El presidente provisional muestra la ambici¨®n de seguir en la Casa Rosada
El primer discurso del ex gobernador peronista es un programa de gobierno a largo plazo
'Hoy alumbra una nueva rep¨²blica. Comienza un nuevo pa¨ªs. Gobierno desde hoy una nueva generaci¨®n'. Las palabras que ayer pronunci¨® Adolfo Rodr¨ªguez Sa¨¢ no parec¨ªan las de un presidente provisional encargado de pilotar una transici¨®n de 60 d¨ªas, sino las de alguien que se propone una permanencia en el poder mucho m¨¢s prolongada. As¨ª lo interpretaron muchos de los que siguieron con atenci¨®n su discurso, que lo ven como la carta de presentaci¨®n de la candidatura del gobernador de San Luis para la elecci¨®n del 3 de marzo del presidente de Argentina para los pr¨®ximos dos a?os.
Nada impide a Rodr¨ªguez Sa¨¢ competir en los pr¨®ximos comicios, convocados seg¨²n el mecanismo electoral de la ley de lemas, que permite la presentaci¨®n de varios candidatos por cada fuerza pol¨ªtica. En el seno del dividido Partido Justicialista (PJ) son varios los l¨ªderes con ambiciones, pero pocos superan las que alberga desde hace 12 a?os Rodr¨ªguez Sa¨¢. 'Con la ayuda de Dios y del Cristo de la Quebrada', este pol¨ªtico de 54 a?os, que pertenece a una generaci¨®n que no ocup¨® cargos antes de 1983 (fin de la ¨²ltima dictadura militar), present¨® a los argentinos un plan de Gobierno de m¨¢s largo alcance que su mandato provisional. Un m¨ªnimo ¨¦xito en su gesti¨®n de estos dos meses puede colocarle en una posici¨®n inmejorable ante la consulta de marzo.
No es ning¨²n secreto que hubiera preferido recibir el bast¨®n de mando por un periodo de dos a?os, pero las ambiciones presidenciales de otros caudillos del PJ lo impidieron. Sus primeros gestos de prometer una dr¨¢stica reducci¨®n del gasto p¨²blico y poner ¨¦nfasis en el frente social tiene mucho en com¨²n con el tradicional populismo de los discursos peronistas. Una cosa son las promesas y otra muy distinta cumplirlas. Pero dan votos. En este terreno, Rodr¨ªguez Sa¨¢ coloc¨® el list¨®n muy alto para sus competidores en las filas del PJ. Todos ellos, a su manera, apoyaron las palabras y prop¨®sitos del presidente de la transici¨®n argentina. No ten¨ªan otra opci¨®n.
El discurso del nuevo mandatario tuvo mensajes simb¨®licos, como la doble menci¨®n que hizo a las Madres de la Plaza de Mayo, a quienes record¨® cuando fueron reprimidas por la polic¨ªa frente a la Casa Rosada, y rindi¨® homenaje en sus palabras finales. 'Creo en las Madres de la Plaza de Mayo', dijo. Era la primera vez que un dirigente peronista reivindicaba de este modo a los familiares de las v¨ªctimas de la dictadura.
Los primeros comentarios a las palabras de Rodr¨ªguez Sa¨¢ fueron de apoyo y respeto. Alberto ?lvarez Gaiani, vicepresidente de la Uni¨®n Industrial Argentina, destac¨® que la mejor se?al del discurso fue el recorte del gasto de los pol¨ªticos: 'Hasta ahora s¨®lo hab¨ªa afectado a los ciudadanos y a las empresas, especialmente a las peque?as y medianas'.
Rodolfo Terragno, senador radical y primer jefe de Gabinete del Gobierno de Fernando de la R¨²a, apoy¨® la suspensi¨®n de pagos de la deuda: 'Los organismos internacionales saben que Argentina no puede pagar aunque quiera, y que insistir en hacerlo agravar¨¢ la situaci¨®n social'. A?adi¨® que las consecuencias de una moratoria son la p¨¦rdida del cr¨¦dito internacional. 'Pero nosotros ya estamos sin cr¨¦dito. Por tratar de disimular la suspensi¨®n de pagos, el riesgo pa¨ªs ha llegado a ser el m¨¢s alto del mundo'. '?Por qu¨¦ De la R¨²a no adopt¨® estas medidas?', preguntaron al ex ministro, que tuvo acentuadas desavenencias con su presidente. 'Preg¨²ntenselo a ¨¦l', respondi¨®.
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