El historiador Fern¨¢ndez ?lvarez novela la d¨¦cada 1936-46 en 'Dies Irae'
Cuando le preguntaban: 'Rapaz, ?t¨² que quieres ser de mayor?'. ?l respond¨ªa: 'Escritor'. Luego la vida cambi¨® de orden las prioridades y le hizo historiador. Pero para que quede claro que una cosa no va en contra de la otra, Manuel Fern¨¢ndez ?lvarez, asturiano adoptado en Salamanca, profesor de Historia Moderna antes, hoy, con 80 a?os cumplidos, vendedor de best sellers en forma de biograf¨ªas de Felipe II, Carlos V, Juana la Loca o Jovellanos, ha logrado cumplir un sue?o. Acaba de aparecer Dies Irae (Espasa), su trilog¨ªa sobre un tiempo, una barbarie y el ansia de libertad que le presenta como autor de creaci¨®n con tres novelas hist¨®ricas que cuentan las peripecias de personajes que ¨¦l conoci¨® bien en la d¨¦cada tr¨¢gica de 1936 a 1946.
Llevan por t¨ªtulo Vientos de guerra, A trancas y barrancas y Entre el amor y la muerte. 'Es algo que ten¨ªa muy dentro. Conoc¨ª personas maravillosas y he tratado de reatratarlas. Un hermano m¨ªo muri¨® en Francia, por ejemplo, ?c¨®mo iba a dejar su historia sin contar?'. El novelista se ha ayudado del historiador en s¨ªntesis perfecta. Y explica que ha querido mezclar elementos indispensables: 'Hay l¨ªrica, historias de amor, algunas de ellas salvajes, y tambi¨¦n hilaridad'. Pero, sobre todo, hay un mensaje, unos principios: 'Que la guerra fue una barbarie y que tuvimos ansia de libertad'.
En la presentaci¨®n de la obra en Madrid dej¨® claro su homenaje a los cl¨¢sicos: Ch¨¦jov, Sthendal, Balzac, que aparecen con sus nombres en las novelas; su admiraci¨®n por El hereje, de Miguel Delibes, y su deuda con el Arturo Barea de La forja de un rebelde, trilog¨ªa cl¨¢sica de la guerra civil.
Denuncia adem¨¢s la manipulaci¨®n de la historia por las autonom¨ªas que lleva a exclusiones surrealistas. 'No voy a hablar de las grandes comunidades hist¨®ricas, pero, para que se hagan una idea, en Castilla Le¨®n se cantan las glorias de Juan Bravo y Maldonado. Sab¨¦is a qui¨¦n dejan de lado: ?a Padilla, que era de Toledo!', se r¨ªe. 'Habr¨ªa que lograr un entendimiento entre expertos para no falsear', afirma.
Y defiende que se deben contar las cosas agradables y desagradables. 'Cuando veo a colegas m¨ªos que justifican la Inquisici¨®n siento repugnancia, pero no se puede dejar de contar que existi¨®. Aunque tambi¨¦n, en contraposici¨®n a eso, se puede hablar de Fray Luis de Le¨®n, que la sufri¨® y la combati¨® y del que tenemos que estar orgullosos', dice. 'Yo, al menos, lo estoy como colega', asegura alardeando de su pertenencia a la Universidad de Salamanca.
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