La Bolsa aguanta el chaparr¨®n
El mercado espa?ol es el que mejor comportamiento ha tenido en Europa durante el a?o 2001
Este a?o no ha sido bueno para la bolsa pero, teniendo en cuenta la magnitud de los acontecimientos vividos, la mayor¨ªa de los analistas est¨¢n de acuerdo en considerarlo como aceptable.
Este a?o no ha sido bueno para la bolsa pero, teniendo en cuenta la magnitud de los acontecimientos vividos, la mayor¨ªa de los analistas est¨¢n de acuerdo en considerarlo como aceptable. La ca¨ªda del 9,06% en el ¨ªndice Ibex 35 es la menor de todo el entorno y s¨®lo la Bolsa de Nueva York parece capaz de terminar el a?o con un resultado mejor.
La ca¨ªda del 9,06% del Ibex 35 es la menor de todo el entorno. Par¨ªs ha perdido el 24,08% y Francfort el 22,45%
Los ataques terroristas del 11 de septiembre han marcado un antes y un despu¨¦s tambi¨¦n para las bolsas, aunque sus efectos han tenido, en este caso, un factor de aceleraci¨®n de problemas previos.
El proceso de desaceleraci¨®n de la econom¨ªa de Estados Unidos fue, desde el principio del a?o, el principal motivo de preocupaci¨®n para analistas e inversores. El primer recorte de los tipos de inter¨¦s decidido por la Reserva Federal nada m¨¢s comenzar el ejercicio, medio punto el d¨ªa 3 de enero, fue celebrado como una soluci¨®n casi definitiva a un problema que nunca se valor¨® adecuadamente. Los mercados se animaron con aquella bajada de tipos y el d¨ªa 25 de enero se alcanzaba el nivel m¨¢ximo del a?o en el Ibex 35 con 10.132 puntos. Eran los momentos en los que se consideraba demasiado inocentemente que la econom¨ªa de la eurozona estaba a salvo de contagios.
El primer aviso serio sobre la importancia de la desaceleraci¨®n econ¨®mica lo dio la Reserva Federal, al volver a bajar medio punto los tipos de inter¨¦s el d¨ªa 31 de enero. La desaceleraci¨®n parec¨ªa m¨¢s importante de lo que se crey¨® en un principio y uno de los sectores m¨¢s perjudicados en Europa era el de las telecomunicaciones.
El fuerte endeudamiento de estas empresas para conseguir las licencias de telefon¨ªa m¨®vil de tercera generaci¨®n, UMTS, lastraba sus balances y el anuncio de retrasos en la disponibilidad de la tecnolog¨ªa, que a¨²n se mantienen, hizo caer sus cotizaciones con fuerza en toda Europa.
Los inversores ya ten¨ªan en aquellos primeros compases del a?o motivos m¨¢s que suficientes para desconfiar de la evoluci¨®n de los mercados, pero los analistas segu¨ªan insistiendo en que la recuperaci¨®n estaba a la vuelta de la esquina. Se empezaron a cruzar apuestas sobre el perfil que adquirir¨ªa la crisis y el mercado se convirti¨® en una sopa de letras que mantuvo distra¨ªdos a los inversores durante algunas semanas. La V, brusca ca¨ªda y recuperaci¨®n inmediata, ganaba adeptos, mientras que comenzaban a subir en el ranking la W, altibajos antes de la recuperaci¨®n, y la U, que pronosticaba una fase de baja actividad algo m¨¢s larga.
La realidad ha sido como una bola de nieve que termin¨® arrastrando a todos, aunque al principio se quit¨® importancia a este efecto. En abril se anunciaba una primera revisi¨®n de las expectativas de crecimiento del PIB espa?ol, que pas¨® al 3,2% desde el 3,6% inicial, pero antes, la Reserva Federal hab¨ªa rebajado los tipos de inter¨¦s por dos veces, medio punto cada una, hasta dejarlos en el 4,5%. El BCE dio su brazo a torcer y rebaj¨® un cuarto de punto. La din¨¢mica del a?o ha sido esa, la de admitir poco a poco que las cosas iban de mal en peor, pero los inversores todav¨ªa confiaban en la capacidad de recuperaci¨®n de las bolsas y recib¨ªan cada recorte de tipos como la soluci¨®n definitiva.
Los ataques terroristas del 11 de septiembre contra el World Trade Center y el Pent¨¢gono quebraron la confianza de inversores y consumidores y pusieron sobre la mesa el t¨¦rmino recesi¨®n, que hasta ese momento s¨®lo se aplicaba a Jap¨®n, y sin demasiado convencimiento.
Las bolsas cayeron con fuerza hasta los m¨ªnimos anuales tras la reanudaci¨®n de la actividad en Wall Street, mercado que estuvo cerrado durante una semana por vez primera en su historia. El d¨ªa 21 de septiembre las bolsas tocaban fondo en su ca¨ªda y el Ibex 35 registraba su m¨ªnimo anual con 6.498,40 puntos.
Lo que ha sucedido desde entonces tiene una lectura confusa, incluso para los analistas, ya que se ha desvelado una recesi¨®n econ¨®mica mundial a la que se le van poniendo plazos de duraci¨®n razonables -inicio de la recuperaci¨®n en el segundo semestre de 2002- y un comportamiento at¨ªpicamente positivo de las bolsas, que han llegado a recuperar m¨¢s del 35% en poco m¨¢s de dos meses.
En los momentos inmediatos a los atentados del 11 de septiembre, los responsables monetarios de Estados Unidos y Europa prometieron 'toda la ayuda necesaria' a los mercados, que parece que se ha hecho efectiva sin complejos.
El ¨ªndice Dow Jones de valores industriales de la Bolsa de Nueva York ha recuperado el 22% desde los m¨ªnimos anuales a pesar de la entrada en recesi¨®n de la econom¨ªa y parece que el nivel de los 10.000 puntos que ostenta en la actualidad es una buena respuesta a esa situaci¨®n. Los tipos de inter¨¦s han bajado 11 veces en este a?o, hasta el 1,75%, y ni siquiera eso ha sido suficiente para evitar la recesi¨®n pero, precisamente, los bajos tipos de inter¨¦s son el mayor aliciente para que los inversores pongan su dinero en el mercado de renta variable con la esperanza de obtener una cuantiosa recompensa en el momento en que, de verdad, la econom¨ªa se recupere.
Si la Bolsa espa?ola ha sido la mejor de su entorno en este ejercicio ha sido tambi¨¦n por esa combinaci¨®n de tipos de inter¨¦s bajos y de expectativas de mejor¨ªa de la econom¨ªa, am¨¦n de la distribuci¨®n de beneficios y de tener un per, relaci¨®n entre cotizaci¨®n y beneficio, comparativamente atractivo. El per de la Bolsa espa?ola es de 17,8 a finales de noviembre, el m¨¢s bajo de los cinco ¨²ltimos a?os, y eso explica que la contrataci¨®n haya alcanzado en este ejercicio los 67 billones de pesetas, cifra que representa el 60,1% del PIB y que sit¨²a al mercado de valores espa?ol por delante de plazas como Londres, Italia y Alemania, aunque la mitad de las operaciones las realicen inversores extranjeros. El a?o pasado la contrataci¨®n de la Bolsa espa?ola super¨® los 80 billones de pesetas, duplicando casi la cifra de 1999. Teniendo en cuenta las circunstancias que han concurrido en este ejercicio, los responsables de la Bolsa indican que se trata de 'un buen a?o', en el que se mantiene la tendencia de la contrataci¨®n despu¨¦s de un a?o r¨¦cord como fue el 2000.
El ¨²nico nubarr¨®n que aparece en el horizonte inmediato para la Bolsa espa?ola es el agravamiento de la crisis en Argentina, que puede lastrar a los grandes valores al rebajar sus expectativas de beneficios. Al cierre del tercer trimestre los beneficios de las empresas que cotizan en la Bolsa hab¨ªan crecido el 5,8%, menos que el a?o anterior, pero una vez m¨¢s, como con la contrataci¨®n, hay que tener en cuenta que las cifras se comparan con a?os extraordinarios, como han sido 1999 y 2000, en los que los beneficios empresariales crecieron a ritmos que han superado con facilidad el 20%.
En resumen, la respuesta de la Bolsa a la coyuntura actual puede considerarse adecuada, a pesar de las ca¨ªdas en el sector de las telecomunicaciones y de las dudas ante un futuro econ¨®micamente incierto, pero el descenso en los beneficios empresariales a¨²n no se ha trasladado al pago de dividendos.
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