En el coraz¨®n del BCE
Martes 16 de enero. Como todos los martes, los seis miembros del Consejo Ejecutivo del Banco Central Europeo se re¨²nen a puerta cerrada en la cima del Eurotower, su sede en Francfort (Alemania). En torno a su presidente, el holand¨¦s Wim Duisenberg, est¨¢ presente todo un mosaico de nacionalidades: el franc¨¦s Christian Noyer, vicepresidente; el espa?ol Eugenio Domingo Solans; la finlandesa Sirkka Hamalainen; el alem¨¢n Otmar Issing; y el italiano Tommaso Padoa-Schioppa. Nadie se atreve a faltar a esta cita primordial en la vida del BCE: se trata, entre otras cosas, de preparar el consejo de gobernadores, que se re¨²ne un jueves s¨ª y otro no, para dirigir la pol¨ªtica monetaria.
Ellos seis constituyen el alma de la joven instituci¨®n. Un d¨ªa, al presentarse a un visitante destacado, el pr¨ªncipe espa?ol Felipe, se declararon 'europeos', sin a?adir nada m¨¢s sobre su nacionalidad de origen... Todos, a excepci¨®n de Noyer, han realizado parte de su carrera en el banco central de su pa¨ªs de origen. A todos se les considera m¨¢s bien halcones, es decir, ligados a una pol¨ªtica monetaria ortodoxa. Adem¨¢s de las reuniones del martes, unos y otros se cruzan si llega el caso: sus despachos est¨¢n cerca unos de otros, en los pisos 34 y 35. En lo alto de la torre, una sala en tonos pastel les acoge para el desayuno.
Tras los atentados del 11 de septiembre, europeos y norteamericanos prepararon en secreto una bajada concertada de los tipos de inter¨¦s
Duisenberg intenta encontrar el consenso con los gobernadores de los bancos centrales, pero eso no siempre significa unanimidad
El Consejo Ejecutivo del BCE tiene seis miembros, incluido el espa?ol Eugenio Domingo Solans, que se declaran simplemente europeos
Durante todo el a?o 2001, la cuesti¨®n de la sucesi¨®n de Duisenberg se ha planteado incluso en los pasillos del BCE, donde es oficialmente tab¨²
Esta proximidad no impide las luchas de influencia. Cuando la junta se reuni¨® por primera vez, en 1998, despu¨¦s de la creaci¨®n del BCE, 'se discuti¨® con acritud por el reparto de las carteras', conf¨ªa un alto ejecutivo. A¨²n hoy, surgen roces sobre las competencias transversales, como las relaciones internacionales, territorio del se?or Padoa-Schioppa.
En principio, los miembros de la junta est¨¢n en pie de igualdad, pero de hecho algunos son m¨¢s iguales que otros. Duisenberg, primer presidente del BCE, no tiene nada de aut¨®crata. Todo lo contrario: a menudo de viaje, este vividor, curtido en la batalla, sabe delegar. Tiene fama de no ensa?arse con los informes, pero destaca en el arte de llegar a compromisos. 'Es un ¨¢rbitro m¨¢s que un jefe autoritario', dice un dirigente del BCE.
Otmar Issing, al frente de los servicios econ¨®micos, es el cerebro de la pol¨ªtica monetaria. Dirige un departamento de m¨¢s de 200 personas. 'Un Estado en el Estado', seg¨²n uno de sus subordinados. Accesible -es el ¨²nico miembro de la junta al que se ve desayunar en el bar del personal, en el segundo piso-, Issing es tambi¨¦n muy consciente de su papel: 'No tienen m¨¢s influencia que mi perro en la pol¨ªtica monetaria', solt¨® un d¨ªa en privado a prop¨®sito de los representantes regionales del Bundesbank, el banco central alem¨¢n, de donde ¨¦l mismo sali¨®.
Cruje el Eurotower
Mediados de enero. El Eurotower cruje por todas partes. En menos de tres a?os de existencia, los efectivos de la joven instituci¨®n han pasado de 450 a 1.100 personas. Aunque este crecimiento se ralentizar¨¢, es demasiado para un edificio de 150 metros de altura, todo metal y cristal, situado en el coraz¨®n del barrio de los bancos de Francfort. Una parte del personal se traslada, pues, a un rascacielos vecino, el Eurotheum. El proyecto de construcci¨®n de un nuevo cuartel general se acelera.
Jueves 1 de febrero. Una gran mesa de madera clara, 18 sillones negros y una vista desde lo alto sobre el Maine, el r¨ªo que ba?a Francfort. Es el marco de la reuni¨®n del consejo de gobernadores. Este ¨®rgano dirige la pol¨ªtica monetaria de la zona euro, fijando el nivel de los tipos de inter¨¦s. Sus 18 miembros -los seis de la junta y los 12 gobernadores de los bancos centrales nacionales- se re¨²nen cada 15 d¨ªas, los jueves por la ma?ana, en el piso 36 del Eurotower.
Sentados por orden alfab¨¦tico en torno a Wim Duisenberg, cada participante puede tomar la palabra. La mayor¨ªa de las veces los gobernadores ya se han visto el mi¨¦rcoles por la tarde, en una cena informal en el Eurotower: prepararon el terreno, en ausencia de los responsables pol¨ªticos de la zona, invitados como observadores al consejo. 'El ambiente se parece al de un club cuyos miembros se conocieron mucho antes de la introducci¨®n del euro', confiesa un alto funcionario.
La junta ha tenido que encontrar su lugar frente a los gobernadores nacionales, dotados de una s¨®lida autoridad y de una gran autonom¨ªa, como Jean- Claude Trichet, del Banco de Francia, o Ernst Welteke, el presidente del Bundesbank. Los debates monetarios duran por lo menos dos horas y a menudo son animados. Cada uno de los 18 gobernadores dispone de informaciones diferentes y de una sensibilidad propia, a veces ligada a las evoluciones de su pa¨ªs. Por lo general, Duisenberg intenta alcanzar un consenso: 'Esto no siempre significa unanimidad', reconoce un guardi¨¢n monetario.
?Torre de Babel de los tiempos modernos? No, porque el ingl¨¦s domina. Aunque el equilibrio entre lenguas oficiales de la Uni¨®n es un tema delicado en la Comisi¨®n Europea, la cuesti¨®n ni siquiera se plantea en Francfort. El instituto de emisi¨®n ha adoptado sin dudar la lengua de miles de hombres de negocios. Los servicios de traducci¨®n cuentan con una docena de anglohablantes de nacimiento, frente a dos representantes de cada una de las otras lenguas oficiales. Los empleados deben demostrar un 'perfecto conocimiento del ingl¨¦s y satisfactorio de una segunda lengua oficial de las comunidades', se indica.
Jueves 1 de marzo. Un sondeo ha hecho enfurecer a Wim Duisenberg. Didier Reynders, el ministro belga de Hacienda, ha propuesto la creaci¨®n de un segundo 'Se?or Euro'. El presidente del Consejo de Ministros de Hacienda de la Uni¨®n monetaria explica: 'No queremos asistir en silencio y sin actuar al desarrollo de nuestra moneda ¨²nica'. La idea es sencilla: como Javier Solana, alto representante para la pol¨ªtica exterior designado por los Quince, una personalidad de perfil pol¨ªtico hablar¨ªa alto y claro para llevar el mensaje de la moneda ¨²nica.
La iniciativa desacredita a Duisenberg, que se precia de ser el ¨²nico 'Se?or Euro'. Pero sus meteduras de pata han debilitado su credibilidad: en octubre de 2000, el holand¨¦s provoc¨® una tempestad al excluir una intervenci¨®n sobre el mercado de cambios ante la posibilidad de un conflicto en Oriente Pr¨®ximo. El comentario debilit¨® el euro frente al d¨®lar.
Relaciones tensas
Se entierra el proyecto, pero las relaciones entre Reynders y Duisenberg siguen tensas. El primero no deja de reclamar una bajada de los tipos, y sus declaraciones irritan a los guardianes monetarios, celosos de su independencia. Sin embargo, los contactos en la cumbre, al abrigo de los micr¨®fonos, son regulares, y m¨¢s tranquilos.
En cuanto puede, el belga asiste como observador al consejo de gobernadores. En general, Duisenberg est¨¢ presente en las reuniones del eurogrupo.
Jueves 26 de abril. Las relaciones entre el BCE y los 12 bancos centrales nacionales de la zona euro son complejas. Cada gobernador de banco central dispone de un despacho y de una acreditaci¨®n de acceso permanente al Eurotower... A los bancos centrales nacionales les cuesta hacer sitio para su tutela europea. 'En numerosos asuntos, los bancos nacionales defienden su papel con una visi¨®n fragmentaria', opina un ejecutivo de Francfort.
El modo de fabricaci¨®n de billetes de euro da lugar a intensos debates en el seno del consejo de gobernadores. Mientras que Francfort pretende aligerar el dispositivo, cada banco nacional defiende su imprenta. Se ha llegado a un compromiso para despu¨¦s de enero de 2002: los pa¨ªses grandes producir¨¢n dos tipos de billetes; los peque?os, s¨®lo uno.
La libertad de expresi¨®n de los amos del Banco Central interfiere a menudo en los mensajes de los dirigentes del BCE. Se han hecho esfuerzos para limitar la cacofon¨ªa, pero el temperamento vuelve enseguida, a galope tendido. Las m¨²ltiples declaraciones de Welteke tienen el don de irritar a los miembros de la junta. Una vez de cada dos, desentonan con las declaraciones de Duisenberg, al que le cuesta mucho hacer o¨ªr su voz.
Mayo. El lugar est¨¢ bien protegido. All¨ª, en el piso 15 del Eurotower, en unas oficinas accesibles por una red de sistemas de protecci¨®n electr¨®nica, el BCE instala un laboratorio de an¨¢lisis de falsos billetes de euro.Tendr¨¢ como misi¨®n estudiar los billetes falsos recogidos en cualquier parte del mundo, en estrecha relaci¨®n con los servicios de polic¨ªa y los bancos centrales, con el fin de alimentar una base de datos com¨²n. 'Los signos de seguridad en los billetes deber¨¢n permitir impedir la imitaci¨®n. Paralelamente, hay que hacer que la circulaci¨®n de falsos billetes sea muy dif¨ªcil', dice Antti Heinonen, director de billetes en el instituto de emisi¨®n.
Viernes 15 de junio. Wim Duisenberg firma un documento de uso interno, del que, contra toda expectativa, el instituto de emisi¨®n no estaba dotado: las reglas de contrataci¨®n, de forma que se respeten 'los principios de cualificaci¨®n profesional, de transparencia, de igualdad de acceso y de no discriminaci¨®n'.
Es un asunto delicado para una joven instituci¨®n comprometida en un proceso de crecimiento acelerado. Las obligaciones son numerosas; los puestos se reservan a los ciudadanos de los 15 pa¨ªses de la UE. Si bien no existe ninguna cuota oficial, se deben respetar grandes equilibrios entre los Estados miembros, sobre todo respecto a los puestos de direcci¨®n.
'La constituci¨®n de equipos multinacionales es una necesidad para comprender bien el conjunto de la zona euro', dice un responsable. El reparto no siempre es f¨¢cil. Los alemanes representan una tercera parte de la plantilla. Est¨¢n muy presentes en los departamentos clave, como las cuestiones econ¨®micas. Los franceses est¨¢n infrarrepresentados. Mientras que los finlandeses est¨¢n, supuestamente, seducidos por Francfort, ciudad del sur vista desde los pa¨ªses n¨®rdicos, a los franceses y a los espa?oles les atrae bastante menos
.Los encantos de Francfort
Los encantos de Francfort no bastan para retener a los miembros de la junta. La mayor¨ªa se conforma con pasar la semana como solteros, antes de volver a su pa¨ªs de origen para un fin de semana a veces prolongado. Sin embargo, cada miembro de la junta dispone de un alojamiento oficial. Wim Duisenberg, despu¨¦s de haberse alojado a dos pasos del BCE, se ha acondicionado una residencia en Kronberg, un barrio muy elegante de Francfort. Sus compa?eros de la junta han permanecido en los alrededores del instituto de emisi¨®n. El espa?ol Solans es sin duda el que se queda m¨¢s a gusto en Francfort el fin de semana.
Julio. ?Y van dos! El Banco Central Europeo abre, entrado el mes de julio, una segunda guarder¨ªa para los hijos del personal. Las instalaciones est¨¢n situadas en el barrio residencial de Westend, a unos minutos del Eurotower. El primer kindergarten estaba completo. Los empleados del banco -edad media: 35 a?os- hacen un uso intensivo de los servicios de guarder¨ªa. No es el ¨²nico privilegio, porque el BCE se mueve para 'atraer a personas muy cualificadas procedentes de toda la UE'.
Los sueldos son muy buenos: en lo m¨¢s alto de la escala, en el a?o 2000, los emolumentos pagados a los seis miembros de la junta supusieron un total de 1,8 millones de euros, es decir, cerca de 300 millones de pesetas. A esto se a?aden numerosas primas: 251 euros al mes por hijo menor de 26 a?os, una asignaci¨®n de expatriaci¨®n para los empleados no alemanes (16% del salario base), 5% para los cabeza de familia. Como los funcionarios europeos, el personal est¨¢ exento del impuesto sobre la renta en Alemania. Los gastos de escolarizaci¨®n de los ni?os corren a cargo de la instituci¨®n.
Jueves 2 de agosto. El consejo de gobernadores no escapa al sopor estival: la reuni¨®n no se realiza en Francfort, sino por medio de una teleconferencia dos o tres veces al a?o. S¨®lo 13 gobernadores de 18 est¨¢n al otro lado del hilo. Los dem¨¢s son sustituidos por sus ayudantes. Conclusi¨®n l¨®gica: no se toman decisiones. Habr¨¢ que esperar a la vuelta, el 30 de agosto, para ver al BCE decidir una segunda bajada de tipos, despu¨¦s de la del 10 de mayo.
Jueves 30 de agosto. Jo?o de Almeida puede respirar. En las ¨²ltimas semanas, el peque?o equipo dirigido por este portugu¨¦s ha tenido que trabajar a marchas forzadas para preparar uno de los momentos fuertes del regreso: la conferencia de prensa destinada a desvelar los billetes de euro, y sus marcas de seguridad. Asaltado por los periodistas, Duisenberg blande una gran estrella de pl¨¢stico en la que se muestran los preciosos billetes.
Sitio en Internet, b¨²squeda de socios, publicidad, carpetas de formaci¨®n... Se han multiplicado los talleres para familiarizar a 304 millones de europeos, a menudo esc¨¦pticos, con la llegada de la nueva moneda. Doscientos millones de folletos, traducidos a las 11 lenguas oficiales de la zona, deben distribuirse con un eslogan atractivo: 'El euro, nuestra moneda'.
Martes 11 de septiembre. Unas horas despu¨¦s de los atentados de Nueva York y Washington, el presidente del BCE llama a su hom¨®logo de la FED, Alan Greenspan, para ofrecerle su apoyo. En el momento de la tragedia, el estadounidense no est¨¢ en su oficina, en Nueva York, sino en Suiza; tardar¨¢ todo un d¨ªa en llegar, gracias a un vuelo militar especial, a la sede de la Reserva Federal, a unos cientos de metros de las dos torres derribadas. En Francfort, el personal est¨¢ conmocionado. Las medidas de seguridad se refuerzan a los pies del Eurotower.
Sobre todo, europeos y estadounidenses preparan en el mayor secreto una bajada concertada de los tipos de inter¨¦s. Tendr¨¢ lugar el lunes 17 de septiembre: la FED rebaja medio punto el inter¨¦s del dinero, justo antes de la reapertura de la Bolsa de Nueva York, cerrada desde el ataque terrorista. Poco antes de actuar, Greenspan ha advertido al vicepresidente del BCE, Christian Noyer, de la inminencia de su gesto. Una visita de Duisenberg a Helsinki para asistir a un seminario dedicado a... el euro, retrasa la teleconferencia prevista con los gobernadores de la zona para pisarle los talones a la FED. Con un intervalo de tres horas, el BCE anuncia a su vez que baja los tipos.
Lunes 22 de octubre. Miembros de la comisi¨®n de asuntos econ¨®micos y monetarios del Parlamento europeo acaban de reunirse con la junta. Esta cita se inscribe en el marco del di¨¢logo monetario emprendido desde el nacimiento del instituto de emisi¨®n. Cita clave en estos intercambios, Duisenberg se desplaza cuatro veces al a?o a Bruselas para una audici¨®n de un tipo nuevo en Europa. 'En un sistema en que el Banco Central es muy independiente, sin contrapartida pol¨ªtica, este tipo de contacto es una obligaci¨®n para mejorar la transparencia. Va en ello la responsabilidad democr¨¢tica del BCE', explicaba en marzo Christa Randzio-Plath, la presidenta alemana de la Comisi¨®n.
Dudas de Duisenberg
Este intercambio es tanto m¨¢s necesario cuanto que la comunicaci¨®n del BCE es muy criticada. Sin embargo, el di¨¢logo monetario a¨²n balbucea. El gran p¨²blico lo desconoce. 'A menudo es un di¨¢logo de sordos, en que el BCE repite sus argumentos sin tener demasiado en cuenta nuestras observaciones', lamenta un diputado ecologista. El Parlamento reclama en vano la publicaci¨®n de las minutas del consejo. Pero el BCE es muy amigo de este tipo de secretos.
Jueves 8 de noviembre. Como de costumbre, Duisenberg se niega a decir m¨¢s sobre sus intenciones. ?Dejar¨¢ su despacho de la Kaiserstrasse despu¨¦s de la llegada de las monedas y los billetes de euro? Este informe ultradelicado alimenta desde hace meses un discreto psicodrama. En principio, el holand¨¦s (66 a?os) est¨¢ nombrado por ocho a?os, pero repite que quiere dejar su puesto antes del fin de su mandato. A principios de mayo de 1998, con ocasi¨®n de una cumbre europea explosiva en Bruselas, se concluy¨® un acuerdo por el que Duisenberg ceder¨ªa el puesto, a mitad del mandato, a Jean-Claude Trichet, el candidato propuesto por los franceses. Sin embargo, el entorno del jefe del BCE tiende a minimizar el alcance, es decir, la realidad, de tal compromiso.
Durante todo 2001, los rumores se han multiplicado, incluso en los pasillos del BCE, donde este tema es oficialmente tab¨². La sucesi¨®n corre el riesgo de ser delicada: Trichet podr¨ªa no estar en condiciones de tomar el relevo, tras ser investigado en el esc¨¢ndalo del Cr¨¦dit Lyonnais.
En abril, cuando Reynders -otra vez ¨¦l- inst¨® a Duisenberg a 'aclarar su posici¨®n', Jean-Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo, utiliz¨® esta f¨®rmula para acallar las especulaciones: 'Es un debate sin sentido (...). Queremos conquistar el mundo, pero no somos capaces de callarnos'. 'Un cambio en la cabeza del BCE en los pr¨®ximos 12 meses no ser¨ªa buena decisi¨®n', indic¨® Duisenberg, como quien no quiere la cosa, el 11 de octubre. En el BCE se reconoce que la cuesti¨®n se va a plantear con la partida de Noyer, prevista para finales de mayo de 2002.
? LE MONDE
WIM DUISENBERG
PresidenteNacido el 9 de julio de 1935 en Holanda. Ministro de Haciendaentre 1973 y 1977 y diputado, este economista se convirti¨® al rigor presupuestario tras la crisis del petr¨®leo. Nombrado en 1982 para dirigir el Banco Central de Holanda, equipar¨® el flor¨ªn al marco alem¨¢n. El Banco Central Alem¨¢n le apoy¨® en la pol¨¦mica por su nombramiento al frente del BCE. Nombrado por ocho a?os, ha repetido que no agotar¨¢ su mandato, pero mantiene el secreto sobre sus intenciones concretas.
CHRISTIAN NOYER
VicepresidenteNacido el 6 de octubre de 1950 en Francia. Jurista, graduado en la Escuela Nacional de Administraci¨®n Francesa, entr¨® en el Tesoro en 1976. Tras un breve paso por la direcci¨®n del gabinete del ministro de Econom¨ªa Edmond Alphand¨¨ry, fue director del Tesoro entre 1993 y 1995. De ah¨ª pas¨® a dirigir el gabinete del ministro de Econom¨ªa y Finanzas Jean Arthuis. Nombrado hasta junio de 2002, est¨¢ al frente de las direcciones de administraci¨®n, personal y asuntos jur¨ªdicos.
SIKKA HAMALAINEN
Nacida el 8 de mayo de 1939 en Finlandia. ?nica mujer de la junta y del consejo de gobernadores, dirigi¨® desde 1992 el Banco Central de Finlandia. Ah¨ª realiz¨® la parte esencial de su carrera, excepto un breve paso por el Ministerio de Hacienda de su pa¨ªs a principios de los ochenta. Economista, Hamalainen es muy respetada por su ortodoxia monetaria. Nombrada por cinco a?os para el Banco Central Europeo, es responsable de las operaciones y del control presupuestario.
OTMAR ISSING
Nacido el 27 de marzo de 1936 en Alemania. Este economista realiz¨® primero una larga carrera universitaria en W¨¹rzbag, su ciudad natal. Investigador muy prol¨ªfico, este especialista en pol¨ªtica monetaria entr¨® en 1990 en la junta del Bundesbank como economista jefe, donde trabaj¨® junto a Hans Tietmeyer, nombrado presidente en 1993. Nombrado por ocho a?os, Omar Issing es responsable de las cuestiones econ¨®micas y de la investigaci¨®n.
TOMMASO PADOA-SCHIOPPA
Nacido el 23 de julio de 1940 en Italia. Diplomado del Massachusetts Institute of Technology (MIT), entr¨® en 1968 en el Banco de Italia, y pas¨® cuatro a?os en la direcci¨®n de asuntos econ¨®micos de la Comisi¨®n Europea. Fue subdirector general del Banco de Italia de 1984 a 1987, y luego presidente de la Comisi¨®n de Operaciones de Bolsa. Est¨¢ encargado de las relaciones internacionales, de los sistemas de pago y de la supervisi¨®n bancaria.
EUGENIO DOMINGO SOLANS
Nacido el 26 de noviembre de 1945 en Espa?a. Economista. Despu¨¦s de trabajar en el Banco Atl¨¢ntico, se convirti¨® en consejero del Ministerio de Econom¨ªa, director del servicio de investigaci¨®n en el Instituto de Estudios Econ¨®micos y adjunto al presidente del Banco Zaragozano. En 1994 fue nombrado para el comit¨¦ ejecutivo del Banco de Espa?a. Nombrado por seis a?os, dirige la secci¨®n de billetes, los sistemas de informaci¨®n y las estad¨ªsticas
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