Agrias cifras
No pod¨ªa haber tenido peor estreno el primer informe que el Consejo Econ¨®mico y Social (CES) andaluz ha hecho sobre la situaci¨®n en nuestra regi¨®n. A las pocas horas de darse a conocer, tanto el presidente de la Junta como la consejera de Econom¨ªa criticaron agriamente este informe que dec¨ªa algo ya conocido: que, si nos atenemos al Producto Interior Bruto por habitante, la convergencia de Andaluc¨ªa con Europa es lenta y muy inferior a la de otras comunidades.
Magdalena ?lvarez dijo que el informe carece de 'fundamento real' y 'rigurosidad', lo que son palabras muy duras si tenemos en cuenta que el CES es una instituci¨®n consultiva independiente a la que el Gobierno debe encomendar el estudio de las leyes de relevancia econ¨®mica y social y al que deber¨ªa de tratar con cierto tacto. Por su parte, el presidente Chaves afirm¨® que el PIB por habitante 'ya no sirve para medir la convergencia de la regi¨®n respecto a la media europea', sin considerar que es este ¨ªndice el que maneja la Uni¨®n Europea a la hora de repartir sus ayudas y que es tambi¨¦n la base de los trabajos realizados por el prestigioso servicio de estudios del BBVA, servicio que nada tiene que envidiar al Instituto Internacional San Telmo de Sevilla o a la Caja de Granada, citados por Magdalena ?lvarez y Manuel Chaves en defensa de sus tesis.
Como estamos en Navidades y hay que ser conciliador, podr¨ªamos convenir que el PIB por habitante es un dato, pero no es el dato. En cualquier caso, es innegable que si bien Andaluc¨ªa crece por encima de la media europea en los momentos de auge econ¨®mico, tambi¨¦n crece por debajo en los momentos de crisis, lo que aleja el horizonte de nuestra convergencia con la Uni¨®n Europea. No hay nada que anime a creer que esta convergencia se produzca en los pr¨®ximos 20 a?os, plazo fetiche al final del cual se culminar¨ªa esa segunda modernizaci¨®n que todav¨ªa no se sabe bien en qu¨¦ va a consistir. Por el contrario, hay razones para ser pesimistas: en cuatro a?os se acabar¨¢n las ayudas comunitarias, que, hasta el momento, han derramado sobre nuestra tierra unos cinco billones de pesetas. Es tambi¨¦n improbable que en los pr¨®ximos 20 a?os se pueda mantener el ritmo de crecimiento en sectores claves de nuestra econom¨ªa como el turismo y la construcci¨®n, que han de estar a punto de tocar techo: aqu¨ª no caben muchos m¨¢s turistas ni se puede seguir construyendo a este ritmo, al menos que decidamos enladrillar los espacios protegidos.
El futuro de Andaluc¨ªa no es f¨¢cil y m¨¢s vale que nos vayamos haciendo a la idea. La autocomplacencia no ayuda nada. Al contrario, puede servir para contentarnos con lo que tenemos, que no es mucho. S¨®lo la cr¨ªtica puede animarnos a acometer un nuevo impulso. Es todo un s¨ªntoma lo mal que Manuel Chaves y Magdalena ?lvarez han acogido el estudio del CES. No era para tanto. No es sano que el Gobierno se irrite cada vez que deja de recibir aplausos. La falta de sentido cr¨ªtico y el alejamiento de la realidad completan un s¨ªndrome que se repite fatalmente despu¨¦s de largas estancias en el poder. Y sin sentido cr¨ªtico ni conocimiento de la realidad dif¨ªcilmente se puede encarar la modernizaci¨®n que Andaluc¨ªa sigue necesitando.
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