La dimisi¨®n de Guterres coloca a Portugal ante un adelanto electoral casi inevitable
La comisi¨®n pol¨ªtica del Partido Socialista tratar¨¢ hoy la posible sucesi¨®n de su l¨ªder
El presidente portugu¨¦s, Jorge Sampaio, acept¨® ayer la dimisi¨®n del primer ministro, Ant¨®nio Guterres, quien decidi¨® renunciar a su cargo tras la rotunda derrota electoral sufrida por los socialistas en las elecciones municipales del pasado domingo. Sampaio convocar¨¢ esta semana a los l¨ªderes de los partidos pol¨ªticos, y posteriormente, al Consejo de Estado, para tomar una decisi¨®n que apunta a la convocatoria de elecciones generales anticipadas. La comisi¨®n pol¨ªtica del Partido Socialista se reunir¨¢ hoy en Lisboa para analizar la situaci¨®n y estudiar la posible sucesi¨®n de Guterres.
El fracaso de los socialistas en las municipales del domingo, que perdieron alcald¨ªas como Lisboa, Oporto, Coimbra y Sintra en favor de los socialdem¨®cratas, no s¨®lo ha abierto una grave crisis de gobierno a menos de 15 d¨ªas de la entrada del euro y ante una delicada situaci¨®n econ¨®mica en el pa¨ªs, sino que ha provocado un terremoto pol¨ªtico en el actual partido en el Gobierno y en el propio Partido Comunista, que ve c¨®mo se reduce progresivamente su apoyo popular, especialmente en sus tradicionales bastiones del Alentejo y en el cintur¨®n industrial de Lisboa.
Los socialistas perdieron el control de los grandes centros urbanos, sus habituales feudos, y pasaron de controlar 127 alcald¨ªas a las 98 alcanzadas el domingo frente a las 144 obtenidas por el Partido Social Dem¨®crata (PSD), de ideolog¨ªa liberal conservadora.
El PSD, el gran vencedor, se encontraba apartado del poder desde el final de la ¨¦poca cavaquista y no ganaba unas elecciones desde hac¨ªa m¨¢s de 10 a?os. Su victoria fue a¨²n m¨¢s rotunda al arrebatar a los socialistas la alcald¨ªa de Lisboa, convirti¨¦ndose en la fuerza pol¨ªtica m¨¢s votada desde el golpe del 25 de abril de 1974 y desbancar del poder a la coalici¨®n de socialistas y comunistas despu¨¦s de 12 a?os en la c¨¢mara municipal.
Todo un terremoto pol¨ªtico, como lo calific¨® ayer la prensa portuguesa, cuyos analistas no dudan de que la ¨²nica salida a esta situaci¨®n es la convocatoria anticipada de elecciones. El primer ministro ya hab¨ªa advertido, en contra de la estrategia de la derecha, que la derrota en las municipales no supondr¨ªa la disoluci¨®n del Parlamento, pero el serio rev¨¦s sufrido en la madrugada del domingo super¨® las expectativas m¨¢s pesimistas de Ant¨®nio Guterres. Sin obligaci¨®n constitucional de dimitir y con una mayor¨ªa pr¨¢cticamente absoluta en el Parlamento (a falta de un diputado), el l¨ªder socialista decidi¨® presentar su dimisi¨®n y abrir el camino a nuevas elecciones para evitar que el pa¨ªs pudiera sumergirse en 'un pantano pol¨ªtico, clarificar la situaci¨®n y restablecer la confianza entre gobernantes y gobernados'.
Una decisi¨®n que nadie esperaba, y mucho menos el m¨¢ximo responsable del PSD, Jos¨¦ Manuel Durao Barroso, un l¨ªder no muy popular, incluso en su propio partido, con poco carisma, pero ahora catapultado hacia el poder gracias al voto de castigo contra el invencible Guterres.
Ex ministro de Exteriores durante la ¨¦poca Cavaco, el l¨ªder del PSD ve as¨ª colmadas sus ambiciones de disputar la presidencia del Gobierno con algunas garant¨ªas de ¨¦xito y colocar a su partido como una previsible alternativa de poder. No obstante, el proceso ser¨¢ largo y probablemente no muy f¨¢cil. Los socialdem¨®cratas se han aprovechado del inevitable desgaste del Gobierno en los ¨²ltimos seis a?os, de sus errores en pol¨ªtica econ¨®mica y probablemente de cierta arrogancia, pero a¨²n es muy aventurado dilucidar si ese voto de censura en las municipales se traducir¨¢ en un vuelco electoral en las futuras legislativas.
Severas cr¨ªticas
Los socialistas han recibido severas cr¨ªticas por aplazar las grandes reformas econ¨®micas que necesita el pa¨ªs, sus previsiones de crecimiento para este a?o se han ido reduciendo progresivamente y la inflaci¨®n ha pasado del 2,7% previsto a principios de a?o al 4,4% estimado en estos momentos. Son datos no muy favorables para la izquierda portuguesa, que, sin duda, deber¨¢ realizar un esfuerzo para que la poblaci¨®n de los grandes centros urbanos reconsidere su opini¨®n frente al previsible avance de la derecha.
De cualquier forma, el presidente portugu¨¦s, Jorge Sampaio, tiene ahora la palabra. Se reunir¨¢ esta semana con los l¨ªderes de los partidos pol¨ªticos, y posteriormente, con el Consejo de Estado, para adoptar una decisi¨®n que, casi sin duda, apunta hacia la convocatoria de elecciones anticipadas. Tiene otras dos alternativas, pero no parecen muy probables: encargar un nuevo Gobierno a los socialistas o formar un Ejecutivo transitorio de iniciativa presidencial.
Por otro lado, la dimisi¨®n de Guterres ha provocado el aplazamiento sin fecha de la cumbre bilateral hispano-lusa, que estaba prevista para ma?ana y pasado en Madrid.
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