Un problema congelado en nitr¨®geno
Cada cl¨ªnica de reproducci¨®n asistida lleva un registro cuidadoso -fecha de creaci¨®n, nombre y direcci¨®n de la pareja progenitora y otros datos- de los embriones sobrantes que guarda congelados en sus tanques de nitr¨®geno l¨ªquido. Eso es todo. Ni el Ministerio de Sanidad ni ninguna otra instancia oficial compila un registro centralizado de esos datos. Y ello a pesar de que la Ley de Reproducci¨®n Asistida, en vigor desde 1988, obliga al Gobierno a 'la creaci¨®n y organizaci¨®n de un registro nacional informatizado' de donantes de embriones.
Las cl¨ªnicas en su conjunto, seg¨²n las estimaciones de sus responsables, guardan congelados cerca de 40.000 embriones humanos. La ley proh¨ªbe implantarlos en una mujer una vez que han transcurrido cinco a?os desde su congelaci¨®n (unos 6.000 embriones est¨¢n en esa situaci¨®n), pero no ofrece ninguna alternativa: ni destruirlos ni cederlos para investigaci¨®n. Las cl¨ªnicas, simplemente, no saben qu¨¦ hacer con ellos, y se han desga?itado pidiendo al Gobierno una salida legal, sin el menor resultado hasta la fecha.
Si en el futuro alguna proposici¨®n no de ley similar a la rechazada ayer acaba saliendo adelante, en correspondencia con lo recomendado por la Comisi¨®n Nacional de Reproducci¨®n Asistida -el grupo de 25 asesores oficiales del Gobierno a los que todo el mundo parece escuchar menos el Gobierno-, la ley se reformar¨¢ para permitir en ciertas condiciones la investigaci¨®n con los embriones congelados. ?Qu¨¦ pasar¨¢ entonces?
'Cuando la ley permita ceder los embriones para investigaci¨®n, se precisar¨¢ el consentimiento informado de la pareja progenitora', explica el secretario de la Asociaci¨®n Espa?ola de Centros de Reproducci¨®n Asistida, Eleuterio Hern¨¢ndez. 'De otro modo, las querellas estar¨ªan aseguradas, a menos que la pareja hubiera muerto o no hubiera forma de encontrarla'.
Hern¨¢ndez, que tambi¨¦n dirige la cl¨ªnica FIV- Madrid, est¨¢ escribiendo cartas a todas las parejas que conservan embriones en ese centro. Su resultado preliminar es que una cuarta parte de las parejas localizadas est¨¢ de acuerdo en ceder los embriones para investigaci¨®n. Otro 10% de parejas est¨¢ ilocalizable. Cada pareja (localizable) paga unas 25.000 pesetas al a?o por los gastos de congelaci¨®n.
Nadie pretende investigar con los embriones de forma descontrolada. La Comisi¨®n Nacional de Reproducci¨®n Asistida enumer¨® una serie de condiciones que, a su juicio, deber¨ªa incluir cualquier reforma legal para permitir la investigaci¨®n:
1. Los embriones deben tener menos de 14 d¨ªas (todos los congelados tienen menos).
2. Los progenitores deben dar su consentimiento informado.
3. Se ha de haber descartado la implantaci¨®n del embri¨®n en una mujer.
4. Las investigaciones ser¨¢n controladas por la propia comisi¨®n.
5. Los experimentos deben ser cient¨ªficamente relevantes y carecer de inter¨¦s lucrativo.
6. No debe promoverse la producci¨®n de embriones con la finalidad exclusiva de investigar.
7. S¨®lo deben usarse embriones que lleven congelados m¨¢s de cinco a?os.
La inmensa mayor¨ªa de los 40.000 embriones conservados en las cl¨ªnicas son in¨²tiles para usarlos con fines reproductivos. No s¨®lo porque la ley lo impida con los 6.000 que ya llevan m¨¢s de cinco a?os congelados, sino porque ni la t¨¦cnica ni la implantaci¨®n humana natural son procesos eficientes. Entre el 70% y el 80% de los embriones humanos muere en el ¨²tero sin haber logrado implantarse, aun cuando su m¨¦todo de producci¨®n haya sido la muy ortodoxa y venerable copulaci¨®n.
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