Los alemanes olvidan sus reticencias y hacen largas colas para conseguir euros
La nieve y el fr¨ªo no lograron impedir ayer que los alemanes, a pesar del escepticismo en algunos sectores, se hicieran con millones de euromonederos, similares a los que ya el s¨¢bado se comenzaron a distribuir en Espa?a. Sin tanta pompa, pero con el mismo entusiasmo, tambi¨¦n griegos y portugueses se agolparon ayer frente a las sucursales bancarias para recibir las primeras monedas europeas.
La mayor emoci¨®n en Alemania se vivi¨® en Francfort, sede del Banco Central Europeo (BCE), donde, tras un sonoro golpe en un gigantesco gong, a las cero horas de ayer, miles de ciudadanos se aglomeraron en torno a unas cuantas oficinas bancarias en las que se pod¨ªan comprar, por 20 marcos alemanes, las primeras dotaciones de la moneda europea.
Entre empujones y gritos, los m¨¢s afortunados alcanzaron a adquirir su starter kit (anglicismo con el que en Alemania se han denominado los euromonederos) de manos del mism¨ªsimo presidente del Bundesbank, Ernst Welteke. En esta ciudad de banqueros y corredores de Bolsa, los festejos continuaron todo el d¨ªa y se cerraron, anoche, con fuegos artificiales. Tambi¨¦n en Colonia, al norte de Francfort, se alcanz¨® a vivir un ambiente festivo, amenizado con la excelente cerveza local (k?lsch), en el cierre de la campa?a de informaci¨®n del euro que durante meses recorri¨® todo el pa¨ªs.
El alboroto fue menor en otras ciudades, donde, si bien se formaron peque?as colas en sucursales bancarias y cajas de ahorro, la gente recibi¨® con tranquilidad la llegada de la nueva moneda. 'Todos se est¨¢n comportando de manera muy civilizada. Me lo imaginaba peor', destac¨® un empleado bancario.
En Berl¨ªn fueron sobre todo pensionistas los que ayer por la ma?ana, en algunas oficinas, incluso alcanzaron a agotar las existencias de euromonederos. Para muchos de ellos, ¨¦ste ya es el tercer cambio de moneda, tras la introducci¨®n del marco alem¨¢n, en 1948, y la adopci¨®n de esta misma divisa por la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, en 1990, poco antes de la reunificaci¨®n del pa¨ªs. 'En 1948, el marco fue para nosotros el inicio de una nueva ¨¦poca. Ahora me da l¨¢stima que lo perdamos', dijo una se?ora de 83 a?os.
Emociones mezcladas
Cerca de la mitad de los ciudadanos alemanes se mantiene esc¨¦ptica sobre la introducci¨®n del euro en efectivo, seg¨²n los ¨²ltimos sondeos. Sin embargo, los atisbos de alegr¨ªa vistos ayer podr¨ªan indicar que estas reticencias est¨¢n disminuyendo, seg¨²n Welteke, quien incluso cree que, poco a poco, se est¨¢ suscitando una verdadera 'euforia'. Al menos algunos comentarios parecen confirmarlo. Una chica de 20 a?os se alegraba en Berl¨ªn: 'Me encanta porque tambi¨¦n tendr¨¦ monedas de Grecia e Irlanda en mi billetera'.
En el reverso de las monedas alemanas se ha acu?ado una rama de roble (en el caso de las piezas de 1, 2 y 5 centavos), la puerta de Brandeburgo (10, 20 y 50 centavos) y un ¨¢guila, ave her¨¢ldica de la Rep¨²blica Federal (1 y 2 euros). En total, el Bundesbank ha puesto a disposici¨®n de los bancos y las cajas de ahorro del pa¨ªs 53,5 millones de estas dotaciones iniciales. En el probable caso de que la curiosidad de los ciudadanos agote en los pr¨®ximos d¨ªas la primera edici¨®n, el banco central alem¨¢n proveer¨¢ euromonederos adicionales.
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