Catecismo patri¨®tico
En una aldea portuguesa, el p¨¢rroco ha metido el euro en la casa de Dios y se lo ha desmenuzado, a una feligres¨ªa mayoritariamente iletrada. La religi¨®n ya no es el opio de los pueblos: el opio de los pueblos de la Uni¨®n Europea es la moneda ¨²nica. En adelante un lord brit¨¢nico no abrumar¨¢ con el poder de sus libras, la humildad del escudo de un bracero del Algarve. Ambos exhibir¨¢n el mismo billete, aunque no la misma cantidad de billetes. Una anciana le ha preguntado si eso significa que ya no hay ricos ni pobres y que si, de verdad, todos van a ser iguales a los ojos de la providencia, de la justicia y de la hacienda. M¨¢s o menos, ha respondido el se?or cura, algo turbado y sin demasiada convicci¨®n. A los parroquianos, las lecciones del buen sacerdote, apenas les han servido. Si la letra entra con sangre, el n¨²mero entra por hambre. Y aunque muchos no saben leer, a echar cuentas en el puesto de las verduras o en las ferias de ganado, no hay quien les gane. El n¨²mero es la ra¨ªz del g¨¦nero humano; la letra, la sumisi¨®n de los analfabetos.
En la ciudad, bajo las corpulentas araucarias del parque, los mendigos han celebrado asamblea y han dicho que no al euro, o en el peor de los casos han exigido que en el ejercicio de la caridad se aplique, por ley, la regla del redondeo al alza. Un vagabundo de elocuencia arrebatada ha dicho que la legi¨®n fam¨¦lica e internacional de la indigencia no est¨¢ dispuesta a cargar con los fracasos financieros y mercantiles de la Uni¨®n Europea: no a la globalizaci¨®n de la miseria entre los miserables, ni de la riqueza entre los tiburones de la banca. Y uno ha mostrado un curioso ejemplar del Catecismo Patri¨®tico, mientras gritaba que con la peseta se destru¨ªa la unidad de Espa?a.
Pues a ese mendigo, con su Catecismo Patri¨®tico, natural de Trento, lo han incorporado a la ponencia de patriotismo constitucional del PP. Y menudo l¨ªo: no saben si hacer un bis del congreso que ha hecho Aznar, por su cuenta, o montarse un rosario de la aurora, que tambi¨¦n es una forma de reivindicar la identidad de su a?orada patria.
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