Fr¨¦d¨¦ric Beigbeder destripa el mundo de la publicidad en '13,99 euros'

?Un Quijote contempor¨¢neo o simplemente un c¨ªnico? Sea como sea, Fr¨¦d¨¦ric Beigbeder (Neully-sur-Seine, 1965) ha conseguido su prop¨®sito cuando empez¨® a escribir la novela 13,99 euros en 1997. Se trata de un mordaz alegato contra la publicidad escrito con conocimiento de causa y concebido como una especie de autoinmolaci¨®n. Durante 10 a?os trabaj¨® y se hizo millonario en la multinacional Young & Rubicam. De esa experiencia ha sacado el tema y las t¨¦cnicas de persuasi¨®n necesarias para vender 400.000 libros en Francia. Otra consecuencia, tambi¨¦n buscada, fue que le despidieran de su empresa por 'falta grave'.

En la novela (publicada en castellano por Anagrama y en catal¨¢n por La Campana) aparecen retratados de forma despiadada y nada autocomplaciente los tiburones de las grandes empresas, los desaprensivos jefazos de las agencias, los creativos adictos a la coca¨ªna y los propios consumidores, permanentemente insatisfechos. 'Todo lo que cuento es verdad', afirm¨® el escritor en Barcelona. El protagonista, Octave Parango -'a la vez un ganador y un perdedor'-, es un trasunto del propio Beigbeder cuando era un publicista de ¨¦xito. ?sta es una profesi¨®n, a?adi¨®, que no se puede ejercer sin 'una gran dosis de cinismo y desprecio'. 'Se me ha dicho que combato contra un enemigo que no existe, que soy como un Don Quijote, pero no dejo de ver a los publicistas como a unos fascistas peligrosos', agreg¨®.

La novela de Beigbeder, cuyo estilo se ha comparado a Bret Easton Ellis y Michel Houellebecq, ha originado una fuerte pol¨¦mica en Francia. Para ¨¦l, de hecho, esto ha sido un aut¨¦ntico ¨¦xito publicitario. ?l mismo habl¨® de la paradoja, previsible en todo caso, que supone este ¨¦xito: 'He sido recompensado por lo que m¨¢s detesto, lo que ha sido la m¨¢xima forma de castigo, aunque no veo motivo por el cual no morder la mano que te da de comer. Entregar dinero por no criticar una cosa no es m¨¢s que una tentativa del sistema para hacerte callar'. Y a?adi¨®: 'Creo que el deber del novelista es ser un traidor. En este caso, atacar a la publicidad con sus propias armas. Quer¨ªa demostrar que la publicidad gobierna el mundo. Y el ¨¦xito del libro lo demuestra'.