Los ¨²ltimos insumisos
Tres j¨®venes siguen presos en la c¨¢rcel de Alcal¨¢ de Henares por desertar de un servicio militar que ya no existe
Desde el pasado 20 de diciembre, ning¨²n joven espa?ol tiene que regresar al cuartel antes del toque de retreta para cumplir el servicio militar obligatorio. Pero Alberto Estefan¨ªa Hurtado, de 30 a?os, soci¨®logo, natural de Bilbao, sigue volviendo cada noche a la prisi¨®n militar de Alcal¨¢ de Henares (Madrid) para cumplir la pena de dos a?os y cuatro meses que le impuso el tribunal militar territorial de La Coru?a por haber abandonado la mili en 1998. Igual que su compa?ero ?scar Cervera Garc¨ªa, valenciano y licenciado en F¨ªsica de 30 a?os, quien no completar¨¢ su condena por deserci¨®n hasta el 3 de julio del a?o 2003.
En todo caso, su situaci¨®n es mejor que la de Javier Rodr¨ªguez Hidalgo, estudiante de 23 a?os, tambi¨¦n de Bilbao, quien ingres¨® en la prisi¨®n militar el pasado 20 de octubre y est¨¢ todav¨ªa en r¨¦gimen cerrado, por lo que no tiene derecho a permisos y ha vivido las fiestas navide?as tras las rejas, sin m¨¢s comunicaci¨®n exterior que las reglamentarias visitas, entre cuatro y ocho de la tarde en una sala compartida con otros reclusos, y cuatro llamadas telef¨®nicas a la semana, de cinco minutos cada una y a n¨²meros previamente autorizados.
Ninguna norma dice que se interrumpan los 4.771 procesos abiertos contra insumisos
'Es incre¨ªble que los j¨®venes espa?oles ya no tengan que ir a la mili y que quienes han luchado para que eso sea una realidad est¨¦n presos o inhabilitados', afirma Pepe Beunza. Este valenciano de 54 a?os es el abuelo de los objetores espa?oles. En 1971, en pleno franquismo, se neg¨® a vestir el uniforme, alegando sus convicciones pacifistas, lo que le cost¨® una peregrinaci¨®n por los penales de Valencia, Ja¨¦n y Cartagena y 15 meses en un pelot¨®n de castigo de la Legi¨®n en el S¨¢hara. 'Tiene que haber una amnist¨ªa para ellos. Conozco a algunos de los que est¨¢n en prisi¨®n y son gente extraordinaria', agrega.
Alberto, Oscar y Javier son los ¨²ltimos insumisos recluidos en una c¨¢rcel militar, pero en prisiones civiles hay al menos otros cuatro, ocho m¨¢s est¨¢n en libertad condicional y uno en libertad provisional, pendiente de juicio.
El final de la mili no ha supuesto la paralela supresi¨®n de los art¨ªculos 527 y 604 del C¨®digo Penal, que castiga con hasta seis a?os de inhabilitaci¨®n para acceder a empleos o ayudas p¨²blicas a quienes se nieguen a cumplir la mili o la prestaci¨®n sustitutoria. Ni tampoco del art¨ªculo 120 del C¨®digo Penal Militar, que castiga con hasta seis a?os de c¨¢rcel a los desertores. El Ministerio de Defensa alega que el delito de insumisi¨®n se ha vaciado de contenido, al desaparecer la obligatoriedad de la mili, y que el de deserci¨®n sigue vigente para los militares profesionales.
Sin embargo, ninguna norma dice que se interrumpan los 4.771 procesos, seg¨²n datos oficiales, abiertos contra insumisos, y s¨®lo la prudencia de la mayor¨ªa de los jueces y fiscales evita que se sigan celebrando juicios y dictando condenas. Queda adem¨¢s una bolsa de miles de j¨®venes inhabilitados para conseguir un trabajo en la Administraci¨®n o una beca en la etapa clave de sus vidas para insertarse laboralmente. La pena de inhabilitaci¨®n, aunque parezca benigna, no es ninguna broma, como ha comprobado Luis Villaverde Caribe, interno desde el 31 de agosto en el centro penitenciario de A Lama (Pontevedra) por quebratamiento de condena. Es decir, por aceptar un empleo p¨²blico mientras estaba inhabilitado como insumiso.
Respecto a la deserci¨®n, por la que fueron condenados m¨¢s de 30 j¨®venes, que se sumaron a la campa?a insumisi¨®n en los cuarteles y se declararon objetores tras incorporarse a filas, aunque la buscaron voluntariamente, jam¨¢s hubieran podido cometerla si no hubiera existido el reclutamiento forzoso.
'Nosotros no estamos en prisi¨®n por gusto, y es evidente que en fechas como ¨¦stas resulta m¨¢s duro, uno echa m¨¢s de menos a los familiares y amigos', afirma Alberto, 'pero el sentimiento de que est¨¢s haciendo lo que debes, de que est¨¢s aportando algo a la sociedad, hace que en el fondo te sientas bien contigo mismo'.
La Internacional de Resistentes contra la Guerra, la asociaci¨®n pacifista m¨¢s antigua del mundo, ha incluido a los insumisos espa?oles en su lista de honor y los tres presos de Alcal¨¢ de Henares han recibido estas navidades felicitaciones desde Suecia, Filipinas o EE UU, en idiomas que ni sus destinatarios entienden.
'Al principio, los otros reclusos nos trataban con hostilidad, sobre todo a los vascos, por el rumor, difundido interesadamente, de que ten¨ªamos relaci¨®n con ETA', explica Alberto. 'Cuando vieron que rechazamos toda violencia, la situaci¨®n cambi¨®. Aunque, claro, son militares, y lo que nosotros queremos es abolir los ej¨¦rcitos y dejarlos en el paro'.
En mayo pasado, el PP rechaz¨® en el Congreso una petici¨®n de todos los dem¨¢s grupos parlamentarios para que se despenalizara la insumisi¨®n, se excarcelase a los presos, se archivaran los procesos pendientes y se indultase a los inhabilitados. 'No se puede pretender una despenalizaci¨®n anticipada, mientras subsista la obligaci¨®n tiene que existir la sanci¨®n', aleg¨® el portavoz popular.
Han pasado los meses y el servicio militar ya no existe. Salvo para Alberto, Oscar, Javier y otros miles de j¨®venes que durante a?os seguir¨¢n pagando sus platos rotos. Por ejemplo, cuando comprueben los inconvenientes de tener antecedentes penales. A ellos no parece importarles demasiado, creen que vale la pena pagar ese precio por sus convicciones. Pero es a la sociedad, agrega Beunza, a la que esta situaci¨®n deber¨ªa producirle verg¨¹enza.
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