexi¨®n que ha abierto el PSC respecto a Catalu?a, y lo has considerado el s¨ªntoma de una obsesi¨®n identitaria falsa e in¨²til, servidora considera que lo que est¨¢ ocurriendo es lo mejor en tiempo, porque el huerto que han regado los tres partidos con su documento no es el huerto identitario, sino el huerto com¨²n. Si no te ofendes, te dir¨¦ que creo que la obsesi¨®n identitaria la tienen gentes como t¨², tan medularmente antipujolistas que han acabado confundiendo todo lo catal¨¢n con el estigma Pujol, y de ah¨ª la man¨ªa, el cansancio, el rechazo. Una man¨ªa que s¨®lo se plasma en lo identitario catal¨¢n y que, sin embargo, deglute sin indigesti¨®n las ret¨®ricas vacuas de lo identitario espa?ol...
Pero al margen de lo cargante de estos 20 a?os de metaf¨ªsica -de cuya responsabilidad el PSC no se escapa para nada-, me parece evidente que hay que reflexionar sobre el pa¨ªs, encontrar un escenario com¨²n de actuaci¨®n, cargarlo de intencionalidad ejecutiva, de programa, y a trav¨¦s de lo real superar lo esencial. Lo bueno de estos tiempos -que es lo malo para ti- no es que el PSC caiga en las perversas redes de ERC, sino que por primera vez se intenta superar lo simb¨®lico, lo et¨¦rero, lo ret¨®rico, y atar los bueyes a los compromisos de acci¨®n.
Mi querido, ?te has le¨ªdo el documento? Dudarlo es incorrecto en mi caso, pero me obligan tus art¨ªculos. Por primera vez se habla de lo que se necesita pol¨ªticamente para que la gente tenga gobiernos posibles, para que funcione este pa¨ªs, para resolver lo no resuelto. Ante el abuso de la bandera para servir intereses bien poco patrios, se nos plantea un documento de tangibles, donde lo sanitario, lo cultural y lo econ¨®mico ya no son la torna de un victimismo irredento y electoralmente efectivo, sino retos pol¨ªticos por resolver. Es decir, t¨² crees que no s¨®lo contin¨²a el debate identitario, sino que, tal como dice el chiste, hasta los elefantes socialistas se preguntan por el problema catal¨¢n. Yo, sin embargo, creo que es el primer esfuerzo realmente serio por cerrar bien lo mal abierto, para acabar con la Catalu?a quejica, ahist¨®rica y provinciana, y aterrizar en lo moderno. ?O es que hay que recordar que la modernidad pasa por preguntarse por el presente y, sobre todo, por responder sobre el presente?
Querido Francesc, t¨² problema es que los ni?os del PSC y ese Maragall que tan mal se lo monta en las mociones van por mal camino, como si fueran las chicas malas de M¨®nica Naranjo, atrapados en un discurso que los retrae de la racionalidad. Mi problema, en cambio, es que esos mismos ni?os no se asusten demasiado del camino emprendido y, justamente atrapados por discursos como el tuyo, lleguen a creer que no va con ellos la reflexi¨®n del pa¨ªs. Como si un pa¨ªs se gobernara desde la inhibici¨®n de su propia reflexi¨®n. No acabo de entender c¨®mo pretendes que gobiernen sin pensar, deglutir y plantear c¨®mo ven lo gobernable. Mal que le pese a esa almita que tienes de ultraliberalismo radical -s¨®lo en lo catal¨¢n...-, lo catal¨¢n existe y hay que superar su plasmaci¨®n ret¨®rica para conseguir servirlo con decencia. Por lo dem¨¢s, y pese a la buena intenci¨®n de tus consejos, el PSC se ha pasado 20 a?os haci¨¦ndote caso y ya ves c¨®mo le ha ido.
Una ¨²ltima cosa: ?c¨®mo es posible que te pases la vida quej¨¢ndote del secuestro de la bandera que ha hecho el pujolismo y ahora que la izquierda recupera su compromiso te quejes tambi¨¦n de ello? Lo que a ti te inquieta, a m¨ª me tranquiliza. Hist¨®ricamente la derecha siempre ha abusado de la bandera, pero nunca la ha servido. Creo, en cambio, que la izquierda no s¨®lo la puede servir, sino que puede convertir una simple bandera en un conjunto de ciudadanos. Veremos... Pero mientras, no echemos agua a ese fuego t¨ªmido que acaban de encender. La intenci¨®n de iluminar el territorio, y no de habitar en la iluminaci¨®n de las estrellas, es toda una buena intenci¨®n. ?No te parece, a pesar de tu cabreo? En fin, besos.
y periodista. pilarrahola@hotmail.com
Pilar Rahola es escritora
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