La Alianza ordena a sus hombres que se desarmen

Las primeras tropas internacionales est¨¢n ya en Kabul. Con dos d¨ªas de antelaci¨®n sobre el programa previsto, medio centenar de marines brit¨¢nicos llegaron anoche a la base a¨¦rea de Bagram, situada a 40 kil¨®metros de la capital, como avanzadilla de una fuerza que llegar¨¢ hasta los 3.000 soldados y que tendr¨¢ como misi¨®n velar por la seguridad durante la transici¨®n pol¨ªtica. En previsi¨®n de incidentes, el jefe militar de la Alianza del Norte, Mohamed Fahim, prohibi¨® ayer a sus hombres circular armados por las calles.

La llegada de los marines brit¨¢nicos a Kabul tuvo lugar dos d¨ªas antes de la toma de posesi¨®n del nuevo Gobierno afgano, prevista para ma?ana. El grueso de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganist¨¢n (ISAF), que cumplir¨¢ su misi¨®n bajo mandato de Naciones Unidas, comenzar¨¢ a desplegarse en Kabul a partir de enero pr¨®ximo. Los brit¨¢nicos aportar¨¢n la mitad de los efectivos, unos 1.500, mientras que una docena de pa¨ªses, entre ellos Espa?a, se han ofrecido a aportar el resto.

A¨²n no se han cerrado todos los detalles sobre el despliegue de las tropas. Un general de brigada brit¨¢nico segu¨ªa ayer negociando con Fahim, futuro ministro de Defensa de Afganist¨¢n, un acuerdo definitivo al respecto que deber¨ªa firmarse ma?ana. Quedan por resolver todav¨ªa cuestiones relativas al funcionamiento de las patrullas conjuntas, las posiciones que ocupar¨¢n los soldados internacionales y las funciones espec¨ªficas que ejercer¨¢n en las calles de la capital. Entre otras cosas, Fahim se niega en redondo a que las fuerzas extranjeras puedan detener a afganos.

Una fuente occidental calific¨® de 'pesadilla' la negociaci¨®n con Fahim, que ha intentado por todos los medios que la fuerza internacional sea lo m¨¢s reducida posible para seguir ejerciendo a sus anchas el control en la capital y sus alrededores. En cambio, seg¨²n la misma fuente, el hombre fuerte de Kabul no pone ning¨²n impedimento a que las tropas se desplieguen en otras ciudades de Afganist¨¢n como Mazar-i-Sharif, feudo de un se?or de la guerra rival, Abdul Rashid Dostum.

Prohibici¨®n de armas

El jefe militar de la Alianza del Norte dict¨® ayer una orden que proh¨ªbe a cualquier persona armada circular por las calles de Kabul, exceptuando a los polic¨ªas. Los combatientes de la Alianza deber¨¢n permanecer en sus cuarteles o dejar en ellos sus fusiles Kal¨¢shnikov si quieren pasear por la ciudad. La ONU no pretende desarmar a todos los muyahidin de Kabul, tarea que resulta imposible en las actuales circunstancias, sino ayudarles a que se reintegren en la vida civil y, adem¨¢s, asesorar a las nuevas autoridades en la formaci¨®n del futuro Ej¨¦rcito afgano.

Mientras tanto, ayer se ultimaban los preparativos para la toma de posesi¨®n del Gobierno provisional, que estar¨¢ encabezado por el l¨ªder past¨²n moderado Hamid Karzai, originario de la zona de Kandahar.

Seg¨²n fuentes de la ONU, la falta de infraestructuras impedir¨¢ que los afganos presencien la ceremonia en directo a trav¨¦s de la televisi¨®n. En cumplimiento de lo acordado el pasado 5 de diciembre en Bonn, el Gabinete gobernar¨¢ Afganist¨¢n durante seis meses, hasta que una Loya Jirga, asamblea tradicional afgana, elija una nueva Administraci¨®n.

En v¨ªsperas del acontecimiento, la cotizaci¨®n de la moneda local, el afgani, se ha disparado con respecto al d¨®lar. Si hace tan s¨®lo dos semanas un d¨®lar val¨ªa 35.000 afganis, ayer se cambiaba a 12.000 en los comercios. Un caf¨¦ en el hotel Intercontinental, donde se alojan la mayor¨ªa de los invitados a la ceremonia y de la prensa, cuesta cinco d¨®lares, seis veces m¨¢s que en Madrid.