Las coincidencias peligrosas
Por segunda vez en cinco d¨ªas el Parlamento de Vitoria no pudo aprobar los Presupuestos del a?o 2002 (en torno al bill¨®n de pesetas) a causa de la intencionada ausencia de los diputados del PP (19), PSOE (13) y Batasuna (7) convocados al pleno. Ese doble boicot ha sido la impropia respuesta de populares y socialistas a otra decisi¨®n -igualmente inadecuada- del presidente del Parlamento: Juan Mar¨ªa Atutxa, militante del PNV y ex consejero de Interior, invoc¨® el art¨ªculo 113 del Reglamento de la C¨¢mara, que le faculta para 'ordenar los debates y votaciones', a fin de impedir la votaci¨®n conjunta de las enmiendas a la totalidad presentadas por los tres grupos de la oposici¨®n.
De aplicarse -como se ven¨ªa haciendo desde hace quince a?os- el procedimiento regulado por los art¨ªculos 106 y 107 del Reglamento, las enmiendas ser¨ªan votadas a la vez y las cuentas auton¨®micas quedar¨ªan rechazadas: la coalici¨®n negativa de los 39 esca?os de PP, PSOE y Batasuna derrotar¨ªa a los 36 diputados del PNV (26), EA (7) e IU (3). Con el fin de evitarlo, Atutxa salt¨® por encima de la letra del Reglamento y decret¨® la votaci¨®n por separado de las tres enmiendas a la totalidad: esa f¨®rmula obligar¨ªa a populares y socialistas a dar su respaldo positivo a la moci¨®n de Batasuna, o a los nacionalistas radicales a parasitar las enmiendas del PP y el PSOE, si quisieran devolver los Presupuestos. PNV y EA ya retorcieron las normas procesales en su provecho al formar dos grupos parlamentarios independientes, despu¨¦s de concurrir a las urnas como coalici¨®n electoral, y al barrer descaradamente para casa en la composici¨®n y el reparto de presidencias de las comisiones.
Con el objetivo de contrarrestar esa maniobra reglamentaria, los defraudados grupos de la oposici¨®n echaron mano de otra estratagema de procedimiento: la retirada del pleno de sus diputados a fin de boicotear el qu¨®rum requerido para su celebraci¨®n. Esa jugarreta de represalia sirvi¨® para recordar que la coalici¨®n PNV/EA derrot¨® el 13-M -por un esca?o y 25.000 votos- a la virtual coalici¨®n gubernamental formada por populares y socialistas pero no dispone -ni siquiera con los votos de IU- de la mayor¨ªa absoluta. Sin embargo, PP y PSOE no pueden eludir un problema pol¨ªtico de gran calado: saber si su convergencia con Batasuna para formar coaliciones negativas capaces de tumbar los proyectos de ley del Gobierno de Ibarretxe en la C¨¢mara posee legitimidad democr¨¢tica adem¨¢s de ser aritm¨¦ticamente posible.
?Cu¨¢les deben ser las normas de conducta de todas las fuerzas democr¨¢ticas en sus relaciones parlamentarias con los partidos anti-sistema, que concurren a las elecciones con el prop¨®sito de no volver a convocarlas si las ganan y que utilizan las instituciones representativas y del Estado de Derecho para destruirlas desde dentro? Las suicidas ayudas prestadas por otras fuerzas pol¨ªticas a los fascistas en Italia y a los nazis en Alemania en su conquista del poder mostraron las consecuencias de ese c¨ªnico doble juego: el trato dado por la derecha democr¨¢tica francesa al Frente Nacional de Le Pen aprovech¨® esa experiencia.
Populares y socialistas vascos criticaron dura y justificadamente en la anterior legislatura el acuerdo secreto del PNV y EA con ETA durante el verano de 1998, el pacto p¨²blico de Lizarra con el brazo pol¨ªtico de la organizaci¨®n terrorista y la investidura del lehendakari Ibarretxe con los votos de Batasuna; los acuerdos municipales y provinciales de toda la familia nacionalista contin¨²an siendo hoy objeto de su censura. Ciertamente, el reciente entendimiento positivo de nacionalistas moderados y radicales sobre ETB es mas criticable que cualquier coalici¨®n negativa del PP y del PSOE con Batasuna; sin embargo, la ¨²nica manera de aislar a este partido antisistema ser¨ªa evitar cualquier convergencia parlamentaria y adoptar la convenci¨®n de restar de los 75 esca?os de la C¨¢mara los 7 diputados de Batasuna para fijar un list¨®n ideal de 68 esca?os como punto de referencia. La abstenci¨®n del PP y del PSOE, aunque favoreciera al Gobierno de Ibarretxe, ser¨ªa aconsejable siempre que existiera el peligro de una coincidencia con el brazo pol¨ªtico de ETA en las votaciones.
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