Un 'caganer' que trae cola

La figura del caganer -una tradici¨®n s¨®lo presente, de momento, en los belenes catalanes- ha experimentado un boom en los ¨²ltimos a?os. La proliferaci¨®n de coleccionistas ha hecho que los vendedores de figuritas se expriman el cerebro a?o tras a?o para ofrecer novedades. A veces, sin embargo, la que podr¨ªa parecer una idea brillante a priori, topa con cierta acritud. Es lo que ha sucedido con el Osama Bin Laden que se vend¨ªa en una de las paradas de la Fira de Santa Ll¨²cia, que clausur¨® ayer una edici¨®n un tanto deslucida a causa de una meteorolog¨ªa poco favorable.

Rosa Maria Bel es una feriante que cada a?o escoge alg¨²n personaje famoso para convertirlo en caganer. Este a?o pens¨® en Bin Laden y encarg¨® un centenar de figuritas al artesano que le sirve los pedidos. El resultado: ¨¦xito total. Sali¨® en los medios de comunicaci¨®n y ha vendido todo el pescado. Bueno, no todo. Ayer a¨²n le quedaban algunos, que manten¨ªa escondidos a la vista de los compradores: 'S¨®lo me quedan unos pocos, que ya tengo reservados, y alguno que pienso vender si el cliente me lo pide expresamente', explicaba. 'A la gente le ha hecho mucha gracia y no he tenido quejas', asegur¨®. 'Este caganer en concreto no es para poner en el pesebre, para eso ya existe el tradicional pastor, s¨®lo es para hacer regalos graciosos'.

Pero para algunos compradores, ¨¦ste era precisamente el problema. 'Convertir a Bin Laden en caganer lo convierte en un personaje simp¨¢tico. Hay cosas con las que no se puede hacer broma', afirmaba una se?ora. Para otros, sin embargo, la existencia de figurita del enemigo p¨²blico n¨²mero uno en actitud poco decorosa es 's¨ªntoma de que los seres humanos tenemos la virtud de re¨ªrnos de todo y esto es muy saludable', como opinaba otra asidua a Santa Ll¨²cia.

Entre los tenderos, que ayer se quejaban de que las ventas de esta edici¨®n no hab¨ªan sido favorables a causa del mal tiempo, tambi¨¦n hab¨ªa opiniones encontradas. 'A un personaje tan siniestro no hay que hacerle propaganda', dec¨ªa Esteve. 'Yo no lo hubiera vendido porque no me gusta jugar con determinadas cosas', aseguraba Maria Carme. E Isidre: 'Algunos pensamos que no es demasiado ortodoxo, pero lo que ha sucedido con este Bin Laden es lo mismo que pasa con las revistas del coraz¨®n. Yo no voy a comprar, pero si hay gente que lo pide me parece bien que se venda. Es la ley de la oferta y la demanda'.