Un mandato de 60 d¨ªas con sus 60 noches

Por momentos parece que toda la historia argentina reciente entra y sale de la Casa Rosada, la sede del Ejecutivo. Tantos son los problemas y tantas las heridas abiertas. Las Madres de Plaza de Mayo, los carapintadas, los piqueteros, los desocupados, los empresarios desesperados, los sindicalistas combativos, representantes de organizaciones sociales, dirigentes pol¨ªticos y, entre ellos, algunos ex funcionarios a los que se supon¨ªa desterrados del poder. El nuevo presidente argentino Adolfo Rodr¨ªguez Sa¨¢ abre la puerta y atiende a todos. 'Llega, saluda, entra al despacho, cuelga el saco en el perchero y dice: a trabajar', cuenta el reportero gr¨¢fico de la presidencia, sorprendido porque es la primera vez en los 18 a?os que acaba de cumplir la transici¨®n democr¨¢tica que un Jefe de Estado 'usa el perchero'.

'El mandato es breve, si queremos extenderlo por ahora s¨®lo podemos agregar las noches a nuestro d¨ªa de trabajo. As¨ª ser¨¢n 60 d¨ªas y 60 noches', dice Luis Lusqui?o, secretario general del Poder Ejecutivo, interino como Jefe del Gabinete de ministros, el otro yo del presidente Adolfo Rodr¨ªguez Sa¨¢. En el centro hist¨®rico de Buenos Aires, en medio de la city financiera desierta por la inminente nochebuena y la posterior Navidad, bajo el inclemente sol del verano, la Casa Rosada es el ¨²nico lugar activo que permanece con sus luces encendidas hasta la madrugada.

Hab¨ªa que ver a los piqueteros, grupos de choque y a los l¨ªderes de la extrema Corriente Clasista y Combativa, peinados, con la cara lavada, vestidos algunos con chaqueta, mirando con asombro los bustos, pisando suavemente las alfombras y tratando con cuidado a la vetusta Casa que tantas veces desearon incendiar. Luis D' El¨ªa, representante de la Federaci¨®n de Tierra, Vivienda y H¨¢bitat del populoso barrio de La Matanza, al noroeste de Buenos Aires, dec¨ªa sentirse 'satisfecho por la convocatoria y porque los planes de empleo anunciados atienden a la demanda urgente que hace la gente'. 'Es su estilo atender a todos, enfrentar los problemas, ya lo ver¨¢n', aseguraba un funcionario que estuvo con Rodr¨ªguez Sa¨¢ en la provincia de San Luis. Por pasar, en tres d¨ªas pasaron todos por la Casa Rosada. Tambi¨¦n la esposa del ex teniente coronel Mohamed Al¨ª Seineld¨ªn, l¨ªder de los grupos carapintadas.

Sin embargo, el nuevo Gobierno no ha podido evitar las duras cr¨ªticas por el retorno de algunos ex funcionarios, como Carlos Grosso, alcalde de Buenos Aires en el principio de la d¨¦cada menemista, que ser¨¢ asesor de la jefatura de gabinete.