La rivalidad pol¨ªtica machaca Argentina
Las divisiones y la defensa ciega de los intereses particulares socava los esfuerzos del pa¨ªs para salir de la crisis econ¨®mica
Un n¨²mero creciente de argentinos, entre los que se cuentan personalidades destacadas de ¨¢mbitos diversos, reclama con urgencia un consenso lo m¨¢s amplio posible para revertir la profunda crisis y salvar al pa¨ªs de la ca¨ªda al vac¨ªo. La refundaci¨®n de Argentina es el objetivo. En una contundente declaraci¨®n de la comisi¨®n permanente de la Conferencia Episcopal argentina, la Iglesia cat¨®lica ha pedido 'renunciamientos sinceros en la mente y el coraz¨®n de toda la dirigencia' para iniciar un di¨¢logo fruct¨ªfero. De momento, los esfuerzos para sentar en la misma mesa a representantes de los tres poderes del Estado y a los principales actores sociales han chocado con la intransigencia individual o colectiva de cada sector.
La semana pasada todo parec¨ªa preparado para el inicio de un di¨¢logo que permitiera sellar un gran acuerdo nacional, que recordar¨ªa, salvando las distancias, a los Pactos de la Moncloa. Los obispos ofrecieron sus buenos oficios, la representaci¨®n de las Naciones Unidas despleg¨® sus mejores capacidades en asesor¨ªa y apoyo log¨ªstico, expertos internacionales que participaron en procesos de concertaci¨®n en otros pa¨ªses brindaron su colaboraci¨®n y l¨ªderes como el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, el secretario ejecutivo de la CEPAL, Jos¨¦ Antonio Ocampo, y los ex presidentes Felipe Gonz¨¢lez (Espa?a) y Julio Mar¨ªa Sanguinetti (Uruguay) respaldaron la iniciativa.
Guillermo Rodr¨ªguez Melgarejo, obispo de Flores y secretario general de la Conferencia Episcopal, y el diplom¨¢tico espa?ol Carmelo Angulo, coordinador residente de la ONU en Argentina, contactaron con sectores pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales de todo el pa¨ªs en innumerables entrevistas. Fue un trabajo silencioso que deb¨ªa culminar en un claustro de todos los participantes, para debatir sin restricciones una agenda que ir¨ªa m¨¢s lejos de las cuestiones puntuales como devaluaci¨®n, dolarizaci¨®n o canje de la deuda. El modelo de Estado, el tipo de pa¨ªs, la orientaci¨®n econ¨®mica, las relaciones provincias-Naci¨®n, la depuraci¨®n de la vida pol¨ªtica, la sociedad civil, eran algunos de los temas para el debate. Se trataba, en definitiva, de sentar las bases para un proyecto de pa¨ªs nuevo y salir de la dram¨¢tica crisis que la Iglesia ha definido como moral.
'Para superar esta crisis moral es necesario no mentirle a la gente con promesas que no se habr¨¢n de cumplir y obrar con absoluta honestidad, para que el robo y la coima desaparezcan del escenario de la vida pol¨ªtica y econ¨®mica', afirma el documento de la Iglesia titulado El di¨¢logo que la patria necesita. 'Pensamos que no habr¨¢ un di¨¢logo ¨²til y cre¨ªble si cada sector no se pregunta sinceramente a qu¨¦ est¨¢ dispuesto a renunciar para el bien de todo el pa¨ªs'.
La declaraci¨®n sali¨® a la luz el jueves de la semana pasada con una cr¨ªtica demoledora a los poderes pol¨ªtico, econ¨®mico y judicial y a los medios de comunicaci¨®n cuando ya era patente que los intereses ego¨ªstas primaron, una vez m¨¢s, por encima de los del pa¨ªs. Cada sector se reafirmaba en sus posiciones y parec¨ªa hablar como un mes¨ªas, recuerda mon- se?or Rodr¨ªguez Melgarejo. 'Encontramos un discurso cerrado y absoluto que podr¨ªa resumirse con la frase: no tenemos nada que dialogar'. En los contactos previos ha sido imposible reunir hasta la fecha al llamado Grupo Productivo (banqueros, industriales, empresarios rurales y el sindicalismo oficial) con el Grupo Combatiente (sindicalismo disidente, movimiento piquetero, Abuelas y Madres de Plaza de Mayo y organismos de derechos humanos, entre otros).
Carmelo Angulo, que en las ¨²ltimas semanas ha recorrido Argentina en busca de voces a favor del consenso, reconoce que la mayor¨ªa de los interlocutores son conscientes 'del momento de enorme dificultad' que vive el pa¨ªs. 'Les suena bien la idea, pero hay falta de costumbre para llevarla a la pr¨¢ctica. Tenemos que romper las barreras psicol¨®gicas de que aqu¨ª no se puede hacer'. No ser¨¢ f¨¢cil. Un proceso negociador, que en otro pa¨ªs contar¨ªa con media docena de actores, en Argentina requiere cuatro veces m¨¢s, por la falta de unidad y la enorme fragmentaci¨®n de los distintos sectores. Ninguno de ellos -empresa-rios, sindicatos, partidos pol¨ªti-cos- est¨¢ en condiciones de hablar con una sola voz.
Ni el Gobierno, que mantiene una tibia actitud a la hora de propiciar el di¨¢logo, es capaz de exhibir una firme unidad en sus filas. Obsesionado con la inmediatez -aprobaci¨®n del presupuesto y de la ley de coparticipaci¨®n federal con las provin-cias-, el Ejecutivo no mira a largo plazo. De momento parece m¨¢s interesado en el di¨¢logo pol¨ªtico con el opositor Partido Justicialista para sacar adelante los temas pendientes de corto plazo. Los pol¨ªticos, de uno y otro color, mantienen el discurso habitual. Apoyan de palabra, pero en la pr¨¢ctica no mueven un dedo.
Jorge Casaretto, obispo de San Isidro y presidente de C¨¢ritas Argentina, sostiene que 'el individualismo y los intereses de grupo son tan fuertes que no es f¨¢cil que se pueda encontrar un consenso entre todos. Uno tiene la sensaci¨®n de que en Argentina nadie quiere renunciar a nada, y esto me parece que es lo que m¨¢s impide hacer un pacto tipo la Moncloa o un encuentro de todas las fuerzas'.
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