Populismo
El actual sentido de la palabra 'populismo', que se utiliza ahora en Espa?a para acusar al nuevo Gobierno argentino, es el de 'fascismo', y tiene relaciones con 'demagogia'. Aparte de su genealog¨ªa y de algunos datos hist¨®ricos, tienen parecidos muy fuertes: el populismo trata de una relaci¨®n directa del pueblo con el Gobierno, sin intermediarios; denuncia a los pol¨ªticos y las formas democr¨¢ticas como 'corruptas', no de una manera te¨®rica sino emp¨ªrica; declara que su moral es la del pueblo y promete cumplirla, sin importarle lo posible ni el tiempo de la promesa; acusa al pasado de la desgracia actual -cuando la hay: y casi siempre la hay- y promete castigos. El peronismo fue un populismo, porque prometi¨® cosas a los pobres, a los 'descamisados', y conectaba bien con los fascismos de entonces: sobre todo con Franco, tan visitado por sus creadores, tierra de exilio y luego de momificaci¨®n de Evita. Le odiaron los ricos: los ganaderos, los terratenientes. El populismo reparti¨® otra corrupci¨®n entre los suyos, arruin¨® el pa¨ªs; luego lo arruinaron los radicales, y despu¨¦s los militares (abreviando el proceso hist¨®rico), que terminaron con todo. Y los civiles... . Sa¨¢ es peronista; tiene el viejo populismo argentino dentro y lo a?ade al nuevo. Hace promesas, acusa al pasado, se alza contra la corrupci¨®n, y acaba con la ley que imped¨ªa la extradici¨®n de los asesinos militares y recibe a las madres de la Plaza de Mayo; pero no he o¨ªdo que piense ¨¦l mismo en juzgar a esos asesinos. Que lo haga Garz¨®n.
Dada la situaci¨®n actual del pa¨ªs y su herencia del pasado no me parece mal este intento; ¨²nicamente me resulta incre¨ªble, y me parece que el presidente provisional por un golpe de Estado legal, con un tiempo brev¨ªsimo, no podr¨¢ cumplir con ninguna de sus promesas. Cuando veo los gestos de sus discursos y las palabras que pronuncia, mi vertiente dram¨¢tica me hace considerarle como un mal actor -como el presidente de Venezuela, con su populismo de izquierdas-, de aquellos a quienes se nota que est¨¢n fingiendo. Tiene una ventaja: peor no puede ir el pa¨ªs.
(No, esta frase ¨²ltima es profesionalmente aceptable para terminar un articulillo, pero no es verdad. En el censo de pa¨ªses m¨¢s empobrecidos, peor gobernados, con m¨¢s v¨ªctimas, existen muchos. Es grave que algunos de Am¨¦rica, y muchos sectores de ellos, est¨¦n ya cayendo hacia ese final).
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